Suavis Inimicitia


Hannon, su padre,había sido destinado a Iberia,a conquistar la zona de Baécula, entre sus hombres estaban Asdrúbal,su yerno,Bostar, el padre de Aderbal, y unos jóvenes soldados Aníbal y Aderbal de sólo quince años. Los más jóvenes habían demostrado ser dignos de ascender a una edad temprana,Aníbal era el capitán de la caballería y Aderbal tenía a su vez una falange a su encargo. Pero ese día no tenían nada que hacer,no estaban atacando a los íberos. Hannon estaba negociando con Himilcón, el rey íbero de Baécula junto con su yerno y Bostar.

Aderbal y Aníbal estaban en las orillas de un río sentados sobre una roca,Aderbal estaba pescando y Aníbal afilando su espada,pero en el fondo lo que estaban haciendo era tomar el sol,aunque a Aníbal se notaba que le costaba porque no estaba acostumbrado a estar parado,de ahí que estuviesen afilando sus armas

-¿Pican o no?- preguntó Aníbal distraído,aún no tenía la voz totalmente cambiada al igual que Aderbal,seguían siendo unos críos a fin de cuentas.

-No....los dioses se ríen hoy de mí.- musito sacando la red de las aguas del río,no había ningún pez dentro. Aderbal gruñó y volvió a lanzar la red para ver si ya había algo de suerte.

-Están tardando mucho Hannon con tu padre y Asdrúbal en negociar con el íbero....-murmuró Aníbal clavando su mirada en la fortificación dónde se hallaban los padres de ambos negociando.

-Es normal,piensa en que son unos salvajes medio civilizados por nosotros y los griegos.

-Lo sé,no me des clases de historia,hermano.- Aníbal se incorporo sobre al roca,aún con la espada en su mano que no tardo en envainar. Aderbal casi perdió el equilibrio porque tenía la espalda apoyada en su hermano de leche y al levantarse sin avisar casi se estampó contra la roca.

-Avisa antes de levantarte.-se quejó Aderbal reincorporándose. Aníbal sonrió con levedad menando la cabeza ante la queja de su amigo.

-¿Sabes que al otro lado del río Iberus están legiones romanas,Aderbal?

-Sí,lo sé. Mi padre me dijo que hay un cónsul llamado Julius o algo asi.

-Julius Augustus,lo oí decir.

-¡Aníbal,Aderbal!- era la voz del cuñado de Aníbal,Asdrúbal,el marido de su hermana Dido,Aníbal tenía otro hermano mayor que huyó de casa cuando él era muy pequeño por tanto no le recordaba mucho.

-¿Qué?- preguntó el joven soldado a su cuñado,Asdrúbal lo miró con inesperada seriedad,cosa que preocupo al joven,Aníbal frunció el ceño al ver la expresión de seriedad del mayor.

-Tienes que ir a la fortificación.

-¿Por qué?

-Porque te casas.- un escalofrío recorrió la columna del joven,¿cómo que se casaba? ¿Con quién?

-Tú padre e Himilcón acordaron que si te casas con la hija del íbero,Delinenar,Baécula estará de nuestra parte.- Asdrúbal tuvo que llevarse al muchacho a rastras al encuentro con su futura esposa,Aderbal iba detrás de los dos,sin poder creerse que iban a casar a su amigo a la fuerza.
Asdrúbal lo llevó a la fortificación,por los laberínticos pasillos de piedra los condujo hasta una amplia sala dónde estaban los padres de ambos chicos,Himilcón y una mocosa de apenas trece años vestida con las ropas propias de las mujeres íberas. Un largo vestido blanco con motivos azules,varios collares grandes de oro,un largo velo rojo adornado con dos grandes ruedas doradas a ambos lados de la cabeza. Por su expresión,estaba tan desagradada con su futuro marido cómo ella.

-¡No pienso casarme con esta cría!

-¡No quiero casarme con este bárbaro!- fueron las primeras palabras que se cruzaron entre ellos.

-¡Cállate Aníbal!- grito Hannon a su hijo menos querido,no le importaba que su hijo no quisiera casarse con ella,él lo ordenaba y así sería.

-Joven Aníbal, es un honor tenerte en mi familia. Mi hija Delinenar es virgen, y aceptará de buen gusto casarse contigo.- dijo con retintín a su hija. No les quedo otro remedio a los chicos que casarse esa misma tarde en el templo de Melkart, patrón de la familia del novio.

Esa noche tuvieron el desastre de la noche de boda. En vez de un acto hermoso de amor,les parecía una cosa obligada y sin cariño. Aníbal no era virgen,pero había gozado muy poco del placer de gozar con una mujer. Por lo que fue muy patética la acción. Además se sorprendió de que Delinenar no era virgen .

-No te quiero,ni te querré.- dijo Aníbal tras esa acción bastante cutre,las pocas mujeres con la que estuvo eran más mayores que él y experimentadas,eran las esclavas de su casa en Cartago.

-Ni yo a ti. No eres mi tipo.- dijo Delinenar,no le gustaban los cartagineses y ahora estaba obligada a convivir con uno hasta que pudiesen divorciarse o algo así, por lo que de momento les tocaba aguantarse.
A partir de el día de la boda todo fue de mal en peor para lo chicos,se odiaban a muerte y no lo disimulaban. En reuniones no paraban de lanzarse pullas, se gritaban, se insultaban,las relaciones que tenían eran horribles porque Aníbal prácticamente la violaba,ya que juro a sus dioses que tendría que aguantar a esa esposa obligada,al menos la disfrutaba.
Pero,finalmente,once años mas tarde,Delinenar conoció a Octavio y huyó a Roma,traicionando a Cartago,Iberia y a su marido. Ya desde allí le mando por un mensajero los pergaminos donde estaban escritos los acuerdos de divorcio. Aníbal los firmó encantado,porque ya había pasado el asalto a Siracusa y se había cruzado en su vida su futura segunda esposa,Adriana, ella desde pequeña había cambiado la vida de Aníbal a mejor.

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