Suavis Inimicitia "Encuentro"
Mientras Adriana se juraba a si misma que hundiría en
la miseria al pretor, Sadik obedeció las palabras de su madre, fue
directamente a la tienda del pretor donde estaba Aurelia cuidando de
Aradna. Cuando Sadik entró, Aurelia levantó la cabeza para mirar al
pequeño púnico-romano y esbozó una sonrisa.
-Hola pequeño,¿dónde estuviste?
-¿Podrías llevarnos al Iberus? Aquí no hay sitio
donde jugar...-Aurelia dio un respingón al escuchar lo de ir a ese
río,su marido le tenía totalmente prohibido ir al Iberus porque
quizás a algún cartaginés cruzase el río y le atacase.
-Es peligroso,cielo.
-Pero aquí no hay nada....-se quejó el niño,poniendo
una mirada de cordero degollado, su color de ojos potenciaba el
factor.
-Solo un rato,¿vale?- el niño asintió con la
cabeza,pero Aurelia primero quería ir a otro sitio antes de ir de
excursión con los pequeños -Ahora vengo y cuando venga nos vamos.
Aurelia antes quería ir a ver a Adriana,necesitaba
saber cosas de sus posibles futuros hijos,la esterilidad de Aurelia
le hacía querer ser madre con todas sus fuerzas,rezo incontables
veces a los dioses para que le hiciesen madre. Así que cuando vio
a Adriana con sus hijos,sabiendo que el destino de Adriana mientras
siguiese cautiva sería la esclavitud y no quería que unos niños
tan preciosos sufriesen la esclavitud. A si que simplemente pensó en
darles otra vida mejor. El niño sería un legionario romano y la
niña una hermosa romana,olvidarían sus raíces cartaginesas.
La mujer entró en la tienda donde estaban los
prisioneros,en una de las jaulas donde estaban las mujeres se
encontraba Adriana,mirando con sumo desprecio la bazofia de comida
que le habían servido en un cuenco. Aurelia se acercó a dónde
estaba Adriana,la princesa al verla lo que hizo fue tirarle el cuenco
con comida,pero no paso de los barrotes y cayó al suelo,Aurelia
trato de olvidar ese insulto.
-Necesito hablar contigo.
-Púdrete zorra roba niños- siseó Adriana con el más
absoluto desprecio,lógico debido a que Aurelia le estaba tratando de
quitar a sus hijos.
-Mira,vengo a negociar contigo.
-¿Negociar?¡¿Y qué vas a negociar conmigo si tratas
de quitarme a mis hijos?!- grito histérica Adriana,¿quién se creía
esa maldita zorra que era para arrebatarle a sus hijos?
-Deja de gritar y escucha. Tus hijos estarán mejor
conmigo que contigo,¿qué clase de vida podrías darle tú y tú
esposo? Es un soldado muy joven,no ganará mucho.
-Él no es mi marido. Mi marido es general del ejército
de Cartago- siseó Adriana con toda la ira que podía decir -Y mis
hijos viven mejor de lo que vivirían contigo.
-¿En serio?- preguntó burlesca Aurelia- Viniste
sucia,desmejorada y con un hombre que según tú no es tu marido.
Chica....vaya ambiente para criar a unos niños. Tus hijos serán
rebautizados y serán mis hijos y no tuyos- Aurelia salió de allí
sintiéndose por unos instantes victoriosa,en lo que volvía a su
tienda para llevarse a los niños al Iberus,pudo ver cómo los
soldados usaban a Élbir como saco de entrenamientos,pobre
chico....sería una pena venderlo al circo de gladiadores,pero
valía,estaba demostrando ser muy fuerte y resistente. Llevaba más
de siete combates y no parecía cansado.
Aurelia cumplió su palabra y llevó a los pequeños al
río Iberus,se llevó también unas manta para sentarse en la hierba
mientras el pequeño jugaba. Aunque Aurelia no le hacia mucho caso a
Sadik ya que casi todos sus mimos iban a Aradna,aunque la niña
seguía con aquel brillo de inesperada seriedad,en fin, con el tiempo
esperaba endulzar a aquella pequeña.
Sadik al ver eso,aprovecho para escaparse hasta más
abajo del río,por dónde cruzaron con Élbir antes de ser
apresado,pero por precaución iba escondiéndose en los arbustos.
Casi grito de la alegría al ver un pequeño grupo de hombres con
caballos y más al reconocer entre ellos a su padre,pero Aníbal no
le vería si estaba escondido entre la maleza.
Los planes de cruzar el Iberus a caballo se frustraron
porque uno de los caballos tenía miedo de cruzar el río y
transmitía ese miedo. Aníbal decía de dejar a los caballos ahí
atados,tenían prisa por cruzar el Iberus. Habían acordado el cruzar
al amanecer,pero el cansancio acumulado jugo en su contra al quedarse
los cuatro dormidos y ahora lo de los caballos.
-Vale,cruzaremos andando,no esta muy caudaloso aquí-
corroboró Adelphos atando al caballo en un tronco,sería menos
glamuroso llegar a pie al campamento,pero no había contado con lo
del caballo.
-Vamos,ya- decía Aníbal entrando el primero en las
aguas del río,el agua le llegaba hasta las rodillas pero no le
importaba,quería llegar ya a ese campamento romano dónde estarían
su mujer y sus hijos,por fin tras tanto volvería a abrazarlos.
Seguido por Adelphos,Aderbal y Bolmícar no tardaron en cruzar el río
y cuando Sadik vio que cruzaron,salió de su escondite
corriendo,tratando de alcanzar a su padre,pero se había equivocado y
se había escondido un poco lejos de donde estaban su padre y sus
tíos. Al ver que se alejaban,salió corriendo en dirección a su
padre,pero al parecer no lo vio,así que decidió llamarle.
-¡Padre!- gritó el pequeño,Aníbal al oír la voz de
su hijo se quedo helado y más cuando lo vio corriendo hacía
él,Sadik...su hijo,se agachó y cuando el niño llegó a su altura
no pudo hacer otra cosa que abrazarlo con fuerza contra su pecho. Por
fin,por fin tras tanto sin poder abrazar a su primogénito.
-Sadik,Sadik...-murmuraba Aníbal sin soltar a su hijo
del agarre.- ¿Qué haces aquí solo?
-Me escape. Pero una bruja romana tiene a Aradna y mami
esta en peligro....y Élbir no se que pasó con él....- el niño no
tardo en decir todas las barbaridades a las que fueron
sometidos,desde que tanto él cómo su hermana fueron separados de su
madre y que Aurelia quería llevárselos a Roma y hasta las
condiciones en las que estaba su madre.
Cuando Aníbal escuchó de labios de su hijo que una
romana quería quedarse con sus hijos y que su esposa había sido
apaleada y estaba recluida y que uno de sus hombres iba a ser vendido
al circo de gladiadores sintió cómo la sangre le hervía. ¡¿Habían
osado golpear a su esposa y tratado de quitarle a sus hijos?! ¡Los
iba a matar a todos en cuanto llegase al campamento romano!
-Sadik,se lo haré pagar a todos lo que ha pasado- le
aseguró Aníbal a su hijo.
-¡¿Dónde estás?!- era la voz de Aurelia llamando a
Sadik - ¡Esto no tiene gracia!- sonaba preocupada.
-Oh no....-musitó Sadik -Padre,esa mujer es quién
tiene a Aradna.- Aníbal no dijo nada,sólo cogió a su hijo en
brazos a la espera a que llegase a esa mujer que trataba de
arrebatarle a sus hijos. No sabía si la mataría o la usaría para
sus fines.
(Sadik en el Iberus)
Hola.
ResponderEliminarTienes mucha imaginación y la sabes desarrollar muy bien.
Saludos de fin de semana.
Hola,se agradece tu comentario y espero verte más a menudo por aqui. :3 La verdad es que a parte para desahogarme,me encanta desde siempre escribir historias y esta es la mejor que tengo.
EliminarUn beso