Suavis Inimicitia: "La verdad por una desobediencia"
Dido y Selene dieron a luz en el transcurso de las
mismas semanas,siendo Amílcar el mayor de la siguiente generación.
Dido dio a luz una preciosa niña a la que llamó Adama,tal y como
quería y Selene tuvo también una niña a la que llamó Diana en
honor a la diosa de la caza.
El pequeño Amílcar cambió un poco todo en la casa.
Aníbal el primero, con sus otros hijos por ejemplo no se levantaba
cuando lloraban,pero con Amílcar sí,de hecho le bañaba,jugaba con
él y como con sus otros hijos fue presentado en el templo del dios
Baal,al igual que su prima Adama. ¿Por qué Aníbal manifestaba esa
preferencia sobre Amílcar? Por dos motivos: el primero,lo
consideraba su heredero porque Sadik tenía el trono de su
madre,Aradna tendría su herencia dependiendo del matrimonio,pero
Amílcar no tendría nada, de modo que la herencia de su padre sería
partida en tres,pero la de Amílcar sería mayor. Y la segunda....se
veía reflejado en su hijo,no sólo porque era el que más se le
parecía y porque los dos habían sido los terceros.
Adriana veía esto y no se lo reprochaba,ella amaba a
sus hijos por igual pero debía de admitir que su ojito derecho era
Sadik. Pero desconocía en parte las intenciones de Aníbal,su esposo
a veces era como el mar,a veces se veía su estado de ánimo y sus
intenciones,pero otras era imposible de leer,como con ese tema.
Una noche en la que su marido había acostado al
pequeño en su cuna fue a ver si estaba bien el bebé,cuando vio la
escena del niño rendido al sueño y Aníbal absorto en las facciones
del pequeño y acariciando con cierto temor las mejillas de
Amílcar,temía que el tacto de su mano,dura tras años del manejo de
las armas raspase la suavidad de la piel morena de Amílcar.
-¿Por qué él?-preguntó Adriana apoyándose en el
marco de la puerta,Aníbal la escuchó pero ni se digno en mirarla
para contestar.
-Porque el día que yo no este el será mi heredero.
-¿Y tus otros hijos?
-Ya tendrán su parte.- se volvió para mirar a su
mujer,debía de reconocer que le sorprendía la facilidad con la que
Adriana recuperaba la figura y tras tanto sin yacer con ella tenía
ganas y muchas.
-No sé si me gusta que le des preferencia a uno de
nuestros hijos....-Aníbal se acercó a su esposa y rodeó su cintura
con sus fuertes brazos.
-Son mis hijos,seguiré jugando con ellos y
criándoles,nada cambiará....- no dejo a su mujer contestar porque
la calló con un fiero beso y la llevó a su habitación para
disfrutar de calor de la intimidad por unas horas,debían de admitir
que el nacimiento de Amílcar les unió mucho más.....Aníbal
agradecía cada día a los dioses por su mujer y sus tres hijos,los
adoraba .
Despuntó una vez más el alba y Aníbal tuvo que
despertar para ir a los entrenamientos matutinos con sus
hombres,ahora además tenía la oportunidad de vengarse de Aderbal
por reírse de él cuando los niños eran muy pequeños y lloraban
toda la noche,Amílcar lo hacía también, pero ahora Aderbal también
sufría eso por Adama. Los dioses eran buenos por poder hacerle eso a
Aderbal,ventajas de ser amigos,podían mofarse tranquilamente el uno
del otro.
Pero Sadik y Aradna hacían las travesuras típicas de
la edad. Aníbal les tenía prohibido entrar en una habitación. La
habitación que fue de los abuelos paternos de los niños,Hannon y
Elisa, había permanecido cerrada desde que Hannon se fue de
Cartago,aún tenía en esa estancia algunas de las posesiones de
Hannon y Elisa,pero Aníbal nunca quiso entrar ahí por respeto a su
madre. Pero Sadik y Aradna picados por la curiosidad querían entrar
a toda costa. De modo que ambos niños aprovecharon una tarde que sus
padres se habían retirado a su alcoba a estar un rato a solas para
entrar en aquella habitación que su padre les tenía vetada.
-¿Qué crees que habrá ahí?- pregunto Aradna
observando la puerta de madera notablemente demacrada debido al paso
del tiempo y que Aníbal no tenía interés alguno en restaurar.
-No lo sé. Pero lo averiguaremos- una sonrisa traviesa
se dibujo en los labios de Sadik,sabía que se jugaba un fuerte
castigo de su padre si les pillaba. Los ojos verdes de Sadik se
clavaron en la cerradura que había....necesitaban una llave....que
tenía. Se la había “cogido prestada” al esclavo que se
encargaba del cuidado de las distintas llaves de las estancias de la
casa Melkart. Emocionado por el riesgo metió la llave en la
cerradura y la giró para que la puerta se abriese con un chirrido
agudo.
-Espero que no lo hayan escuchado....-musito Sadik
entrando en la que fue habitación de sus abuelos paternos,aunque ni
él ni su hermana lo sabían. Toda la habitación estaba
cerrada,incluso el balcón y las ventanas y les llenó los pulmones a
ambos hermanos el olor a cerrado,rancio y cargado además del polvo
acumulado.
-Vaya....-la habitación estaba desordenada,había
numerosos objetos cotidianos tirados por el suelo,a excepción de una
falcata metida en una vaina muy desgastada de cuero y un pergamino
amarillento y rasgado.
-Voy a ver que es eso....-musitó Sadik acercándose a
la cama y tomando el pergamino,pero no pudo leerlo al principio
debido a la suciedad acumulada,por lo tanto tuvo que sacudirlo para
poder leerlo. Aradna por su parte se acerco a una cómoda y abrió
uno de los cajones más bajos y pudo ver en su interior algunas joyas
de oro y bronce,cómo una diadema dorada con dos grandes ruedas
doradas y unos colgantes que colgaban de ellas,era un adorno para la
cabeza típico de los trajes de princesas íberas,no se extraño por
eso,los cartagineses y los íberos tenían muchas relaciones
comerciales y si una mujer era rica podía permitirse comprar en
Iberia esos adornos o quizás pudiesen ser un regalo. También había
algunos brazaletes y collares,además de una alianza de boda. No se
parecían mucho a las joyas de su madre,su madre tenía joyas romanas
y cartaginesas,pero esas sólo eran cartaginesas.
-Sadik aquí hay joyas que no son de mamá ni de la tía
Dido.
-Aradna ven- dijo Sadik que había terminado de leer el
pergamino que había encima de la cama,no se creía de lo que había
leído.
-¿Qué es?- preguntó curiosa la niña acercándose a
su hermano mayor que observaba inaudito el pergamino que estaba
entre sus manos.
-Escucha.
“Padre,sé
que estas furioso porque abandone Cartago y tú casa para seguir mi
sueño,el cuál tú veías una estupidez. Pero me han llegado
noticias de como es el trato que le proporcionas a mis hermanos,Dido
y Aníbal. Un matrimonio de fachada,malos tratos y tratando de
deshumanizar a mi hermano menor....eres un monstruo. Si no los
quieres en tu casa,por lo que veo es que es lo que quieres,mi esposa
Helena y yo iremos a Cartago a por mis hermanos y llevárnoslos a
Atenas para que estén en mi casa conmigo y con mi hijo recién
nacido,Aníbal,lejos de ti. Arístides”-
¡¿Tenían un tío y un primo en Atenas?!
estoy deseando que aparezca el hermano de Aníbal. Me gusta como es. Quería a sus hermanos y se preocupaba por ellos. Seguro que es encantador.
ResponderEliminarArístides,el hermano de Dido y Aníbal,murió cuando Aníbal era un crio de 15 años,pero ya veremos que ocurrira
EliminarLa curiosidad en ocasiones es muy buena... Aquí han descubierto una historia que clama más curiosidad. Seguiré al tanto.
ResponderEliminarBesos de Pecado.
La curiosidad mato al gato,pero en este caso se descubrió algo bastante importante.
EliminarUn beso
appreciate your blog kisses albert
ResponderEliminarThank you very much n.n
ResponderEliminarKisses!!