Suavis inimicitia


El día de la boda llegó.

Adriana pensó que para ese día debió haberse vestido de negro en vez de ese hermoso vestido blanco que llevó.La joven princesa romana vistió con un sencillo vestido blanco con una tela de seda semitransparente blanco que se sujetaba a las tirantas del vestido con unos adornos dorados y se pillaban en los brazaletes de oro. Cómo únicos adornos llevaba un cinturón ceñido a su cintura de color gris claro con adornos de oro y una tirana trenzada de plata sacada de las minas de plata cartaginesas en Iberia,en la cabeza con un adorno de una joya que parecía un rubí.Estaba preciosa,pero se veía en su mirada que no era feliz,una vez casada,¿qué sería de ella? Ese era su temor.

Aníbal no parecía tampoco muy feliz,la idea del matrimonio no le gustaba,ya salió bastante escarmentado de uno.
El general se encontraba antes de la boda en el templo de Baal,en su habitación,terminado de vestirse cuando entro de golpe Aderbal,sonriendo y ya preparado.

-Es tu boda no tu funeral- dijo Aderbal a su amigo al verle tan serio,aunque ya estaba acostumbrado a esa expresión de él.

-Igual es- Aníbal estaba sólo con una túnica azul marina con los bordes de la falda y de las mangas cortas de color gris,cogió un peto de cuero negro y se lo puso encima de la túnica,el peto tenía unas tiras de cuero con tachuelas de metal a modo de adorno que caía por la parte delantera de la falda de la túnica,tras ponerse el peto se ciño un cinturón a la cintura.

-No es el mismo con el que te casaste la vez anterior- observó su amigo,recibió por ese comentario una mirada por parte de Aníbal queriéndole decir : "¿Eres imbécil? Es obvio que no" cómo única respuesta.

-Te quiero hermano.- dijo Aderbal tratando de desviar el tema,con ese comentario le saco una fugaz sonrisa a Aníbal.

-Ven aquí,hermano- dijo el general cogiéndole de la muñeca y abrazándole de manera fraternal.Eran más que amigos,más que general y capitán.Se consideraban hermanos de leche ya que la madre de Aderbal fue la nodriza de Aníbal cuando la madre de este falleció.

-Saldrá bien con ella,te lo aseguro.Tanit hará que tengáis muchísimos hijos. Se separaron del abrazo para que Aníbal terminase de arreglarse para su enlace,se coloco en los brazos dos brazaletes de oro y se puso una capa azul marino.Se veía cómo un novio y cómo un militar.Aderbal le tendió su espada,símbolo de valentía,lucha y virilidad.

-Estas muy guapo. Si no quiere Adriana me pongo yo su vestido y me caso contigo....

-Dudo que te siente tan bien cómo a ella.


Adriana estaba aterrada,tanto que rezó a Juno,diosa de la mujer y el matrimonio para que le ayudase mientras Dido la ayudaba con el vestido.

-Estás hermosa Adriana.Más que la íbera cuando se caso con mi hermano- dijo la cartaginesa cogiendo la tiara de plata.-Esto y el vestido son regalos de mi hermano.-dijo antes de colocar la tiara en la cabeza de Adriana,ella se miró al espejo para verse. Lucia bien,bastante bien.Pero la belleza no era todo.


Se casaron por la tarde en el templo de Baal,máximo divinidad de Cartago,los caso el sacerdote de Baal. Aderbal asisitó cómo padrino de su amigo y Dido cómo madrina.
Adriana miró a todos lados,buscando con la mirada a su familia.Nada...¿no habían venido? ¿Ni siquiera Selene? En su inocencia,Adriana no sospechaba que Aníbal no había avisado a la familia de ella.No quería más romanos en su casa.Ya que Adriana una vez casada sería cartaginesa,no romana.

La boda transcurrió con naturalidad. El sacerdote enlazo sus manos con un cordón dorado,uniéndoles.Tras eso las alianzas,así con ese anillo quedaron ligados hasta que la muerte los separase.
Para sellarlo más,los novios se besaron en teoría cómo demostración de amor.Pero no.Fue más bien para sellar definitivamente una unión política,una unión que podría llevarles a ellos dos a la perdición o no.

Tras la ceremonia,llegó la celebración. A los esposos se les notaba raros.No era cómo se esperaría de dos recién casados,se veían apáticos.A Adriana triste,se sentía abandonada y traicionada por Selene,Adelphos,Julius,Claudia....¿tan poca cosa era para ellos? ¿Tan poco importaba ella en Roma?
Aníbal la saco de sus pensamientos al levantarse se golpe y tirar de ella,obligándola a levantarse.

-Me odiare por esto....-dijo el púnico,tras eso,agarró a Adriana y se la hecho al hombro,cómo normalmente se hacían en las bodas romanas,brevemente Adriana recordó que cuando su melliza se caso,Selene se refugió en su brazos y Julius fingió secuestrarla.¿Esta siguiendo Aníbal una tradición romana?
 Más se sorprendió cuando los invitados,ninguno que Adriana conociese,gritaron "Buena suerte" y mencionaron a Juno y Júpiter....¿habían hecho partes de una boda romana? Si,pero obviamente se rezo a Tanit y se sacrifico un animal a Baal.

Tras eso,Aníbal sin soltar a Adriana la llevo hasta la que sería ahora su habitación conyugal y sin ninguna delicadeza la arrojo sobre la cama.

-Nadie nos molestara....esposa- demoro esta última palabra con cierta sorna,se relamió los labios al ver cómo su esposa se levantaba del lecho.Por fin era suya.

-Aníbal yo....-fue interrumpida cuando él le puso la mano en la boca un par de segundos,después la retiro.Adriana pudo observar que había dejado dos jarras sobre una mesa,una con vino y otra con miel.

-¿Bebes,no?- le preguntó Aníbal que se sirvió vino,Adriana asintió.Él en vez de beberse el contenido de su copa,se la ofreció a ella.El recipiente estaba lleno hasta el borde y Adriana lo tomo con ambas manos y se lo llevo a los labios,bebiendo unos sorbos.

-Del todo.-exigió él,sumisamente,Adriana se bebió todo el contenido,al instante se sintió mareada,sus mejillas se tiñeron de un suave tono rojizo.

-Tienes ya edad de yacer con un hombre,¿cuánto tienes? ¿Dieciséis?

-No....tengo quince.

-Y me corresponde a mi hacerte mujer.Eres mi esposa,mi mujer.-sin más la agarró y la atrajo contra él....



continuara.....

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