Suavis inimicitia


Esa noche,Aníbal no dudo en interrogar a Dido sobre lo que hablaba con Adriana,quería saber todo lo que su hermana le decía en tales confidencias femeninas.
Así que Aníbal acorralo a su hermana contra una pared,agarrándola con cierta violencia del brazo,dejándole marcados sus dedos en la piel morena de Dido.

-Ya estas escupiendo todo lo que le cuentas a Adriana.

-No tengo porque contarte nada hermano,no sabe nada que tu no sepas....-dio un leve gemido de dolor al notar cómo su hermano menor incrementaba la presión del agarre en su brazo,su orgullo le impedía quejarse si le hacía daño.

-Habla.

-Esta bien.Me hablo de su familia,de ella misma,de lo que espera con este matrimonio que le espera en poco mas de un mes y.....

-¿Y que más?- Preguntó Aníbal notablemente irritado,Dido movió la cabeza negando,si le decía que Adriana le preguntó por su pasado enfadaría a Aníbal,además de que sabía que a su hermano no le gustaba recordarlo. Recordar que su padre desde su nacimiento le decía cosas cómo "Sólo traes la muerte" entre otras barbaridades que un niño no debió escuchar de labios de su progenitor.

-¡Contestame,mujer!- Gritó ya pasando de la irritación a la ira,sacudiéndola con fuerza,Dido forcejeo para tratar de soltarse del agarre de su hermano ,con esto sólo consiguió golpearse contra la pared.

-Me...pregunto por ti....sobre tu pasado....-al escuchar estas palabras Aníbal soltó de inmediato a Dido y se fue de allí,dejando a Dido sola en el pasillo,aturdida,rezando a Baal,Melkart y Tanit de que en ese estado de ira su hermano no fuese a descargar su enfado con Adriana.

Nada que ver.

Aníbal descargó su ira en su alcoba,gritando,maldiciendo,golpeando las paredes hasta que sus nudillos sangraban y tras eso,pasar el puño desnudo por la áspera pared,tiñéndola con su sangre.
Sangre que hervía de ira y el más puro deseo.Deseaba a Adriana cómo nunca había deseado a una fémina,ansiaba el tomarla,de hecho pensó que podía entrar en la alcoba de Adriana y forzarla,calmar su lujuria.¡Esa maldita princesa lo seguía torturando incluso al poco de estar casados!
Nueve años,nueve malditos años siendo torturado en la distancia por la existencia de una mocosa que nació cuando él tenía veinte años.Cuando ella aprendía a andar,él teñía su espada de sangre. Cuando ella era criada entre algodones,su infancia fue un infierno....

-Maldita...Ojo rojo de Melkart maldita puta romana....-murmuraba preso de una especie de locura,la locura de la lujuria,odiaba a Adriana,pero a la vez la deseaba,quería derramar su sangre,pero a la vez quería poseerla. Quería oírla gritar de dolor,y a la vez oírla gritar de placer. Ansiaba tomarla,matarla. Pegarle,engendrar a sus hijos. Dolor,placer....

Aníbal cerró los ojos y apoyo su cabeza contra la pared,pegando su frente a la dura superficie,ansiaba paz....ansiaba gritar,chillar,destrozar....una parte de él,la parte del amante,decía que encontraría la paz entre los brazos de Adriana. La parte del guerrero decía que cogiese la espada y cercenase de un golpe la cabeza de la romana.Muerta ella....el deseo de calmaría.

Sin más,preso de esa macabra idea,cogió su espada y fue a la alcoba de Adriana,dispuesto a hacer correr la sangre de Roma en su casa,así empezaría una guerra con Roma.
Abrió la puerta y con la espada en su diestra se aproximo al lecho de la joven,la cuál dormía plácidamente.Llegó al lado de la cama y levanto la espada...pero no pudo.Vio ese hermoso rostro dormido,esa dulzura....el embriagador olor de Adriana llegó hasta su nariz....¿a quién engañaba? Esa niña era su debilidad.
Dejo caer la espada al suelo y se arrodillo al lado de la cama,adorando a esa preciosa criatura,queriendo tocar esa suave y delicada piel,recorrer con sus dedos las perfectas facciones de Adriana.

-Baal....¿por qué me torturas? ¿Por qué pusiste a este demonio con cuerpo de diosa en mi camino?- Temeroso de despertarla,acaricio los labios de Adriana con la punta de sus dedos,después bajo para acariciar su barbilla y recorrió con inesperada delicadeza las facciones de ese rostro.Sin más,deposito un breve beso en los suaves labios de Adriana.

-Duerme.Descansa mi deseada enemiga.....-susurró con cierta ternura,algo muy inusual en él.

Continuara......

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