Suavis inimicitia


No soportaba a Selene,Aníbal lo tenía claro,odiaba a la familia de su esposa. Julius le parecía un degenerado al desposar a su propia nieta,Selene una putilla guerrillera que trataba de imitar la belleza de Adriana,Adelphos un niñato....y al pesar que su hijo compartía sangre con ellos deseaba matarlos a todos.
Menos mal que Adriana era la excepción,tan bella e ingenua...pero también le repugnaba la idea de que la mujer que dormía a su lado tuviese lazos de sangre con ellos.

Selene pasó unos días con Adriana,unos días que Aníbal detestó,Adriana no le hacía ni caso,Selene a la mínima le insultaba disimuladamente y si le pegaba cuatro gritos si agachaba las orejas. Eso era lo que la mocosa de su cuñada necesitaba: que Julius la metiese en vereda aunque fuese a golpes.Pero era obvio que el idiota de Julius no lo haría porque se embobaba con su esposa. Enternecedoramente vomitivo.

Así que le falto gritar "¡Baal es grande!" cuando Selene se marcho,por fin volvía a estar a solas con Adriana,bueno sin contar a Dido,pero por fin no había más romanos en su casa.

-La voy a echar de menos.-musitó Adriana volviendo a casa,ya que había ido con su esposo a despedir a Selene al puerto.

-Yo no.

-Lo sé.- inesperadamente,Aníbal abrazó a Adriana por la cintura y la atrajo hacía él,cómo siempre sin gota de cariño,era simple y pura dominación.Su mujer,su hijo...

-Está sera la última vez.No voy a tolerar más romanos en mi casa.

-¿Y yo que soy?

-Desde que accediste a ser mi esposa eres cartaginesa,Kshyqti.-recalcó mucho el nombre púnico que Adriana tuvo que tomar,durante la estancia de Selene se había procurado de llamarla Kshyqti y no Adriana.Ella le había tenido que explicar a su melliza el porque de ese nombre.

-No me acostumbro a ese nombre,Aníbal.¿No puedo usar mi nombre en público?

-No.Te tendrás que acostumbrar si o si.- la soltó y echo a andar,Adriana le siguió mansamente,entristecida por la marcha de Selene y porque se había dado cuenta más si era posible que entre Julius y Selene estaban Venus y Cupido y entre ella y Aníbal estaban Discordia y Marte.
Aníbal se paro en seco,haciendo que Adriana también se detuviese,sin más,sin palabra alguna la cogió de la manos y reanudo la marcha de vuelta al hogar.Adriana se sorprendió y no pudo evitar sonreír por ese gesto.

Continuara......

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