Suavis Inimicitia: "Cosas de niños y cosas de esposos"

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Si creía que jugar con sus primos iba a ser divertido y candoroso,el joven greco-púnico se equivoco de cabo a rabo. Tanto Sadik como Aradna lo usaban como muñeco prácticamente,ya que se olvidaron de jugar con muñecos para jugar a las peleas,implicando en eso a su primo mayor que acabo en el suelo con Sadik y Aradna encima recibiendo por ambas partes puñetazos,arañazos y algún que otro mordisco.

-¡Me rindo,me rindo! ¡En el nombre de Atenea,sois peores que unos espartanos rabiosos!- se quejaba el pobre filósofo mientras recibía sin querer una patada en la barbilla por parte de Aradna.

-La rendición no es una opción en Cartago- dijo Sadik con inesperada templanza mientras levantaba la cabeza con orgullo fiero,casi tenía los siete años,lo que le correspondía que dentro de poco empezaría a ir a la escuela,aunque ya sabía leer y escribir casi fluídamente tanto el púnico como el latín. Pero lo que más esperaba con ansia era que empezaría la pre-instrucción militar. Aníbal se quedo helado ante la expresión y maduras palabras de su primo.

-Eres digno hijo de tu padre,Sadik.


Mientras,tras haber pasado otro buen rato de pasión con su mujer,a quién había dejado dormir ya que no pegaron ojo en toda la noche,Aníbal acababa de terminar de afeitarse y estaba dándose un reconfortante baño,tras muchos días de viaje en Grecia ni él ni sus acompañantes tuvieron la ocasión de asearse. Ahora estaba tranquilo y relajado sintiendo el agua tibia limpiándole el cansancio del cuerpo. Se encontraba con los ojos cerrados,relajado como un león tras un cacería,ajeno a todo,en el baño sólo estaban él y una esclava bastante mayor que era la encargada de ungir su cuerpo con el jabón. Estaba tan tranquilo y relajado que no escucho como la puerta se abría con lentitud y la esclava intercambiaba unas palabras susurradas con alguien,sólo se percato cuando noto unas cálidas manos posándose en sus hombros y empezaban a masajearlos,no era la esclava, la mujer tenía la piel arrugada,en cambio esta era tersa y suave,espabiló y pronto noto el suave y cautivador perfume de Adriana.

-Adriana....

-Dime.

-No tienes porque hacer esto.

-Date un capricho y dámelo a mi también- Aníbal puso los ojos en blanco,mujeres....el mayor misterio de los dioses,con lo fácil que era entenderse entre hombres pero lo complicadas que llegaban a ser ellas.

-Ahora te presentaré a mi sobrino,en cuanto dejes que vaya a vestirme- Adriana no tardo en soltarle y dejarle que se incorporase de la tina y cubrirse se cintura para abajo con unos paños,aunque Adriana lo tenía ya muy visto desnudo.

-No se porque te tapas....ya te he visto muchas veces desnudo- dijo Adriana con suma picardía. Aníbal la atrajo hacía él,aunque estaba mojado y semi desnudo a Adriana no le importaba lo más mínimo,no le importaba mojarse. Él mordió los labios de la romana con lascivia,nunca tendría suficiente de su mujer,nunca se les acabaría la pasión,aunque a veces Aníbal pensaba sobre la tremenda diferencia de edad que había,Adriana solo tenía veintidós años y él cuarenta y dos.

-Algún día la pasión que sientes por mi se acabará,Adriana.

-No- Adriana negó con la cabeza varias veces.

-Te recuerdo que yo estaba luchando en Iberia cuando tú ibas en pañales. Cuando tenga sesenta años tú tendrás cuarenta.

-Me da igual,te quiero- como de costumbre Aníbal no respondió a las tiernas palabras de su mujer,nunca lo haría,sólo una vez casi lo hizo,casi. Pero conmovido hasta los huesos por ella volvieron a entregarse a la pasión,su sobrino podría esperar un rato.
Pero como era costumbre cuando había un bebé en casa,su llanto les interrumpió,el pequeño Amílcar estaba pidiendo su desayuno con algo de insistencia.

Los que si desayunaban mientras eran sus hermanos mayores junto con su primo Aníbal,estaban los tres desayunando en las cocinas bajo las miradas de Elira y Atia,las niñera de Sadik y Aradna respectivamente,Amílcar también tenía la suya llamada Sapaníbal. Los tres primos desayunaban pan con leche y si se quedaban con hambre comerían algo de fruta. Esto recordó a Aníbal cuando él era pequeño y desayunaba junto con sus abuelo maternos,Alcmena y Hefestión,los cuales seguían en Atenas,no pudo ponerse en contacto con ellos porque el viaje fue precipitado, tenía que ponerse en contacto con ellos y convencerlos de que fuesen a Cartago,ya que no quería volver a Grecia,si no quedarse en Cartago para siempre,en la tierra de su padre.

-¿Eres soldado,primo?- preguntó Sadik mientras partía un poco de pan y se lo llevaba a la boca.

-No,soy pro.....

-Si fueses soldado Grecia sería muy débil- interrumpió cruelmente el niño,era obvio que era hijo de su padre,tenía la misma aspereza y poco tacto a la hora de hablar.

-Soy profesor,filósofo,poeta y músico.

-Padre,los tíos y el bisabuelo Julius son soldados todos- Aníbal asintió,su tío por el camino también le había hablado de la familia de Adriana,se tomo a bien extrañamente lo de Julius y Selene,griegos.....

-Aún me falta por conocer parte de la familia,a la tía Dido y a sus hijos.

-Y a madre- recalcó Sadik,a pesar de que ya era más mayor,el vínculo tan estrecho que tenía con su madre no cambió lo más mínimo -y a Amílcar.
La escena de ambos primos fue interrumpida por el padre de los pequeños,Aníbal iba ya vestido y aseado,quería presentarle a su sobrino a su mujer y de paso iba a ver a sus hijos mayores de nuevo,ya casi recuperados del trauma de ver a su padre desnudo y en circunstancias de notable excitación.

-Tú,ven conmigo. Mocosos,desayunad tranquilos,luego os lo devuelvo para que lo torturéis.- ambos hermanos intercambiaron una mirada y unas risitas traviesas,pobre de su primo por tener que ser el nuevo juguete de Sadik y Aradna,no tenían piedad con él.

Comentarios

  1. Escena familiar. Las cosas de unos frente a las cosas de otros.. Y, a pesar de todo, inevitablemente unidas.
    Besos de Pecado.

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    Respuestas
    1. Las situaciones de unos en una familia y las de otros se entrelazan siempre.
      Un beso

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