Yggdrasil: Capítulo 2 "El regalo de los dioses"

    No sabía cuanto rato llevaba, solo sabía que el dolor era inmenso.
    Sentir como una criatura salía de sus entrañas era partirse en dos, creía que iba a partirla en dos. Sólo se escuchaban los gritos de Julia de dolor desde la habitación mezclados con las oraciones de las mujeres a Frejya y Frigg para que interviniesen en el nacimiento del bebé y que todo saliese bien, en cuanto rompió aguas Sieglind la llevó de vuelta a casa y la hizo acostarse. Pronto en la habitación estaban ellas dos, Astrid y una comadrona, aquella völva a la que acudían todas en Rowansborg para dar a luz, aquella sabia mujer incluso había ayudado a traer al mundo a Einar y sus hermanos y ahora ayudaría a traer al mundo otro cachorro de lobo.

 
—Lo estas haciendo muy bien Julia, empuja.— le dijo Sieglind mientras le secaba el sudor de la frente en lo que otra contracción hizo a la romana gritar de dolor. La habitación olía a salvia quemada que había prendido la comadrona, las oraciones a las dioses por parte de las mujeres ya casi ni las oía Julia del mismo dolor que sentía.

—Sólo un par de empujones mas niña, ya casi esta.— dijo la comadrona, no era la primera vez que veía a una primera dando a luz y la ayudaba, de hecho llevaban horas dado que una primeriza tardaba mucho más, de hecho el parto empezó a mediodía y estaban ya con la noche bastante avanzada.

—Ya casi ¡empuja!— Julia obedeció mientras gritaba de dolor sintiendo como algo salía por fin de dentro de ella, fueron unos momentos agónicos de sentir como sus huesos se separaban y por fin la criatura salió de sus entrañas junto a un torrente de fluídos. Se sentía agotada, dolorida...aquello fue partirse en dos pero cuando finalmente escuchó los llantos de un recién nacido aún con su vista nublada vio como la comadrona envolvía algo en una manta y cortaba el cordón umbilical. Un niño...¡su hijo!

—Felicidades Julia...es una niña sana y preciosa— una niña....una niña....la comadrona le puso el bebé en el pecho y Julia suavemente lo acunó entre sus brazos.


—Una niña...— en ese momento la niña estaba dejando de llorar, aún mojada por la sangre pero Julia lentamente le fue limpiando el rostro estrechándola contra su pecho.


—Felicidades Julia...lo has hecho muy bien— Sieglind sonrió mientras Astrid lloraba de felicidad ante el nacimiento de su primera nieta pero Julia no las escuchó toda su atención se centraba en su hija como si todo el universo se concentraba en aquel pequeño ser que se movía lentamente entre los brazos de su madre.

—Freydis....mi pequeña cachorra...


    La llamó Freydis que era el nombre que Einar y ella eligieron en su momento cuando hablaron de los nombre para el bebé y Freydis fue el preferido de ambos. Julia aún no se lo creía, ya era madre. Y era una niña preciosa, quizás fuese el amor maternal que la cegaba pero para ella Freydis era la niña más hermosa del mundo, su rostro redondito, sus ojos increíblemente azules como los de Einar, tenían ambos el cielo mismo en sus ojos, era una pequeña versión femenina de Einar porque el poco pelo que cubría su cabeza era una pelusilla rubia oscura.
    Su nacimiento fue recibido como un buen presagio del viaje de los vikingos que se había echado a la mar, realmente no importo que el bebé fuese una niña pero que hubiese nacido una noche de luna llena si era un buen presagio.
    Todos esos presagios y supersticiones mágicas a Julia no le importó, cuando tenía a su hija en brazos todo se olvidaba solo existía Freydis, aquella pequeña y frágil criatura que cuyo hálito de vida parecía tan frágil como la llama de una vela y que dependía exclusivamente de ella, era una nueva vida que apenas comenzaba fruto de su amor verdadero hacía Einar. Con su nacimiento ya la añoranza secreta por Roma se le olvidó pues ahora tenía una nueva luz en su vida y otro motivo para amar aquellas tierras pues fue el lugar donde su pequeña Freydis había nacido. Se vio a si misma embobada mientras sentada en una silla iluminada tenuemente con el fuego del hogar y mirando la noche meciendo entre sus brazos a Freydis quien dormía profundamente contra su pecho cuando un aullido de lobo sonó en la lejanía. No temía a los lobos pues ahora eran el animal sagrado de su familia, pero aún así recordó una nana que Astrid le había enseñado, una preciosa canción que Astrid había cantado a sus hijos cuando eran bebé y Julia dulcemente empezó a entonar la canción de cuna mientras mecía a su hija entre sus brazos




                                                  ( Nana que canta Julia a Freydis) 


Alta mar


    Ajeno al nacimiento de Freydis, Einar estaba en problemas, las traicioneras aguas del mar se habían vuelto en su contra y una feroz tormenta se desato, los truenos y rayos iluminaban y rugían sobre el cielo que estaba tan negro por las nubes de tormenta que cada vez que se iluminaban sentían como se les encogía el corazón, era como el mismísimo Thor estuviese golpeando con su poderoso martillo mjolnir en la forja y cuyas chispas creaban la tormenta o estuviese librando una guerra contra los gigantes de hielo, o jötun,,sus feroces enemigos. Muchos podrían interpretarlo cómo que los dioses estaban castigando a la tierra, pero los valientes guerreros lo tomaron como una bendición del mismísimo Thor.

 
—¡Escuchad!— gritó Einar levantándose mientras se sujetaba a una soga —¡El mismísimo Thor nos da la bendición! ¡Nuestro viaje será exitoso!— aunque las constantes y violentas sacudidas del barco por medio de las olas les hizo a más de uno rezar, ellos al igual que todos preferían morir en batalla para acceder al  Valhalla, pero en caso de no ser así tenían dos destinos: Helheim a manos de la siniestra hija de Loki, la diosa de la muerte Hel, si habías sido buena persona la diosa te trataría bien, si no...nadie ni lo mencionaba debido a lo horrible que era. Pero si morían en la mar....caerían en las redes de Rán la diosa de los mares junto con su esposo AEgir, sin embargo al contrario que su esposo ella era una entidad violenta y nadie quería acceder a su reino. De modo que empapados en las aguas saladas y siendo testigos de la tormenta decidieron tomarlo como un buen presagio por mano de Thor más que nada malo. 



    Por suerte cuando la noche dejó pasar el día, ningún barco había sido hundido, nadie había muerto gracias a los dioses y ahora las mareas estaban en calma....demasiada calma, de modo que eso les retrasaría pues ningún soplo de aire ayudaba con las velas.

—¿Te imaginabas así tu primera incursión, hermanita?— preguntó Einar jocoso a su hermana que se había envuelto en una manta.

—No contaba con mojarme tanto....¿cuánto crees que tardaremos?

—Puede que un par de semanas...depende de los vientos y las mareas....aunque creo que la tormenta no nos ha desviado mucho....pero si nos perdemos tenemos esto— saco de entre sus ropas una piedra, casi un cristal, una piedra solar que incluso en los días más nublados les permitiría ver el sol y no perder el camino.

Comentarios

  1. Alelulyaaaaaa. bien `por fin tenemos a la bebé ..lo has descrito prefecto hasta yo estaba empujando ajajaj. Gracias por ofrecernos este episodio tan emocionante . Un abrazo y mil besitos.
    Por cierto espero que no se pierdan en el camino <!!

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    Respuestas
    1. ¡Por fin nació! Y resulto ser una niña todos creo que esperaban un niño jajajaja
      Gracias por pasarte y ser de mis lectoras mas fieles guapa!

      Un besazo

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  2. Una historia con muchísima ternura encarnada en la preciosa bebe. Un saludo

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