Suavis Inimicitia: "Los pecados del padre"
Ambos niños se miraron entre si asombrados,no podían
creerse que en Grecia tuviesen un tío al que no conocían y un
primo mayor que ellos....¿por qué su padre nunca les dijo nada de
aquello? Era cierto que su padre les había hablado muy poco de sus
abuelos sólo conocían sus nombres pero poco más y la curiosidad
les podía.
-¡¿Qué hacéis aquí?!- los niños se quedaron
helados al escuchar la voz de su padre a sus espaldas,ya esta,les
habían pillado e iban a ser severamente castigados por desobedecer
una prohibición estricta de no poder ni asomar la nariz ahí. Los
niños se giraron lentamente para ver que su padre estaba en la
puerta,con los brazos cruzados sobre el pecho y con el ceño
fruncido,estaba notablemente enfadado con sus hijos.
-P-pues....sólo....-empezó a musitar Sadik. Aníbal
inspiró profundamente y contó mentalmente hasta diez para tratar de
no darles cuatro gritos a Sadik y Aradna.....no funcionó.
-¡¿Qué os he dicho más de veinte mil veces?! ¡Esta
habitación esta prohibida!
-Pero padre....
-¡Nada de peros Sadik! ¡Me habéis desobedecido y no
os vais a librar de que os.....!- la frase quedo a medias porque
Sadik le dio el pergamino,Aníbal arrancó el pergamino de manos de
su primogénito y empezó a leerlo. Con cada palabra que leía su
expresión iba cambiando de enfado a la incredulidad,desconocía lo
que aquel pergamino escondía desde hacía veinte seis años. Debería
haber entrado ahí hacía muchísimo tiempo.
-Iros a jugar....por esta vez lo dejaré correr- los
niños aprovecharon este momento de indulgencia y echaron a correr
como gamos para librarse de un castigo.
Aníbal no se creía lo que había leído,tenía un
sobrino en Atenas,el hijo de su hermano mayor a quién el mismo
asesinó. No podía creerlo,simplemente no podía. Salió de aquella
habitación y cerró la puerta tras de si,quería alejarse de
todo,quería desprenderse de su pasado,ya no era el mismo que hacía
años ¿o sí? ¿Y si era todo una ilusión,y solo estaba fingiendo
ser la persona que todos querían que fuese? ¿Y si era esa oscura
faceta suya era la verdadera? Quizás no estaba destinado a ser
así....cada vez que creía que había mejorado volvía su pasado a
atormentarle,cada vez que se encontraba en las sábanas con su
mujer,descansando y sintiéndose embriagado por el perfume que su
mujer emanaba cuando se perdía en su oscuro mundo de pesadillas y
sus sueños se teñían sangre y muerte,muchas veces soñaba que se
despertaba sobresaltado de sus tantas pesadillas y veía sus manos
llenas de sangre e incluso veía en las sábanas sangre y cuando la
peor de sus pesadillas....no solo la cama y sus manos llenas de
sangre,si no también mirar horrorizado a su lado y veía a Adriana
con el cuello cercenado y cubierta de sangre....hay era cuando
despertaba horrorizado para poder ver que Adriana estaba bien,viva,
pero se quedaba horrorizado de si mismo.
Busco a Adriana,ella siempre le había comprendido y
seguramente esa vez también lo haría,¿no? La encontró en la
habitación del pequeño Amílcar,dándole de mamar al pequeño de la
familia.
-Adriana- la llamó desde la puerta,Adriana giró la
cabeza para mirarle y una sombra de preocupación veló la luz de sus
ojos al ver la expresión en el rostro de su marido.
-¿Qué ocurre?- preguntó temerosa de la respuesta
mientras se volvía a cubrir el pecho y hacía que el bebé sacase
los gases antes de acostarlo en su cuna.
-Lee esto y lo entenderás- dijo él dándole el
pergamino a su mujer,quién lo cogió con temor de lo que habría
escrito,quizás lo volvían a llamar a la guerra o algo peor. Adriana
empezó a leer el pergamino,sorprendiéndose con cada una de las
palabras que leía,¿como pudo Hannon ocultarle a sus hijos que
Arístides quería rescatarles de su mala situación emocional y más
que tenían un sobrino?
-¿Tú padre os oculto todo esto?
-Sí. Yo sabía que Dido y Arístides seguían en
contacto y ella nunca me dijo nada de que teníamos un sobrino....de
esto hace veintiséis años. Mi sobrino es mayor que tu- Adriana
tenía veintidós años y según la carta de Arístides de hacía
veintiséis años su hijo estaba recién nacido.
-Eso es medianamente normal- se quedaron mirándose
unos instantes,Adriana pudo ver en los negros ojos de su esposo las
intenciones que tenía al descubrir esta revelación.
-Vas a irte a Atenas a buscarle,¿verdad?- preguntó
Adriana intuyendo lo que pasaba por la mente de Aníbal. Una vez más
dio en el clavo,Adriana tenía pensado en llevarse a Aderbal y Élbir
a Grecia en busca de su sobrino y conocerle,y que conociese a el
resto de la familia.
-Partiré en pocos días para Grecia,he de
encontrarle....
-Lo sé- Adriana le abrazó efusivamente,escondiendo la
cabeza en el pecho de su marido y Aníbal no pudo evitar corresponder
a tal gesto que le desarmo por completo,siempre podría contar con
ella para todo.
-Deberías de decírselo a Dido,es su sobrino también.
Que vengan esta noche a cenar y se lo dices- ¿una reunión familiar?
Bueno...a si se ahorraba el darle la misma explicación a Aderbal y
Dido por separado.
Cuando llegó la noche y se juntaron los dos
matrimonios,Aníbal les dijo a su hermana y a su cuñado lo que había
descubierto de que Arístides tenía un hijo en Atenas llamado
Aníbal,nombre que había impactado a Aníbal ya que siempre había
creído que Arístides no le apreció y saber que su único sobrino
por parte de su hermano mayor tenía su nombre le hacía sentirse
extraño. Arístides quiso salvarle de la infancia y adolescencia que
tuvo,llevarle a Grecia y que pudiese haber elegido su propio camino.
Aunque miro de reojo a Adriana y dio gracias mentalmente a los dioses
por sus errores y atrocidades porque todos y cada uno de ellos le
condujo a su dulce esposa y al nacimiento de sus hijos.
Dido se quedo sorprendida,desconocía que Arístides
tuvo un hijo,nunca se lo dijo cuando había estado en
contacto,quizás,conociéndole quería darle la sorpresa en persona o
incluso haberse traído al pequeño con él y con su esposa Helena.
Menos mal que no lo hizo cuando fue junto con su esposa a Cartago a
llevárselos,Aníbal hubiese podido tener una adolescencia
normal,lejos de abusos,ya que Hannon lo siguió usando como moneda de
cambio un par de veces con doce y catorce años, y ella hubiese
podido divorciarse de Asdrúbal y haberse enamorado de verdad,como
ahora lo estaba de Aderbal,su candoroso y fiel esposo que la adoraba
cada día y que estaba siendo el padre que Asdrúbal no fue para Âkil
y estaba embobado con la pequeña Adama. Dido y Aníbal coincidieron
en agradecer sus errores porque ellos les llevaron a sus parejas.
Pero los remordimientos por el asesinato de Arístides
volvía a atormentar la mente de Aníbal,cuando se acostó esa noche
en la cama y trato de conciliar el sueño,las pesadillas y los
recuerdos de lo que ocurrió con Arístides,ojalá pudiese
remendarlo,fue su hermano mayor y aunque no hubiesen pasado tiempo
juntos seguían siendo hermanos. Hannon le obligó a matarle sin
saber que era su hermano porque no le reconoció ni sabía quién
era.
(Tras la decisión de ir a Atenas)
pobre Aníbal, ha sufrido mucho, lo de su hermano es algo que no podrá olvidar, su padre le obligó a matar le, algo así no se puede superar del todo.
ResponderEliminarEl padre de Aníbal fue un cabrón. Odio a sus hijos,en especial a Aníbal, porque la madre de ellos murió por los constantes embarazos y ya fue dar a luz a Aníbal no aguanto mas.
EliminarLo de su hermano junto con lo de sus suegros lo van a torturar toda la vida
Bien parido, hurgo un rato más.
ResponderEliminarGracias n.n espero verte maa por aqui.
EliminarUn beso
Los pecados de los padres nunca deberían pagarlos los hijos. En el fondo, el odio por sus hijos es el odio y rencor por sí mismo.
ResponderEliminarExactamente,un padre no puede dejar que sus hijos pagen sus platos rotos. El odio hacia los hijos es como tus has dicho la proyección de su propio odio y rencor hacia si mismo.
EliminarUn beso
Pobre Anibal.. debió de ser duro enterarse de quien era en realidad, tras matarlo.
ResponderEliminarun besoo
Muy duro,era su hermano y peor era saber que le obligo a hacerlo su padre.
EliminarUn beso