Suavis Inimicitia
Aníbal
tras darse un largo baño fue a su habitación,dónde creía que
estaría Adriana con su hijo jugando en la cama,fue una sorpresa
cuando vio que no estaba,bueno,seguramente estaría en la habitación
del crío acostándole en la cuna. Pero de todas manera fue a
buscarla a la habitación colindante a la conyugal.
Adriana
estaba meciendo al pequeño en sus brazos mientras cantaba con voz
suave y cálida una nana para que el pequeño durmiese.
-“Duerme
mi vida,no hay que llorar,
duerme y sueña feliz,
siempre tu debes mi
arrullo llevar,
así yo estaré,junto
a tí.”
Esa
fue la última estrofa de la canción que Aníbal escuchó,ya que la
canción estaba algo avanzada cuando él entró. Adriana no se
percató de su presencia,por lo tanto se acerco a la cuna y dejo con
suma delicadeza a Sadik en la cuna y lo arropo para que no cogiese
frío, ya era casi invierno y estaba soplando el viento de poniente.
-¿Esta
dormido?- preguntó Aníbal,Adriana dio un respingón de sorpresa y
se giro para mirar a su esposo,desde Siracusa estaba bastante suave
con ella y eso le gustaba,esperaba que estuviese así siempre con
ella. Soñar y desear era fácil,pero lo difícil era cumplirlo.
-Sí,esta
dormidito como un lirón.- dijo Adriana sonriendo y acariciando las
mejillas de Sadik que estaba tal y cómo dijo su madre, profundamente
dormido.- ¿Qué soñara?- preguntó Adriana a Aníbal,él sólo bufó
un poco.
-Es
un mocoso que no conoce mundo. Te lo dije una vez. Aprovecha estos
momentos que a los siete años será mío.
-¿Y
si no quiere ser guerrero? Fabio fue guerrero obligado,él quería la
filosofía.
-El
crío será un guerrero. Lo lleva en la sangre.- Adriana suspiró,no
quería discutir con su marido por algo que estaba aún lejos. Su
hijo ya tendría la oportunidad de decidir,era una tontería
discutirlo porque Sadik ni tenía un año de vida.
-Vámonos
tú y yo a la cama,Adriana.- ella simplemente esbozó una sonrisa y
tras besar la frente de su hijo,lo dejaron dormir tranquilo en su
cuna,soñando con la inocencia que sólo un niño podría tener
,ajeno a la guerra que iba a estallar en breve y las muestras de
afecto de sus padres.
Inevitablemente
la mañana llegó,Aníbal no despertó por la leve luz solar que
entraba entre las cortinas de la ventana sino por el llanto de su
hijo seguramente por una pesadilla o por cualquier cosa. Aníbal
gruño un poco y llevó su mano hasta el hombro de Adriana para
sacudirla un poco para que se despertase.
-Adriana,el
mocoso.....-dijo,Adriana se giro dándole la espalda,era obvio que su
esposa no quería despertarse de su sueño reparador. Aníbal suspiró
y se levantó de la cama pesadamente,iba sólo vestido de cintura
para abajo con lo que en su día tuvo que ser una túnica,le gustaba
dormir así,se encamino hasta la habitación de su hijo,que seguía
llorando,llamando a su madre.
-¿Qué
pasa?- preguntó con cierta brusquedad,el niño le miró con sus ojos
verdes vidriosos y con las mejillas cubiertas por lágrimas.
-Yo....miedo....-murmuró
el niño estirando los brazos para que su padre lo cogiese,Aníbal lo
miró sin saber muy bien que hacer. De niño cuando le decía a su
padre que tuvo una pesadilla,su padre le hubiese dicho literalmente
“Pues te jodes”. Pero él no era su padre,y aunque lo negase,en
él había aflorado el instinto paternal.
-¿Quieres.....dormir
conmigo y con tu madre?
-Sí-
Aníbal cogió a su primogénito en brazos y por el frío de la
mañana,cogió la sábana con la que el niño dormía en la cuna para
taparle,Sadik no tardó en aferrarse a él,sintiéndose seguro,pues
la dureza del cuerpo de Aníbal y su forma de hablar le transmitía a
Sadik que su padre era fuerte.
Volvió
con su hijo a la habitación conyugal y lo tumbo en la cama entre
Adriana y él,Sadik con sus pequeñas manitas toco la mejilla de su
madre y sonrió más calmado,su padre no tardo en tumbarse en la
cama,le quedaba aún un poco más de media hora para tener que
levantarse,así que aprovecharía el poco tiempo que le quedaba de
descanso con su familia.
Sadik
no tardó en dormirse nuevamente mucho más tranquilo al verse con
sus padres. Aníbal no volvió a conciliar el sueño,simplemente se
recostó en la cama,apoyando la cabeza en uno de sus brazos y sus
negros ojos se fijaron en su familia. Su bella Adriana y su inocente
Sadik,era aún tan pequeño y frágil....la gran mano del padre
agarró con suavidad la pequeña mano de su
primogénito,sorprendiéndose de la suavidad de la piel del niño,lo
habría heredado de Adriana,aunque también sería porque sus manos
estaban duras por años del manejo de las armas. Tontamente esbozó
una sonrisa,ese momento entre la suavidad de las sábanas con su
mujer y su hijo valía la pena todo. ¿Sería capaz de morir por
ellos? Sin dudarlo,sí. Eso temía,que no volviese de la guerra,que
muriese en el campo de batalla. No confiaba en la palabra de la
oráculo Diodal,no creía que los dioses controlasen sus
vida,ellos,los frágiles mortales podían cambiar su destino.
Nadie,ni si quiera los dioses todopoderosos podían.
-¿Qué
le quita el sueño a uno de los generales más grandes de Cartago?-
preguntó Adriana con voz adormilada,estaba medio despierta por
fin,Aníbal seguía absorto en las facciones dormidas de Sadik y
cogiendo su pequeña mano,el niño inconscientemente agarró uno de
los dedos de su padre.
-Los
llantos de tu hijo. Tenía una pesadilla y quiso dormir aquí.
-Nuestro
hijo.
-Desde
que nos acostamos hasta que es la hora del amanecer es tu hijo.-
Adriana rió y beso amorosamente a Sadik,en esos momentos en los que
Aníbal estaba de tan buen humor había una paz que deseaba que
durase eternamente. Pero conociendo el temperamental carácter de
Aníbal eso era complicado,sería más fácil que los espartanos se
decantasen por la vida pacífica y la filosofía.
El
niño se despertó y al parecer se despertó con ganas de jugar ya
que empezó a juguetear con la fina cadena de oro que Aníbal llevaba
colgando al cuello con una pequeña imagen de Baal.
Adriana
se hecho a reír y con la aura de paz y armonía que se respiraba en
la habitación Aníbal dejando de lado la coraza que normalmente
recubría su corazón y su alma,empezó a jugar con su hijo,el cuál
se reía sin parar,estaba más acostumbrado a los tiernos juegos que
tenía con su madre que a los más brutos de su padre. Y,¿por qué
no? Que Aníbal hubiese sufrido muchas carencias afectivas de
niño,eso no significaba que su hijo las sufriese. Claro que lo
quería endurecer de carácter,pero más adelante,que disfrutase de
la dulzura de la infancia.
-¡Mi
general!- la voz de Élbir al otro lado de la puerta rompió el aura
de armonía y juegos de la familia,al parecer Aníbal se había
entretenido un poco más de la cuenta de lo que quería.
-Tengo
que irme,Adriana.- dijo dándole un breve beso en los labios a su
mujer y le removió los cortos cabellos a su hijo.- Luego
jugamos,enano.- se levantó de la cama dejando a su mujer y a su hijo
en la cama,retomando los juegos.
que bonito :). se les ve muy unidos.
ResponderEliminares una de las entradas mas monas que escribi. El dibujo es de un amigo y me hizo muchos mas que ya los ire subiendo
Eliminarpubliqué dos más yo en mi blog :).
ResponderEliminarGracias por pasarte y comentar, me gustó este texto :) ¿Cómo puedo seguirte? No tienes el gadget de seguidores activado.
ResponderEliminar¿Como se pone ese gadget y como se llama? D8
EliminarMe alegro de que te guste esta entrada :D
es en más gadgets uno que se llama iniciar sesión :).
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