Yggdrasil: Capítulo 4 "Tributo"

    No llegaron inmediatamente al poblado pues antes tuvieron que hacer el campamento y reponer un poco el cansancio del viaje y que inesperadamente llegó un mensajero de parte del jefe del poblado para comunicar que tenían un tributo preparado para ellos porque no querían derramar sangre. De modo que Einar en compañía de Niels, Yvette, Gunnar y Haralf. Hjalmar y Sigbjorn se quedaron en el campamento por si aquello era una trampa.

    El jefe estaba nervioso y Claudia reprimió una sonrisa viendo como ahora su pronto ex amo sudaba la gota gorda y lo veía patético y triste, casi como un animalillo indefenso a la espera de su sacrificio. De hecho Claudia se esperaba a seres terroríficos salidos del mismo Tártaro por cómo había oído hablar de los nórdicos pero en su lugar entraron unos hombres jóvenes, aunque uno grande como un oso con diversos anillos colgados de su barba. El que parecía el líder era un chico joven, no llegaría a a los treinta años y era francamente apuesto incluso aquella cicatriz en su ojo le daba un aspecto fiero y atractivo pero lo que más le maravilló eran sus ojos de un azul cielo. No era para nada un monstruo, ninguno de ellos incluso el hombre oso no era un monstruo.



   —¡Mi señor jarl!— dijo el jefe acercándose a Einar con una casi exagerada reverencia a modo de respeto.

—Einar Skjalagson. Ellos son mis hermanos, Niels— señaló a un muchacho joven a su lado — E Yvette. Los otros dos son Haralf y Gunnar.— presentó Einar rodando los ojos ante aquella reverencia que le pareció ridícula.

—Mi señor jarl Einar ¿cómo ha sido su viaje a través del mar?

—Deja atrás la falsa cortesía. Tu mensajero dijo que prefieres pagarnos, dime pues ¿Qué tienes para ofrecernos? 
    El hombre tragó saliva y unos esclavos varones les trajeron unas cestas con oro y ámbar además de armas para pagar para que se fuesen, y él mismo se acercó a Claudia y Ausra tomándolas del brazo y adelantándolas.

—Os ofrezco además estas esclavas, sé que una no es tan joven pero puedo asegurar de que trabaja duro además de que es exótica vino desde un mar interino en Europa. Si no os complace mi señor Einar o queréis más podéis tomar otras esclavas seguro que tras el viaje necesitaréis a alguien que caliente vuestro lecho y de vuestros hombres....

—A mi me gustan así....expertas y hechas....— musitó Haralf mirando a Claudia quien le devolvió la mirada, el nórdico de pelo castaño y también ojos claros le guiño un ojo de manera pícara a lo que Claudia desvió la mirada. Einar cuando dijo aquello el jefe se acerco a Claudia y la miró seriamente....se parecía a Julia....¿sería acaso romana?

—¿Cuál es tu nombre?— preguntó. La matrona había sido instruida en el idioma de sus futuros amos por lo cuál entendió tanto la pregunta como el comentario anterior de Haralf.

—Claudia. Claudia Sabina Vespia



    

    Volvieron al campamento pues habían aceptado el tributo, además del añadido por Einar de una parte de las tierras del jefe que quedaba ahora como futura colonia de los nórdicos, de modo que aquella aldea no sería tocada y pasarían de largo a por otra, si tenían la misma suerte se ahorrarían en luchar aunque eso en parte era lo que buscaban: luchar además de obtener riquezas y tierras para crear nuevas colonias. Claudia no dijo nada pero estaba feliz de irse con aquellos guerreros se habría ido con cualquiera antes que permanecer ahí pero le extraño que el joven líder se quedase tan extrañado al verla y al oír su nombre....quizás él supiese algo de Julia....no muchas chicas romanas habría por sus tierras es más Julia seguramente sería la única. Einar la hizo llamar aquella noche a su tienda y Claudia creía que querría acostarse con ella, que le tocaría a él cómo líder antes de entregarla a sus hombres, de modo que haría lo de siempre, cerrar los ojos y evadirse, más tarde intentaría averiguar algo sobre su hija y con la pequeña fortuna que llevaba escondida entre sus escasas pertenencias comprar su libertad.

—¿Me hiciste llamar...amo?— preguntó Claudia entrando en la tienda de Einar quien la esperaba con los brazos cruzados.

—Claudia,¿no?

—Sí.

—¿Eres de Italia?

—¿Conoces Italia?— de manera casi mecánica Claudia fue a quitarse la ropa pero Einar al ver el gesto la detuvo.

—No...estoy casado.

—Vaya...un hombre fiel....eso difícil se ve....

—No eras esclava antes, ¿verdad? Dado tus modales poco de esclava

—No.

—¿Eres de Roma?— Claudia palideció, conocía Roma....pero si esos pueblos no había llegado a Roma y pensaba que nunca lo harían....¿podría ser.....?

—Sí....

—¿Y que hace una romana aquí y siendo esclava?

—Vine desde Roma buscando a mi hija que hace más de un año la vendieron como esclava a tu pueblo....— vio como Einar se ponía más pálido de lo que era cosa que la inquietó pues eso podía interpretarse de tantas maneras que le asustaba.

—Ya no es esclava si tu hija es la misma que creo....¿Julia Mesalina?— Claudia estuvo a punto de romper a llorar, de hecho no aguantó el escuchar su nombre, empezó a llorar cayendo de rodillas mientras se tapaba el rostro con sus manos pues temía despertarse y que eso fuese otro sueño más. Pero cuando Einar le apartó las manos y le secó las lágrimas con los dedos supo que no era un sueño, él sabía algo de Julia.

—Esta bien, escúchame, has hecho un viaje larguísimo y no sé por todo lo que has pasado para terminar de esclava aquí pero te puedo jurar que Julia esta bien, esta a salvo en nuestra casa....

—"¿Nuestra?"

—Julia es mi esposa


Rowansborg

    La furiosa tormenta rugía, el viento golpeaba salvajemente las paredes de las casas, los rayos y truenos llenaban el cielo haciendo inquietar a los animales y una fuerte lluvia golpeaba la tierra. Freydis no lloraba como si la tormenta fuese algo natural para ella y como mucho sólo se revolvió un poco en la cuna en lo que Julia volvía a taparla con las mantas pues se había destapado al moverse. Julia había temido que su hija rompiese a llorar de manera incontrolable por el miedo pero no fue así.

 —Realmente eres una hija de Thor y Júpiter
 — sonrió la joven madre mientras se arropaba con un chal de lana pues con la llegada de la tormenta la temperatura había caído drásticamente trayendo de nuevo el frío pese a estar en verano. Cuando comprobó bien que Freydis dormía tranquila salió de la habitación a ver como estaba el resto de la casa. Los animales estaban alterados, incluso la pobre Trivia se había escondido debajo de la mesa huyendo de la tormenta.

 
 —Por los dioses tenemos una gotera en donde los animales, con la lluvia que esta cayendo va a ponerse todo perdido — comentó uno de los esclavos más veteranos.

 —¿No puede arreglarse desde aquí dentro?

 —No mi señora, se tendría que salir fuera y por Thor que nadie querría salir y aguantar la lluvia.

 —Ni lo voy a ordenar. Pon un cuenco o algo para que caiga el agua. Y al resto, os dejó libres de vuestras tareas hasta que pase la tormenta, podéis descansar y calentaros en el hogar pues soy consciente del frío repentino — los thralls suspiraron aliviados y cumplieron la última orden de Julia mientras esta se sentaba al lado de Astrid.

 —Creo que ya se que ve Einar en ti....tienes muy buen corazón Julia.

 —¿Crees que esta tormenta es un mal augurio?

 —Nunca una tormenta así traería nada malo...¿Cómo esta Freydis?

 —Dormida como si nada. — Astrid rió.

 — Freydis Thorvarg  Einarsdottir.

 —¿Thorvarg?

 —Significa "Lobo de Thor" 

Comentarios

  1. Que emotivo lo de Claudia,por fin si no pasa nad volverá a ver a su hija y nieta . Bonito capítulo Sandra. Un beso enorme .

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    1. Tengo que admitir que me rompi la cabeza en varios borradores de como poder llegar a este punto porque tengo que admitir también que me pase con la pobre Claudia xD Un besazo guapa

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  2. Se acerca el reencuentro entre madre e hija...

    Besos.

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