Suavis Inimicitia: "Lamentaciones"
Una vez que las heridas de Aníbal fueron lavadas y
vendadas,Adriana pidió que por favor la dejasen sola con él.
Sola,Adriana se tendió al lado de Aníbal,cuidando de no mover la
cama. Lo miró atentamente a la cara y tocó con delicadeza. Él
tenía la piel caliente y sus ojos seguían cerrados,respiraba con
dificultad. Los dedos de Adriana acariciaron con suma suavidad los
labios de Aníbal y después apoyó la mejilla en el hombro de él,se
sentía tan culpable,por su culpa no fue centrado a la lucha,era su
culpa y sus lágrimas cayeron sobre la piel de Aníbal.
-No tienes que morir. ¿Me oyes?- le pellizcó en un
brazo,quería que reaccionase y abriese los ojos.- ¿Me oyes? Tú
eres mi marido,el padre de mis hijos,ellos te necesitan.....¡yo te
necesito!- las palabras estaban mezcladas con múltiples sollozos.-
Te amo,Aníbal. ¡No puedes morir!¡No puedes!
Mucho más tarde,todavía sollozando se quedó dormida.
El amanecer la sorprendió en un diván junto a la
cama,envuelta con la capa carmesí del uniforme militar de su
marido,observándole. Le había despertado el calor febril que Aníbal
había empezado a emanar y entonces pasó el resto de la noche
refrescándole con agua. Ahora él no estaba tan caliente.
-Mi amor....no puedes morir....por
favor....despierta....abre los ojos.....- tomo con delicadeza una de
las manos de Aníbal y las llevó su rostro,sus ojos estaban
enrojecidos en hinchados de tanto llorar,ya no podía llorar más.
-No puedes olvidarte de ti mismo,eres un guerrero,uno
de los grandes,eres como Aquiles,lleno de grandeza. No puedes olvidar
quién eres....no puedes olvidarte de nosotros.....quiero ser la
lluvia que borre lágrimas de tu corazón....mi
amor,despiertate....siempre estaré junto a ti- beso sus manos con
todo el amor que le cabía dentro,de haber podido llorar más lo
habría hecho. Esas manos que le había hecho daño cuando se había
enfado en exceso con ella,que a su vez le había proporcionado las
caricias más placenteras y a la vez más tiernas que nadie le había
dado. Temió no poder ver más los ojos de Aníbal,no oír su voz.
Nadie osó ir a molestarlos en todo el día. Los niños
en su inocencia no veían el riesgo de la situación debido a su
tierna juventud. Pero los adultos si sabían que la vida de Aníbal
pendía de un hilo.
Adriana no comió en todo el día,sólo estuvo al lado
de Aníbal,rezando porque despertase. Lo amaba con locura y sabía
que si lo perdía algo dentro de ella moriría con él. No quería
andar el camino sin él,si enviudaba sabía que nunca podría volver
a enamorarse como hizo su tía Dafne,la madre de Adelphos y Fabio,que
cuando el padre de Adelphos murió en batalla,el bravo general
espartano Leónidas, Dafne estuvo un par de años de luto y volvió a
enamorarse de Octavio,el padre de Fabio. Pero ella nunca podría,sólo
pensaba en que cuando despertarse darle todos los besos que nunca le
dio. Si él moría nunca podría olvidarle.
-Pero mi vida,yo nunca podré olvidarte. Y sólo el
viento sabe lo que has sufrido por amarme. Hay tantas cosas que nunca
te dije en vida,que eres todo cuanto amo. Saldrás de
esta,despertarás,te recuperarás. Sadik y Aradna se llenaran de
ilusión cuando le cuentes todos los detalles de la lucha,tienes que
ver dar sus primeros pasitos a Amílcar y escuchar sus primeras
palabras. Tú siempre quisiste luchar contra Roma,¿verdad? Tienes
que hacerlo,y luchar un día codo a codo junto con Sadik y
Amílcar.....y estar conmigo,hacerme el amor hasta el agotamiento,y
poder estar juntos. Por favor....abre los ojos....no me hagas
esto....desde Siracusa estamos tú y yo unidos,me salvaste la vida
porque estábamos destinados a estar juntos. Ya como hicieron Eneas y
Dido en el pasado,remendar sus errores.....pero esta vez ninguno de
los dos morirá. Por favor,despierta. ¡Despierta,mirame,abre los
ojos!- Adriana se arropó mas con la capa de Aníbal,olía a él y
era como si la estuviese abrazando. Debía de ser fuerte si Aníbal
moría,porque debería sacar adelante a sus hijos. Pero quería
pensar que Caronte no le iba a llevar al Hades,que iba a
sobrevivir,que Plutón no iba a hacer que Aníbal fuese al
Elíseo,lugar de descanso de los héroes. O que Proserpina se
apiadase de ella y hiciese que el alma de Aníbal no muriese para que
estuviesen juntos,nunca más le iba a desobedecer,por su culpa él
había ido distraído a la batalla y le habían herido casi de
muerte.
-Perdóname. Mi vida,por mi culpa estas así. Nunca más
volveré a desobedecerte. Cariño quiero ser la luz en tu camino,sol
en la noche,agua dulce en el mar. Tenemos que volver a la playa donde
hicimos hace seis años el amor para tener a Sadik,pero no solo tu y
yo,si no también los niños,amas el mar, iremos en cuanto te
recuperes. ¿Vale?- se incorporo para posar un suave beso en la
frente de Aníbal y comprobar así si volvía a tener fiebre.
-Aníbal por favor,despiertate. Abre los
ojos,despierta.
Finalmente sus ojos se cerraron presos del agotamiento
y porque sus ojos estaban doloridos por tantas horas de llanto,así
se quedo medio dormida en el diván,tratando de evitar no dejarse
caer porque si no caería en la cama. Noto de golpe un tacto en su
mejilla,un tacto cálido,vivo....abrió de golpe los ojos y vio algo
que casi hizo que diese un grito; ¡Aníbal había abierto los ojos!
Sus ojos negros mostraban un brillo cansado y había hecho un
titánico esfuerzo para levantar el brazo y llevar su mano hasta la
mejilla de su mujer.
Adriana tembló al verle,estaba vivo,¡estaba vivo!
Sintió como su corazón latía con fuerza y después,lentamente,ella
empezó a relajarse. Los negros ojos de Aníbal la miraban y Adriana
le devolvía la mirada. Él no iba a hablar sobre su absurda pelea ni
ella tampoco. No hablaron,sólo se limitaron a mirarse,la mirada
azabache de Aníbal se perdía entre los ojos castaños claros de
Adriana,esos ojos que había amado hasta el odio y que ahora eran su
balsa en lo que aferrarse. Cayó en el fondo de esa mirada miel hasta
su corazón,hasta su alma herida,tanto como la suya.
Con un simple gesto de la mano,que parecía que le
costaba a Aníbal,le indico a su esposa que se tumbase en el lecho
con él. Adriana obedeció y con sumo cuidado se tumbo al lado de él
y apoyo la mejilla en su hombro,con cuidado de no mover la cama y no
darle en ningún sitio donde estuviese vendado. Todo esto sin dejar
cesar de mirarse a los ojos,Adriana estaba prendada de esos ojos tan
negros,que la habían confortado en su niñez y que la habían
excitado cuando descubrió sus deseos de mujer. Y más le atravesaban
el alma cuando supo que Aníbal era el dueño de esos ojos que amo
desde siempre. Adriana,temerosa,deposito un beso en los labios de su
esposo,quién no lo respondió por lo agotado y dolorido que estaba.
Les bastaba con mirarse a los ojos para saber lo que pensaba el
otro,aunque a veces Aníbal era como el mar y a veces no mostraba
nada pero en cambio otras dejaba bien clara sus intenciones. Adriana
siempre había tenido una mirada muy expresiva y no podía
disimularlo como hacía Aníbal. Noto como Aníbal hacia un esfuerzo
sobrehumano para rodearla con brazo para abrazarla,la
necesitaba,tanto como respirar,quería saber quererla como se
merecía,saber darle cariño,en cambio ella le daba todo el amor que
nunca le habían dado a lo largo de su vida,sólo le fallo una vez y
no fue para tanto. Fue un idiota por enfadarse tanto con ella por
intentar salvar su alma,por un enfado absurdo casi la pierde,tanto a
ella como a su vida. Ni siquiera era capaz de decirle un simple “te
quiero” pero ella si,siempre se lo decía.
Adriana le acarició con suavidad el rostro,raspandose
levemente con la fina barba que él tenía,no le importa lo más
mínimo. Cartago y Roma debían de hallar una manera de tener paz,la
enemistad surgida siglos atrás debía de terminar,una enemistad
fruto de una maldición. Cuando Eneas dejo Cartago para seguir su
destino hasta Italia,dejo atrás el corazón roto de la reina
Dido,ella,despechada,decidió suicidarse clavándose la espada de
Eneas e inmolarse en una pira funeraria,pero antes lanzo una
maldición diciendo que nunca habría amistad entre el pueblo de
Eneas y el suyo. Pero debían de dejar atrás eso. Roma y Cartago
podían ser muy poderosas juntas. Ojalá el odio se disipase alguna
vez.
Un profundo e intenso amor que va sobretodas las cosas
ResponderEliminarEl amor es de las pocas cosas tan profundas y hermosas que si llegas a sentir un amor tan puro como verdadero y pierdes a esa persona sería como arrancarte el alma
EliminarA menudo alma y corazón forman una perfecta disolución junto a las de otras personas.
ResponderEliminarAmbos bebemos de este brebaje y lo llamamos amor.
Alzo mi copa por ello.
Besotes.
El amor nos llega a todos,incluso los seres más duros y fríos sucumben al amor,y cuando es verdadero y pierdes a la persona que amas ea como si una parte del alma se fuese con ella.
EliminarUn beso
El problema de amar así es que nos circunscribimos únicamente a esa persona... Y si esa persona desaparece... ¿Qué hacemos?
ResponderEliminarAmar intensamente es bonito pero no bueno... Es curioso... Es una forma de morir en vida.
Besos de Pecado.
El primer amor siempre es asi,y más si te casas con él. Si lo pierdes se queda uno vacío y con el corazón hecho trizas.
EliminarUn beso