Suavis inimicitia


Mientras,en Roma Selene seguía a la espera de noticias de su hermana,había pasado cerca de tres meses y medio y no recibía ninguna noticia de Adriana,¿estaría bien? La joven estaba preocupadísima,deprimida,Adriana era cómo una parte de ella,era cómo si le hubiesen arrancado la mitad de su ser.

Julius veía cómo su alegre y vital esposa se entristecía día tras día,¿qué podía hacer para animarla? Los retozos largos y frecuentes en el lecho matrimonial no eran suficientes y menos aún una noticia que quería Selene darle a su hermana en persona: estaba embarazada.

-Selene...sé que estas preocupada por Adriana.-dijo Julius una noche acariciando la mejilla de su esposa,que miraba distraída el cielo nocturno,pensando en que seguramente su hermana observaría esas mismas estrellas.

-Julius,¿podría ir a Cartago a verla? La echo muchísimo en falta.

-Eso no es posible,ojalá pudiese darte todo lo que me pides,esposa mía,pero esto no puedo.- los ojos castaños de Selene se humedecieron por las lágrimas,sin más se giro y enterró su cabeza en el pecho de su esposo,derramando un sin fin de lágrimas.


Días más tarde Adelphos hizo su aparición en la casa de la pareja,el joven Adelphos se veía abatido,triste.

-¡Adelphos!- gritó eufórica la joven que no noto la tristeza de su primo,se abrazó a él,sabía que su querido primo estuvo en Cartago y quizás pudo ver a Adriana.

-Salve Selene....-saludó el joven respondiendo el abrazo sin muchas ganas,ante esa pesadez y tristeza,la vital Selene le miró a los ojos y pudo apreciar una honda tristeza en su primo.

-¿Q-qué ocurre?

-Traigo noticias de Adriana....-una palidez mortal se torno en el rostro de Selene,¿qué habría pasado? ¿Por qué esa tristeza en Adelphos?

-Hablemos dentro,es importante,Selene.- entraron en la casa y tras saludar a Julius,Adelphos se dispuso a contarle las noticias que trajo desde Cartago.

-Bien,en primer lugar,sí vi a Adriana,pude escaparme y fui a verla.

-¿Cómo esta mi hermana?- Adelphos suspiró profundamente antes de continuar,le resultaba muy difícil de creer y menos de aceptar.

-Adriana esta bien,la vi bien.Pues lo importante: se caso ya.- Julius y Selene se miraron incrédulos,¿Adriana se había casado? ¿Y no les avisaron? Selene creía que iba a romper a llorar,¿tanto odio les cogió por lo del matrimonio que ni les aviso?

-Aníbal adelanto la boda de la fecha en que acordó contigo Julius,y no nos avisó.Adriana no estaba al tanto de que desconocíamos que se iba a casar.

-No...no es posible....-susurró Selene,Julius la abrazó tratando de consolarla.También se sentía traicionado,había confiado en Aníbal y él se la jugó impidiéndole ver la boda de su propia nieta,se arrepintió de haber aceptado el que Adriana se casase con él.

-Quiero ir a Cartago a verla.

-Selene....

-¡Julius es mi hermana!

-Iré contigo,no voy a permitir que vayas sola,eres mi esposa.

-Tienes asuntos en Roma,esposo,iré con Silvia,que querrá ver a Claudia.

-¿Y el bebé?- Adelphos abrió la boca sorprendido al oír eso,¿Selene estaba embarazada? Selene le dedicó una breve sonrisa asintiendo,arrancándole a  Adelphos una sonrisa por primera vez desde hacía semanas.

-Estaremos bien. Quiero ir pronto a  verla.



No sólo Selene estaba aguardando en su interior un hijo,finalmente el deseo de Adriana para salvar su matrimonio y el alma de Aníbal fue escuchado por los dioses: Adriana estaba embarazada.


Continuara.....

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