Suavis Inimicitia
Élbir cuando le sacó al
espía romano quien le mando a espiar el senado de Cartago casi le
dio un infarto,¡Julius Augustus! ¡El abuelo de Adriana ,la esposa
de Aníbal! Debía informar a su general de inmediato.
Aníbal se encontraba
paseando cómo un león enjaulado de un lado a otro en la estancia en
la que se encontraba con Aderbal esperando a que Élbir les trajese
algo de información,cualquier cosa que pudiese ser les útiles.
Aderbal observaba sentado en un diván que había cómo su hermano de
leche parecía un león enjaulado a punto de tirarse a cuello de
cualquiera que osase molestarle. Era lógica su desesperación,a la
mañana siguiente deberían volver a Cartago para de allí viajar a
Sicilia,Adriana cómo princesa de Siracusa debía ir allí para la
reunión del consejo de las doce ciudades más importantes de
Sicilia,entre ellas Siracusa y Catania,para decidir de que bando se
pondrían,a Cartago le interesaba que Sicilia se pusiese de su
bando,sobretodo Siracusa cómo puerto principal de la isla.
-¡Mi general!- dijo
Élbir sacando a Aníbal y a Aderbal de sus pensamientos,Aníbal
observó con gesto serio al muchacho,el joven soldado había
resultado ser más eficaz de lo que solía pensar,pero no quería que
se relajase.
-Habla,Élbir.
-Mi general,el que mando
al espía Octavio fue Julius,Julius Augustus.- dijo Élbir
jadeando,había venid corriendo a más no parar desde los calabozos
hasta allí.
-¿Qué? ¿Estas seguro?-
preguntó Aderbal reincorporándose de un salto,su mirada paso a
Aníbal,cuyo rostro quedo deformado por la ira,¡ese saco de mierda
humana de Julius! Ese hombre estaba condenado a morir bajo su espada
al parecer. Apretó los puños y gruño por lo bajo,había sido el
propio Julius quién le trajo el tratado romano aprovechando que iba
a recoger a la bruja de su cuñada Selene. Se maldijo por no haberlo
visto antes,Julius creía que el Senado cartaginés aceptaría el
tratado,por eso mando un espía,por si no le aceptaba para que
Octavio pudiese tratar de convencer haciéndose pasar por un cónsul
púnico.
Aníbal golpeo la pared
con el puño,la familia Augustus estaba podrida desde sus
orígenes,sólo se salvaba Adriana y esperaba que su hijo no sufriese
influencia de esa sangre maldita.
-¿Se lo dirás a
Adriana?- preguntó Aderbal poniendo una mano en el hombro de su
amigo,Aníbal se relajó un poco,su amigo tenía un efecto mágico en
él a la hora de calmar su ira y eso precisamente estaba haciendo.
-Sí,debe saber que clase
de rata fue quien la crió. Cómo princesa es su deber,cómo mi
esposa ….quiero protegerla de su influencia.- lo último lo murmuro
pero lo dijo lo suficientemente alto para que su hermano de leche lo
escuchase. Aderbal asintió con la cabeza por sus palabras, podía
leer entre líneas que Aníbal quería proteger a su familia,a la
familia que tanto le había costado tener.
-Lo entenderá,ya verás.-
la mirada de Aderbal se centró ahora en Élbir,que era testigo de la
escena entre ambos amigos. El chico aunque gozaba de la simpatía de
Aníbal,al igual que su compañero el bonachón Bolmícar,pero nunca
tendrían la misma complicidad y confianza que Aderbal con su
general.
-¿Sí,mi capitán?
-Prepara los caballos
para mañana,volveremos a casa cuando amanezca,y vendrás con
nosotros a Siracusa si Aníbal lo aprueba.
-Por mi que
venga,mientras no moleste.- Élbir asintió con la cabeza
entusiasmado,¡ iba a viajar a Sicilia junto con sus superiores y la
esposa de Aníbal! Era un honor para él acompañarles en semejante
viaje.
Continuara......
Apunte: la fuente esta mas pequeña debido a que lo escribo en pc con otro formato que aqui sale mas pequeña
ResponderEliminarme encanta. está muy interesante.
Eliminaryo acabo de escribir dos más ahora :).
publiqué tres más :). me encanta tu blog, está muy interesante lo de la guerra con Roma. que canallas los romanos al quererle quitar territorio a sus aliados :(.
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