Suavis Inimicitia.



Cuando Aníbal entró a su habitación tras un largo baño Selene , Julius y su crío ya no estaban , solo su mujer Adriana y su hijo Sadik , el cual se restregaba en su cama  y babeaba las almohadas , en las cuales dormía él , algo que no le resultó demasiado agradable  y por lo  que no se quejó , solo se sentó al lado de su mujer y su hijo , haciéndole una seña con la cabeza a su mujer para que se llevase al crío a la habitación colindante y así poderlo meter en su cuna , para que los tres se fuesen a dormir.



Esa noche Aníbal no  estaba demasiado animado  y por lo visto tampoco se fijaba mucho en su mujer , solo pensaba en el tratado que Julius le había dado y las consecuencias que acarreaban sus decisiones , si aceptar o no el tratado.
Aníbal se recostó sobre la cama lentamente  y tras eso cerró los ojos , ignorando todo lo que ocurría o estaba a su alrededor .



-¿ Ha pasado algo? - Preguntó su mujer , preocupada e intrigada por lo que hubiese pasado entre su marido y Julius.



- No , duerme mujer..-Dijo fríamente Aníbal , sin ni siquiera mirarla al hablar.



Adriana solo pudo morderse el labio inferior y acostarse a su lado  , dándole la espalda igual que él hacía con ella .Estaba claro que algo había pasado y no pensaba parar hasta que lo descubriese  , costase lo que le costase le sacaría la información necesaria a su marido.





Para Aníbal la noche pasó rápida . Se levantó de la cama lentamente , dejando a su mujer durmiendo en la cama y a su hijo en la cuna  , mientras que él se dirigía hacia al patio exterior , a una pequeña mesa que había , se sentó en la misma y se dispuso a escribir varios tratados para los varios núcleos de Cartago , explicando la situación de roma y la inminente guerra que habría próximamente entre ambos  imperios.
La carta lo decía todo , Roma quería expandirse  y de que mejor manera que negociando a su favor , a cambio de varios territorios Cartagineses  los romanos apoyarían en todas las guerras a Cartago  y a sus aliados , y si no aceptaban ese trato Roma tomaría el territorio por si mismo , por lo que esto significaba que  los tomarían a la fuerza , tanto si le gustaba a Cartago como si no.






- Que los dioses nos atiendan...-Dijo Aníbal , sellando cada pergamino escrito y avisando tras eso a Élbir , que se encontraba fuera junto a Aderbal.





-  ¡ Tú ! ¡ Ven ahora mismo ! - Señaló a Élbir  , con una bolsa de cuero agarrada con la mano izquierda.



- ¡ Enseguida , señor ! - El chico no tardó tiempo en ponerse frente a él , mirándole entusiasmado.



- ¡ Quiero que le entregue cada uno de estos pergaminos a cada uno de los generales del ejército y sus respectivas ciudad! ¿ Queda claro?- Dijo Aníbal con un tono alto y serio.- Si lo haces bien demostrarás que eres digno de estar en mi ejército , y si me fallas solo me demostrarás que hasta mi hijo es más competente que tú.





-  ¡ Sí , señor ! ¡ Me quedó claro , señor! - Cogió la bolsa con rapidez y echó a correr con velocidad a por su montura , para montar en esta y dirigirse  hacia su primer camino.





Continuará....

Comentarios

  1. Me encanta cada vez se pone mas interesante. Te felicito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias :D temporalmente esta parado por prpblemas tecnicos,pero lo que escribi en papel hara que esto se torne mas oscuro e.e Mi compi Pabloski y yo volveremos lo mas pronto posible! :D

      Eliminar
    2. que malo Julius, por cierto. parecía bueno y mira por dónde sale ahora :0.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares