Suavis Inimicitia.



Paso cerca de mes y medio y la predicción que Adelphos le hizo a Adriana de que Aníbal volvería no se cumplió. No hubo enfado en Adriana,entendía que una campaña militar era una cosa bastante imprevisible y podía alargarse más de la cuenta o acortarse de manera inesperada.



Adriana no se quitaba de la cabeza la visita de Adelphos,él siempre había sido tan alegre y tan tierno....ahora el trato con ella era cómo si estuviese enfadado con ella por casarse con Aníbal y haber tenido un hijo con él. No tenía derecho a enfadarse con ella por eso,nunca habían sido pareja ni nada,sólo amigos y primos. Ya esta.



Una noche Adriana no podía dormir tranquila,no era por su hijo,su lindo y buen hijo que apenas lloraba por las noches y esa noche en concreto sólo se despertó dos veces,simplemente no paraba de dar vueltas en la cama,se había acostumbrado a tener a Aníbal durmiendo a su lado,a sentir su calor y acurrucarse a su lado. Y ahora tenía un vació.
Estaría ya la madrugada muy avanzada cuando entre sueños Adriana escuchó ruidos fuera de la casa. Debería ser algún esclavo que merodeaba por ahí tratando de conciliar el sueño,pero hacía demasiado ruido,no era sólo una persona,había alguien más.
Morfeo la estaría engañando en sueños,sería eso.
Adriana trato de refugiarse entre las sábanas y la blandura del colchón pero el sueño se negaba a llegar a la princesa,se reincorporo en el lecho,molesta por los continuos ruidos que había fuera. Se levantó de la cama para asomarse al balcón y decirle al que estuviese haciendo alboroto que parase. Para su sorpresa cuando lo hizo no vio a nadie.

-”¿Estaré volviéndome loca?”-pensó llendose de nuevo a la cama y tumbándose, cerró los ojos para tratar de relajarse y conciliar el sueño.
Pero el ruido de unos pasos aproximándose a la habitación,sería algún esclavo,Dido o Âkil que se habría desvelado,por lo cuál se arropo con la sábana tratando desesperadamente de dormir. Pero la puerta de la habitación se abrió y alguien entro dentro,alarmando a Adriana que se incorporo de golpe. Se quedo petrificada al ver quien fue quien entro.

-¡Aníbal!- Aníbal estaba allí,notablemente cansado,con numerosas heridas en el cuerpo y seguramente vendajes que ocultaba bajo la ropa. Los ojos negros de Aníbal estaban enrojecidos y ligeramente hinchados debido a la falta de descanso. Se acerco pesadamente a la cama y se sentó al borde de la cama,al fin su blanca y cómoda cama.

-Adriana....-susurró él,llevando su mano al rostro de Adriana,acariciando la suave mejillas de su esposa,la atrajo hacía él y hundió su rostro en los negros cabellos de Adriana e inspiró profundamente su olor,Adriana olía tan bien....a jabón y flores....había añorado ese olor y la suavidad de la piel de Adriana. Había añorado sus retozos largos y frecuentes en la cama....pero estaba agotado,ansiaba dormir.

-Te extrañe Aníbal.- musitó Adriana abrazándole contra ella,por fin estaba con ella,juntos de nuevo. Aníbal no contestó manteniendo su fachada de hombre duro y sin corazón,pero en lo más profundo de su ser la había añorado. Su pureza,su cariño....

-Estoy agotado.- dijo separándose de ella y tumbándose en la cama,Adriana no tardo en recostarse a su lado y apoyar la cabeza en su pecho.

-Lo comprendo.Mañana cuando estés más descansado podrías contarme cómo fue todo.

-No.Mañana cuando descanse te tendré todo el día en la cama recuperando los polvos perdidos.- Adriana no tardo en ruborizarse,sabía que Aníbal hablaba en serio,de modo que le esperaba un día movido mañana.....

Continuara.....

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