Suavis inimicitia


-¿Podrías contarme algo sobre ella,Adelphos y tú? Me hicieron gracias las anécdotas que contó Adelphos.

-Hmmmm....¿la del noble jamelgo? (idea de uno de mis mejores amigos) 

-¿N-noble jamelgo?

-Sí,fue una coa que nos paso a Selene,Adelphos y yo.....¡ah si! También estaba el medio hermano de Adelphos: Fabio:


Era un día cálido y veraniego en Roma,parecía todo paz y tranquilidad,a excepción de la finca Augustus,que se escuchaba el jaleo de unas risas infantiles.Eran las voces de las jóvenes Selene  y Adriana de nueve años respectivamente,jugando con sus primos Adelphos de doce años y Fabio,de diez.

-Filii! Dejad de armar escándalo- les regaño Octavio,padre de Fabio y padre adoptivo de Adelphos. Octavio era un senador que se caso con Dafne,hermana de Cibéles,madre de Selene y Adriana,princesa de Sardonia y madre de Adelphos.

-Pater,sólo jugábamos- se excuso Fabio con la sonrisa más inocente del mundo. Octavio suspiró resignado .Había viajado desde Sardonia hasta Roma para tratar unos asuntos con Julius,abuelo de las niñas,Octavio se trajo consigo a Adelphos y Fabio para que fuesen instruyéndose en política,pero Adelphos estaba enamorado de la idea de servir al ejército romano cómo hizo su padre Leónidas y siempre llevaba a su hermanastro por el camino de las travesuras y solían ganarse siempre unos azotes ya que sus bromas eran bastante brutas en algunos aspectos.
Y si se sumaba a la participación de Selene y Adriana  era ya el caos.

Julius y Octavio echaron a los niños a que se fuesen a jugar a otro lado,ya que era imposible que se centrasen si estaban tan ansiosos de jugar.

-No se cómo los aguanto. Selene y Adriana parecen más pacíficas.-dijo Octavio suspirando. Julius rió de buena gana.

-También dan disgustos.Ahora mis niñas quieren ser soldados

Los cuatro jóvenes romanos estaban en las cuadras.saltando cómo conejos sobre los balas de paja,destruyéndolas sin piedad alguna.

-¡Qué aburridoooo!- dijo Adelphos sentandose en. un montón de paja,sus primas y hermanastro se miraron entre si sin saber que hacer. Los ojos marrones del joven príncipe sardoniano se posaron en un pobre caballo viejo que había vivido tiempos mejores en la batalla. Una idea humorística nació e la mente de Adelphos.

-Cómo vosotros sabéis hermano y queridas  primas,un día seré general de una legión  al servicio de Roma,quizás debería practicar el montar a caballo.

-¿Vas a sacar uno de los caballos del avo?- preguntó Adriana con curiosidad,Adelphos sonrió y se acercó a al caballo,apoyándose en el animal.

-Oh no,mucho mejor.-sin más,de un salto,se subió al lomo del animal y lo soltó,quedando así libre para cabalgar.

-¡Arre noble jamelgo!-espoleo al animal que en vez de echar a galopar cómo haría un caballo,empezó a andar lenta y pesadamente,dejando así a Adelphos con cara de sorpresa al verse avanzando al ritmo de una tortuga.

-Jajajajajajajajajajajajajajaja,he ahí al gran centurión Adelphos a lomos de un mulo viejo-rió Fabio coreado por sus primas,pero un inesperado conejo gris y blanco se coló entre las patas del caballo que echo a correr con inesperada velocidad,tirando a Adelphos que cayó bruscamente al suelo,oyéndose un fuerte crujido en su brazo.


Adelphos se rompió el brazo ,ganándose una reprimenda  por parte de su padrastro por que a su edad debía dejar de hacer el tonto y centrarse en terminar sus estudios para empezar la tan ansiada carrera militar.No podía decirle a Octavio y menos a Julius que hizo esa broma para hacer reír a Adriana,la cuál se juró el joven que un día sería su esposa.

-Y esa es la historia del noble jamelgo,Dido.

-¿Adelphos se partió un brazo para haceros reír?

-Más o menos,siempre le gusto ser el centro de atención. Sobretodo el mio.

-Se notaba que te amaba desde niño.

-Sí,pero....-Adriana calló,desde niña había fantaseado con la idea de ser esposa del dueño de los ojos negros de su recuerdo,¿quien le diría que lo cumplió al casarse con Aníbal?

continuara..... 

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