Suavis Inimicitia "La última noche en Roma"
En cuanto se verifico que Marco y Junio mejoraban por
días gracias a los atentos cuidados de su madre,todos los invitados
decidieron que ya era hora de volver a sus respectivos hogares. Les
unió la tragedia,pero eso sirvió para que Adriana y Selene se
reconciliasen y que por ejemplo,Fabio y Élbir continuasen con su
rivalidad en el latrunculi,juego de estrategia en el que el
cartaginés era incapaz de vencer al romano. Pero ya era hora de
volver a casa. Esa era su última noche en Roma.
-Si una nueva guerra surgiese con Roma sería
complicarla asediarla sin la maquinaria apropiada- le comentó Aníbal
a Aderbal esa última noche. Ambos amigos estaban desvelados y se
encontraban en uno de los patios interiores de la casa. Aderbal se
encogió de hombros ante la idea de su amigo.
-Algún día Cartago destruirá Roma,seguro que tú o
Amílcar Barca lo hará- musitó Aderbal cruzándose de brazos,llevar
la guerra a Roma sería interesante,pero de momento estaban en paz
con los romanos y no había,de momento,augurio de guerra.
-Por cierto,casi he convencido a Dido para tener un
hijo- dijo Aderbal sonriendo ampliamente, Aníbal lo miró
incrédulo,¿Dido? ¿Su hermana volviendo a ser madre? Se estaba
aguantando el no romper a reír a carcajadas por respeto a
Aderbal,aunque no pudo evitar que una risita se le escapase,que
negaría por supuesto.
-Que Baal te ayude,Dido es testaruda como una mula.
-Como tú.
-Idiota.
-Sabes que estoy de broma con eso,aunque los dos sois
testarudos- Aníbal debía de admitir que Aderbal tenía razón,si
algo tenían los hermanos Melkart era que eran testarudos y no
rompían sus juramentos y Dido juró mientras daba a luz a Âkil que
no traería más niños al mundo,pero ni ella misma contaba con el
instinto natural de maternidad con el que las mujeres tenían,así
que no era romper un juramento por eso,por que era una expresión de
amor entre ella y Aderbal.
-En eso te doy la razón.
-Pero a veces temo que aún quiera a su antiguo
marido....- Aníbal negó con la cabeza varias veces.
-Dido desde siempre te quería a ti. Se casó con
Asdrúbal por obligación y sólo había entre ellos algo de cariño y Âkil-
Aderbal lo sabía de labios de la propia Dido,pero aún así siempre
tendía a ese miedo casi irracional a ser la segunda opción de su
mujer.
-Yo ya voy a acostarme,estoy cansado- dijo Aderbal
dando un bostezo que no pudo evitar reprimir,Aníbal debía de
admitir que también estaba cansado y sin más ambos púnicos
entraron dentro de la casa y dirigiéndose casa uno a las respectivas
habitaciones donde dormían. Obviamente Aníbal dormía con
Adriana,quién llevaba ya tiempo dormida. Adriana había estado antes
con Selene contándole historias de la mitología romana a sus
respectivos hijos,los niños le habían insistido en dormir los tres
juntos y como Marco y Junio no tenían ya rastro alguno de fiebre,de
hecho se habían pasado la mañana jugando a “musca aenea” (una
especia de pilla pilla) con Sadik,les dejaron.
Aníbal cuando entró en la habitación vio a Adriana
durmiendo plácidamente en la amplia cama,el cartaginés se acercó a
la cama y no pudo evitar acariciar el rostro dormido de su mujer,sus
ojos se depositaron en la fina cadena de oro que colgaba en el cuello
de Adriana,no desconocía que llevaba una imagen de Baal desde hacía
años que el mismo le dio. Ya al día siguiente volverían a
Cartago,a su hogar....odiaba Roma y no lo disimulaba y estaba ansioso
por volver a su tierra,de hecho sentía como sus antepasados se
removían en sus tumbas desde el primer momento en que puso un pie en
Roma. Aunque cuando tomo la decisión de casarse con Adriana no tuvo
esa sensación de repulsión,no por su innegable belleza,si no por su
carácter,todo lo opuesto a él. Ella tan dulce y tierna,él tan
arisco y duro. La noche y el día.
Aníbal se tumbo en la cama junto a Adriana,pero no
durmió, no dormía bien desde que llegaron a Roma,debía de admitir
que era propenso a los desordenes del sueño,la más mínima
preocupación le arrebata el sueño o no podía descansar bien y eso
quizás podía ser un factor que agriaba su carácter. Aníbal noto
un pequeño movimiento entre las sábanas y vio que Adriana se había
despertado.
-¿Te desperté?
-No- Adriana se incorporó un poco en la cama para
desenredarse la cadena de oro de su pelo,desventajas de haberse
movido bastante mientras dormía,pero no tardo en tumbarse nuevamente
al lado de su marido.
-¿No puedes dormir,Aníbal?- preguntó ella mirándole
notablemente adormilada,Aníbal normalmente habría aprovechado la
ocasión para tratar de intimar con su mujer ya que nadie estaba
despierto en la casa,pero no tenía ganas.
-No. Que eso no te impida dormir- no termino la frase
cuando Adriana ya estaba negando con la cabeza repetidas veces.
-Peor para ti- tan dulce como siempre...Adriana entornó
los ojos,ya a esas alturas estaba acostumbrada a que Aníbal fuese
así de áspero.
-¿Sabes? Esta era mi antigua habitación- Aníbal
simplemente se encogió de hombros,aunque picado por la curiosidad.
No se imaginaba a una Adriana más joven,ella ahora tenía veinte
años y seguía siendo muy joven,pero no se la imaginaba con doce o
trece años en aquella habitación,jugando,estudiando o lo que fuese.
A veces le hubiese gustado que Adriana y él se hubiesen conocido
cuando tenía él la misma edad que ella cuando se casaron,quince.
Aníbal con quince años era mucho más inocente e ingenuo,una
inocencia e ingenuidad que fueron brutalmente destrozadas hacía
tiempo.
-Hay una cosa por la que no puedo evitar tener
curiosidad- dijo de repente Aníbal observando el techo de la
habitación,Adriana se recostó sobre el pecho de su
marido,así,incitante y despeinada estaba adorable. Ella besó
amorosamente los labios de su marido,pero él no estaba especialmente
mimoso así que apenas respondió al tierno gesto.
-Te quiero- susurró Adriana,aunque sabía que sus
palabras de afecto caerían en saco roto,como siempre.
-Te....hm...nada....- Aníbal casi había podido
decirle que la quería,casi.
-En fin.....¿qué querías que te contase?
-Lo de Julius y Selene,me pica la curiosidad- Adriana
asintió con la cabeza,era una historia bonita a fin de cuentas.
¡Madre mía! ¡Qué prolífica! No me da tiempo a leer jajajaja Me "obligas" a seguir tus pasos todos los días... pero lo hago encantada. Tengo que ponerme las pilas ;-)
ResponderEliminarBesos de Pecado.
Jejejej es que tengo que acabar rapido la parte de Roma antes del jueves que viene porque me ire unos dias de viaje y no me gusta dejar un arco del argumento a medias >.< si soy muy maniatica xD
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