Suavis Inimicita


Los días pasaban a un paso lento,ni Aníbal ni Selene seguían sin aguantarse,Adriana estaba en medio de sus discusiones siempre pero decidió dejar de intervenir ya que salía escaldada.Centraba casi toda su atención en su hijo,era el único que no le decepcionaba ni le hacía ponerse de un bando.Sadik estaba en la misma posición que ella,ni era romano ni cartaginés,era mestizo,un hijo de Cartago y Roma,por sus venas corría la sangre real de Siracusa. Si ,el que actualmente ocupaba su trono cómo tirano,era familiar de Adriana primo segundo o algo así por parte de madre,muriese ella subiría al trono de Siracusa y su hijo sería príncipe heredero.

-Algún día lo serás mi amor.- dijo mirando embelesada a su hijo cómo si en su inocencia el niño supiese que era un príncipe.Adriana besó dulcemente la frente de su bebé,no podía comprender cómo podía amar tanto a Sadik,moriría por él.

-Mami.



Julius tras días de travesía y de arreglar algunos asuntos en Roma llegó a Cartago,no era la primera vez que estaba allí,pero el puerto era lo más sorprendente del mundo conocido. Con un sector rectangular para los barcos de comercio marítimo dónde se podían atracar más de cien barcos y el sector circular para la flota de guerra. Cartago era un adversario marítimo casi invencible,el Mediterráneo era ahora mismo un mar africano,las tierras romanas palidecían en cuanto extensión,sólo abarcaban toda la península itálica,Sardonia,Córcega y Sicilia,mientras que Cartago toda África del norte a excepción de Egipto,llegaba hasta Malta y parte de Iberia.

-"Son poderosos,pero el fin de su Imperio llegará".-pensaba con rencor Julius,odiaba Cartago y en especial a Aníbal por diversas razones,entre ellas que asesinó a su hijo y por el tema de Adriana.
Al anochecer,Julius llego a la puerta de la casa de Aníbal,inspiró hondo antes de tocar a la puerta,estaba nervioso y preocupado,¿cómo estaría su familia?


Selene y Adriana acababan de que sus respectivos pequeños durmiesen ya,¡eran tan adorables cuando dormian!

-Aníbal vendrá pronto....-susurró Adriana observando cómo la oscuridad se adueñaba de Cartago a través de una ventana,Selene sólo suspiró.

-Extraño a Julius....es tan tierno,hermana,se desvive por hacerme feliz,una vez me dijo que si se lo pidiese me bajaría la luna con tal de verme sonreír.- Adriana no pudo evitar sentir cierta envidia,Aníbal nunca le diría eso,nunca.

-Aníbal ha tenido una vida difícil....no me gusta veros pelear. Pero no juzgues a Aníbal por cómo es....

-¿Qué le paso?

-No puedo contártelo.- Selene la miró fijamente,nunca se había ocultado nada,de hecho cuando empezó a tener una relación mas profunda que la familiar con Julius se lo dijo primero a Adriana,¿qué era eso que le ocultaba?

-Mi señora.- era la voz de uno de los esclavos que irrumpió en la habitación distrayendo a las dos mujeres.

-¿Qué ocurre?- preguntó Adriana,el esclavo le dijo que habían venido a verlas a ella y a su hermana. Ambas se miraron entre sí,¿quién sería? Sólo había una manera de averiguarlo....
Cuando ambas fueron a la puerta principal,Selene se hecho a os brazos de Julius con infinita alegría.

-¡¡Julius!!

-Amica mea reginam (mi amor,mi reina)- susurraba Julius con el rostro hundido entre los ondulados cabellos de Selene,aspirando el perfume que emanaban sus negros cabellos.

-Te dije que volvería a por ti,cariño.- ambos se fundieron en un cálido beso bajo la vista de Adriana que repentinamente se sentía cómo una intrusa en tal dulce escena.

-"Aníbal...."- pensó la joven,mientras Julius y Selene se dedicaban tiernas palabras y dulces besos,Adriana le dió un rápido saludo a Julius que fue igualmente correspondido por Julius ya que toda su atención se centraba en su esposa.
Adriana salió del umbral de la puerta,sintiendo el aire fresco de la noche.

-¿Qué haces aquí fuera?- Aníbal había llegado ya,Adriana sólo sonrió y le abrazo efusivamente.

-¿Q-qué haces,mujer?- un ligero rubor se apodero del rostro de Aníbal ante esa muestra de afecto de Adriana,su vista se fijo en la puerta de su casa y al ver a Julius,sus músculos se tensaron enfurecido.

-¿Qué hace aquí?

-Vino a por Selene....

-¡Julius!- gritó Aníbal haciendo que Julius y Selene se separasen.- Ven fuera  un momento,y tú.- su mirada,dura cómo el acero se poso en Adriana,pero pareció suavizarse un poco.- Ve adentro, son cosas de hombre,mujer.

-Vine a hablar contigo sobre un asunto en particular,Aníbal.
  Julius dejó los dulces brazos de Selene para dirigirse con Aníbal fuera de la propiedad,lejos de las dos. Era obvio que iban a discutir sobre política.

Continuara......


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