Suavis inimicitia

-¿Qué ocurre?-preguntó ella con voz suave.Aníbal la miró y presa del dolor de ese recuerdo,se abrazo a ella,aferrándola contra si cómo un naufrago que se aferra a una tabla de madera para su salvación. Hundió su rostro en el pecho de su esposa,no lloraba ni nada,sólo necesitaba sentirla,su calor,su olor.
Adriana no dijo nada,sólo le abrazaba,tratando de transmitirle el cariño que nunca había sentido.


Aníbal no lloraba,ni siquiera sollozaba,permanecía aferrado fuertemente a su esposa,pero en cuanto se tranquilizó un poco la soltó.


-Aníbal,¿qué paso?


-Nada....-se tumbó de nuevo en el lecho,inspiró profundamente,calmando sus nervios.Quizás ese sueño,ese recuerdo reprimido era una señal de que debía viajar a Libia y asesinar al general libio que fue su amo por meses.


-Puedes contármelo,si quieres-.Aníbal la observo,¿podría hacerlo? ¿Podría comprenderlo? No estaba seguro de ello.Era muy reservado en muchos temas y ese era uno de ellos.
Sin más,acarició con muy torpe ternura la mejilla de Adriana,ella ni noto la ternura por tal muestra de torpe ternura,sin más,recobrando la coraza de guerrero la empujo para dejarla tumbada en el lecho.

-Tomo eso cómo respuesta- dijo Adriana con una leve risa y se acurruco al lado de su esposo.

-Mujeres....-susurró el púnico dejándola acurrucarse a su lado,en el fondo,muy en el fondo agradecía su compañía,por ahora Adriana estaba demostrando ser más fiel y dulce que Delinenar.
Recordó que le pasó una noche algo parecido,tuvo un sueño de un recuerdo reprimido y trato de buscar consuelo entre los brazos de Delinenar,pero ella no le trato de consolar cómo hizo Adriana,no,siguió durmiendo.

- Bonum noctem requiescit Hannibali.(Buenas noches,descansa Aníbal.) -susurró Adriana,se atrevió a darle un beso en los labios,lo que se gano un leve mordisco en los labios por parte de Aníbal,fue un mordisco muy muy suave,pero era evidente que no quería besos en ese momento.


Al día siguiente,Adriana y Dido salieron de casa,se ahogaban dentro y aprovechando la ausencia de Aníbal,Dido se llevo a su cuñada para mostrarle la ciudad,Adriana sólo conocía de Cartago el puerto y el templo de Baal. 

-Tu hermano ayer se derrumbo,no se que le paso pero casi lloro.

-Mi hermano nunca llora.Desde hace años no le he visto derramar una sola lágrima.-sentenció Dido,podía creer que Aníbal pudo tener perder durante un poco tiempo la coraza de guerrero y salía esa parte humana que tenía guardada.Esa parte que lloraba desesperado por un poco de cariño,un poco de amor.
Y Adriana era la única que se lo daría.

-¿Sigues queriendo tener un hijo de él?

-Sí.Quizás si tuviésemos un hijo podría curarse de esa amargura.

-Quizás....-Dido esbozó una leve sonrisa- Aderbal y yo queremos casarnos.

-¿Sí?-los ojos dorados de Adriana brillaron emocionados- ¿Tú y él....?

-Desde hace meses.Aníbal lo sabe,pero....Aderbal es más joven que yo...

-Mi abuelo Julius se  caso con mi hermana melliza,Selene...Julius tiene cuarenta y pico años y mi hermana quince años.- Dido se hecho a reír,le hacía gracia el mohín que hizo Adriana.

-Me sorprende lo de tu hermana y tu abuelo....casados siendo abuelo y nieta.

-Se aman con locura,entre ellos están Venus y Cupido.

-¿Podrías contarme algo sobre ella,Adelphos y tú? Me hicieron gracias las anécdotas que contó Adelphos.

-Hmmmm....¿la del noble jamelgo? (idea de uno de mis mejores amigos) 

-¿N-noble jamelgo?

Continuara.....

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