Suavis Inimicitia.


Cuando el carro de Febo volvió a hacer su recorrido sobre el cielo y el sol emergió nuevamente bañando con su luz las costas del Mediterráneo,Adriana despertó.Se había quedado preocupada por Aníbal y temía que no hubiese dormido. En efecto,Aníbal estaba despierto y por su aspecto juraría que no había vuelto a cerrar los ojos desde que despertó atormentado por las pesadillas.

-¿Pudiste dormir?- preguntó Adriana,Aníbal estaba sentado al borde de la cama,dándole la espalda a su esposa,con los brazos apoyados sobre las piernas y la cabeza ligeramente inclinada hacía abajo.

-No.

-¿Qué ocurrió?- pensaba que lo que le ocurría a su marido sería que con la reciente guerra aún le atormentasen los recuerdos de las masacres que se vio obligado a cometer.A sus primos y a su abuelo les había pasado muchas veces,Aníbal quizás sufría por eso.

-No.-contesto secamente,no quería decirle a Adriana porque estaba así,en parte se sentiría humillado terriblemente y porque temía que no pudiese confiar en ella,aunque esa idea casi no tenía fundamento porque Adriana le había demostrado que era de confianza.

-Cómo quieras....voy a asearme,vestirme y a ver a....

-Sadik.- Adriana esbozo una leve sonrisa,normalmente se refería a su hijo con los términos de "mocoso","niño","crío".....quizás ese era el inicio de que Aníbal apreciase más a su hijo.


Las horas fueron pasando,Aníbal cómo siempre estuvo atendiendo sus negocios y entrenando con sus hombres,no les daba tregua alguna.Adriana ayudo a Dido a ir preparando su boda con Aderbal que sería la próxima primavera.Ahora estaban a finales del verano.

-Aníbal me preocupa....hay noches que se despierta cómo....

-¿Asustado?- preguntó Dido,Adriana asintió con la cabeza.Esas reacciones en su hermano le eran comunes a la cartaginesa. Desde los diez años Aníbal había sufrido esos terrores nocturnos.

-Le pasa desde los diez años, Adriana,lleva unos.....veinticinco años sufriendo pesadillas.

-Es horrible....

-Lo sé.Pero no podemos ayudarle.Son cosas que debe superar solo.- Adriana aún no se acostumbraba a la sequedad y la frialdad de los cartagineses. De modo que pensó en hacer una cosa para que Aníbal se animase un poco.

Esa noche calculó a que hora vendría su esposo y tras acostar a Sadik en su cuna,fue a su habitación a cambiarse de ropa para ponerse un vestido semitransparente,ligero y provocativo.

-"Venus,ayúdame a seducirle".- Adriana se tumbo en la cama,esperándole. Cuando Aníbal entró en la habitación,cansado del agotador día,esperaba a ver la alcoba sola ya que creía que Adriana estaría con el mocoso.Cuál no fue su sorpresa al encontrarla ahí,y más con ese vestido tan sugerente que resaltaba los atributos físicos de su mujer.Una sonrisa maliciosa y complacida se dibujo en los labios del púnico.

-Así es cómo una mujer debe recibir a su esposo.

-Ven aquí....-dijo ella con la voz más seductora que pudo poner,le daba un poco de corte lo que iba a hacer. Sin deshacerse del todo de la ropa,quedando sólo  con una ligera túnica,Aníbal se acercó a ella,¿que estaría planeando esa cabecita romana? Era obvio que Adriana planeaba algo.

-¿Qué planeas,Adriana?

-¿Los cartagineses dais mucha importancia al honor?

-Es lo más importante.

-Quiero demostrarte que me entrego a ti totalmente....yo....quiero hacer algo que en Roma no esta bien visto,que le da placer a los hombres.

Continuara...... 

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