Suavis inimicitia


El pasado era cómo una espina clavada en el pecho y en el alma de Aníbal,gran parte de su amargura,odio y demás sentimientos negativos se debían a su pasado.Si se libraba de ciertos hilos que aún le ataban al pasado,quizás sería definitivamente libre.

Lentamente los días pasaban,en ese periodo de paz estaba agobiando al cartaginés,odiaba la inactividad,necesitaba luchas,empapar su espada en sangre,así sólo podría pensar en la batalla,en estrategias y nada más.
Pero al parecer el sino estaba en su contra y estaba un periodo de paz. Había pensado en ir a Iberia,luchar contra las tribus íberas,pero no,no había sido llamado para ir a Iberia.

Así que una idea se le paso por la mente. El libio que lo traumatizo de niño aún vivía,podría ir a Libia y cortar uno de esos lazos con el pasado.


No tardo mucho en conseguir ir a Libia,Cartago y Libia tenían batallas casi siempre,de modo que era cuestión de tiempo el ir a Libia.Cuando los dioses le concedieron esa oportunidad de venganza personal,ni se despidió de Adriana cuando partió a tierras libias.



La sangre tiño la arena,el escalofriante sonido de gemidos humanos agonizando ante el abrasador sol,muriendo lentamente.Era un espectáculo grotesco que finalizo con la victoria de Cartago sobre Libia,añadiéndola al  imperio púnico.
Aníbal no reconoció entre ninguno de los soldados al libio que lo esclavizo,así que sin más,entro en la ciudad de Libia,nueva provincia cartaginesa.

No tardo en dar con él,y más añadiendo unas cuantas monedas por la información.De modo que encontró la espléndida casa que él recordaba con cierta vaguedad,la recorrió con la idea fija en su mente de destruir,de matar a uno más de los tantos a los que asesino ese día.

Lo encontró en una habitación,tumbado en un lecho.Un anciano era ya,maltrecho por la edad.

-Tsuniro....¿eres tú?- preguntó el viejo libio,Aníbal se situó al lado del hombre,¿acaso no le reconocía? El libio inesperadamente clavo sus ojos en Aníbal.Unos ojos claros,demasiado claros,velados para siempre. Estaba ciego.

-No.-contestó el púnico secamente,el anciano se trato de reincorporar.

-Pareces un hombre de casi mediana edad por tu voz....cartaginés.Aunque me hables en libio,tu acento te delata.

-Melkart Aníbal....- el libio se estremeció con levedad,¿Aníbal Melkart? Recordaba cuando era un mocoso de apenas diez años y él ultrajo ese pequeño y tierno cuerpo.

-Has tardado veinticinco años en venir a por mi.

-La venganza es cuando uno menos lo espera,viejo buitre.-saco su espada y puso la afilada punta de acero sobre el vientre del ciego.

-Me follare a mi esposa con las manos manchadas de tu sangre.-susurró Aníbal con voz glaciar,el libio rió y tosio cansado .

-Me gustaría ver el hombre en que el niño que tomaba se convirtió.Quizás en la otra vida,muchacho.Me alegro de que seas tú quién me mate y acorte la agonía de la vejez.Pero.....tú pasaras por lo mismo,tu fuerza y vigor desaparecerán,te verás recluido en un cuerpo marchito y viejo....ahí se verá mi venganza póstuma.-sin más,Aníbal clavó con violencia la espada en el vientre del anciano,salpicando su sangre en su rostro,cortando uno de sus traumas.Venciendo la oscura presencia del libio en su psique.

Pero,¿sería suficiente?

Continuara....

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