Suavis inimicitia


Adriana no podía sacarse de la cabeza el relato de Dido,¿tanto había sufrido Aníbal desde su nacimiento? ¿Él era el cartaginés que la puso sobre el altar de de Diana el día que asesinaron a su madre? Inspiró profundamente,Aníbal era el cartaginés que le salvo la vida y le puso esa cadena con Baal al cuello.
Pensaba en esto y automáticamente le venía a la cabeza la imagen de un pequeño Aníbal sufriendo todo lo que Dido le contó.Palizas,insultos,la esclavitud y posible prostitución forzada con el libio.

-"Eres lo único puro y bueno que ha tenido"- pensaba en estas palabras de su cuñada.Quería demostrarle que ella al contrario que en el pasado,podría amarle,darle todo el amor que nunca tuvo.

Esa noche,estaba sola,esperándole,dispuesta a recibirlo entre sus brazos y borrar cada huella del pasado con besos.
Aníbal volvió tarde,bastante tarde.Había estado entrenando con Aderbal y después fue arrastrado por su amigo a beber.
Así que cuando volvió estaba demasiado agotado y ebrio para querer un revolcón con su mujer,a pesar de que esta le esperó pacientemente. Así que,completamente ignorada,Aníbal se tumbo en la cama y no tardo en dormirse.

-"Será....apesta a vino,habrá estado bebiendo por ahí"-pensaba la joven que con delicadeza empezó a recorrer las facciones del rostro dormido de su esposo.La tosca belleza de Aníbal le gustaba,aparentaba bastantes años menos de los que tenía y le gustaba el detalle de que llevase una barba fina,muy fina,pero al acariciarle a contrapelo le raspaba un poquito.Aníbal tenía una expresión de paz absoluta mientras dormía,¿qué soñaría? Nunca hablaba de eso.

-Te quiero- susurró Adriana,dándole un fugaz beso en los labios.
Aníbal al contrario de lo que ella pensaba la oyó decirle que le quería,lo oyó entre sueños por lo cuál no le daría importancia,pensaría que era un sueño de tantos.

Pero,los demonios del pasado torturaban los sueños de Aníbal.Recordaba al libio al que lo entrego por meses su padre.Ese libio que aún seguiría con vida y le hizo tales cosas a un niño que nunca volvería a ser igual.
Alterado por el recuerdo despertó violentamente,despertando a Adriana.

-¿Qué ocurre?-preguntó ella con voz suave.Aníbal la miró y presa del dolor de ese recuerdo,se abrazo a ella,aferrándola contra si cómo un naufrago que se aferra a una tabla de madera para su salvación. Hundió su rostro en el pecho de su esposa,no lloraba ni nada,sólo necesitaba sentirla,su calor,su olor.
Adriana no dijo nada,sólo le abrazaba,tratando de transmitirle el cariño que nunca había sentido.

Continuara....

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