Suavis Inimicita
Aníbal volvió a la
mañana siguiente a su casa,se había traído al espía Octavio para
usarlo cómo prueba,lo tendría atado y torturado en los establos de
su casa,hasta ser llevado a Siracusa para ser usado cómo prueba para
que los romanos se hiciesen cargo de su propia inmundicia . Cuando
llegó a su casa,fue de inmediato a ver a Adriana por si estaba
terminando de preparar el equipaje para partir en pocos días a
Siracusa. Ella estaba en la habitación de ambos preparando las cosas
y el niño estaba jugando en el suelo,cerca de su madre, sentado
sobre unas sábanas para no coger el frío del suelo.
-¿Te queda
mucho,Adriana?- Elira,la esclava de confianza de Adriana y niñera de
Sadik, estaba también en la habitación ayudando a su domina.
-Cómo ves,nos las
apañamos. Por cierto,podrías saludar al menos.- Aníbal le hecho
una rápida mirada al crío que ni se molestó en devolvérsela,estaba
demasiado entretenido jugando con unas figuritas de madera.. Sin
más,abrazó a Adriana por detrás,atrayéndola contra él y dándole
un breve beso en la cabeza a su esposa.
-Cuando todo esto
acabe,Cartago destruirá Roma,y tú y yo volveremos a estar juntos.
-¿Algún espía en el
senado?- preguntó Adriana cambiando el tema de la conversación
ligeramente,Aníbal suspiró profundamente,esa basura romana que
profano el consenso de Cartago con su sola presencia.
-Uno,un tal Octavio
Bruto.- la bolsa de viaje que tenía Adriana entre sus manos cayó al
suelo en cuanto escuchó ese nombre,para Aníbal no pasó
desapercibida esta reacción en su esposa.
-¿Le conoces?- Adriana
no respondió,ni se movió un milímetro,Aníbal,esperándo
respuesta,la agarró por los hombros y la giró para que le mirase a
la cara y respondiese.
-¡¿Quién es?!
-Octavio Bruto....octavo
hijo de Aurelio Bruto....mano derecha de mi abuelo....y....
-¿Y?- Adriana tragó
saliva,si se lo decía lo más probable es que Aníbal entrase en
cólera,si sabía quien era Octavio querría despellejarle vivo.
-Te enfadaras....
-Me enfadaré más sino
me dices que más sabes de él,respóndeme,mujer.
-Octavio Bruto,octavo
hijo de Aurelio Bruto,político y soldado romano al servicio de la IX
Legión romana cuyo general y cónsul es Julius Augustus. Octavio
esposo de Delinenar,hija de una de las tribus íberas de Báecula....-
Aníbal se tensó notablemente al escuchar las palabras de
Adriana,¿así que ese sucio romano era el responsable del fracaso de
su primer matrimonio? ¿Por esa patética parodia de hombre Delinenar
lo abandonó?
-No debí haberte dicho
nada.- dijo Adriana separándose de él y tomando a su hijo en
brazos,Aníbal había notado cómo los ojos de Adriana se humedecían
por las lágrimas cuando le explicaba todo eso.
-Adriana....
-Nunca deje de sentirme
cómo una sustituta de Delinenar,tú aún la quieres por esposa,y te
conformaste conmigo....- musitó Adriana saliendo de la habitación.
Pero antes de que pudiese ir muy lejos,Aníbal la detuvo.
-Nunca me conformé
contigo. Adriana,Delinenar ha sido el mayor error de mi vida. Nunca
la quise.
-¿De verdad?
-Sí.- Aníbal no iba a
decirle más claro a Adriana que la quería, no quería demostrarlo
porque tenía una imagen que mantener, nunca amó a Delinenar. Ese
matrimonio fue obligado por los padres de ambos cuando tenían quince
años Aníbal y trece años Delinenar ,Aníbal era un mocoso que no
tenía ni asomo de barba aún. Fue algo forzado y la noche de bodas
un horror debido a que Aníbal aún era un muchachito que había
gozado escasamente del placer de yacer con una mujer. Delinenar no
era casta cómo había asegurado Himilcon,su ex-suegro. En fin,la
cabra tiraba al monte desde joven. Ese matrimonio sólo le trajo la
desgracia y el dolor.
En cambio con Adriana
hayo la paz,había formado su propia familia,tenía ahora una dulce y
tierna esposa que realmente lo quería y un hijo que perpetuaría su
apellido.
-¿No te traerá
recuerdos sobre Delinenar el interrogar a Octavio?-preguntó Adriana
sacando a Aníbal de sus pensamientos, Sadik se dedicaba a juguetear
con el collar de oro que su madre llevaba al cuello.
-No. Que la disfrute.-
murmuró Aníbal observando a su hijo que trataba de llamar la
atención de su madre.- Déjamelo.- él tomo a Sadik entre sus
brazos,sin más se inclinó sobre Adriana para besar sus labios con
cierta fuerza,algo ya característico en él,Adriana correspondió el
beso pero de inmediato,Sadik empezó a sentir celos de que su madre
centrase su atención en su padre.
-Mamá,yo.- dijo el
niño,poquito a poco el niño iba aprendiendo a hablar,Adriana se
separó de su marido para volver a coger a su hijo en brazos,era
obvio que prefería la suavidad de los brazos de Adriana que la
dureza de los brazos de Aníbal.
-Ya,cielo.- dijo la mujer
besando dulcemente las mejillas del pequeño,a su casi un año de
edad le parecía el ser más adorable del mundo. Aníbal lo veía
ocasionalmente cómo una molestia por robarle el tiempo y el cariño
de Adriana.
-Disfrútalo el tiempo
que le quede,a partir de los siete años,me pertenecerá a mi.- Sadik
a partir de los siete años tendría que empezar a estudiar y a
recibir las lecciones para su futura vida militar,lecciones y
entrenamientos que serían dadas por Aníbal.
-Mientras es mio.-
Adriana en ese momento que solía ser escaso de ternura familiar se
acordó de las predicciones del oráculo, de inmediato Aníbal noto
cómo el estado de ánimo de Adriana se ensombrecía de golpe.
-¿Qué ocurre?
-Fui a ver al oráculo de
la diosa Tanit.- Aníbal se tensó un poco,el oráculo,podía
predecir si Adriana haría si Siracusa se pusiera del lado púnico o
romano, sólo Diodal el oráculo de Tanit podía influenciar en la
decisión de Adriana.
-¿Qué dijo?- Adriana de
inmediato empezó a contarle las revelaciones del oráculo,incluso lo
de la traición que sufriría y que él no moriría,que sería
salvado por un rival de la muerte. ¿Un rival? ¿Quién podría ser?
El púnico se quedó pensativo,no sabía si tomarse en serio las
palabras del oráculo.
-Los dioses no pueden
predecir el destino.- dijo simplemente,Adriana le miró con los ojos
muy abiertos a causa de su herejía,¿por qué ponía en contradicho
la voluntad de los dioses?
-Es la voluntad de los
dioses.
-Los dioses pueden
predecir lo que pasará,pero podemos tomar la última decisión.-
dijo sin más.
Continuara....
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