El Lobo y La Esclava: Capítulo 33 "Emociones"

¿Ella era realmente feliz? 

    Einar no dejaba de preguntárselo a si mismo mientras observaba desde lejos a Julia pero pese a ser un bravo guerrero no se atrevía a preguntarle dado que temía su respuesta. ¿Y si no era feliz? ¿Y si pese a todo lo que estaba pasando entre ellos, todo lo que sentían el uno por el otro y el bebé que vendría no podía olvidar Roma y desearía volver a su antiguo hogar? Le daba miedo que la respuesta de Julia fuese un sí. Si era un sí la respuesta....no sabría que hacer. Por una parte, una parte muy egoísta de él querría que se quedase, olvidase Roma....pero por otra si ella no era feliz y añoraba tanto su hogar....no tendría más remedio que dejarla ir....y seguirla. ¿Abandonaría a su pueblo por amor? Ahí tenía un nuevo conflicto interno pues como jarl tenía la responsabilidad de cuidar, proteger y gobernar a su pueblo, pero como Einar era un hombre enamorado, ese tipo de amor que sólo se encuentra una vez en la vida y que no querría perder a su hijo.

    Una de tantas tardes cuando la vio mirando como el sol se ponía dejando paso a la noche sentada en la entrada del hogar mientras ponía su mano sobre el lomo peludo de Trivia que permanecía dormida a su lado emitiendo un constante ronroneo por las caricias de la romana en su piel.

—Julie...— su nombre sonó en un susurro sobre sus labios, un susurro casi imperceptible más que para Einar quien se acercó a su esposa y acarició sus cabellos lentamente. Ante aquellas caricias Julia ladeó la cabeza para mirar a su esposo brindándole aquella sonrisa por la que Einar moriría sin dudar. El nórdico se arrodilló a su lado apoyando la cabeza en el hombro de Julia y sonrió muy levemente.

—Están siendo días muy pacíficos. Espero que cuando tu vayas al Báltico y nazca el bebé siga esta época tan pacífi....

—¿Sigues añorando Roma?— preguntó a bocajarro Einar, mejor así, rápido, sin pensar....lo que temía era la respuesta de Julia.
    Julia le miró incrédula por aquella pregunta, ¿todo aquello era porque había puesto un nombre romano a la gata? 

—Un poco— aquello hizo que el corazón de Einar se encogiese pero cuando Julia sonrió no supo como interpretarlo —A veces si, extraño Roma, cómo cuando tu te vas de Rowansborg por un largo tiempo. En Roma están mi padre y mi hermano y espero un día volver para verlos....pero volver aquí después porque este es mi hogar.

—¿De verdad?— Julia asintió besando la mejilla de Einar.

—Einar, este es mi hogar, me siento integrada totalmente, tengo amigos, te tengo a ti....tenemos una familia que pronto se ampliará. 

—Tengo que confesar que tenía miedo de que dijeras que no eras feliz aquí— la joven romana levantó una ceja y se hecho a reír a carcajadas apoyando la cabeza en el hombro del nórdico quién la miró seriamente.

—Es la verdad....

—De no haber sido feliz me hubiese ido en cuanto me liberaste....anda vamos a dentro que queda poco para la hora de cenar.— Einar se levantó y la ayudó a levantarse entrando dentro de la casa mientras Julia se le quedaba mirando.
    No quiso decírselo pero en el fondo si extrañaba Roma más de lo que había dicho, últimamente más que nunca, no le había mentido pues realmente amaba estar en aquellas tierras y había adoptado a aquel pueblo guerrero como suyo, amaba a Einar con la certeza del amor verdadero, no se arrepentía de haber quedado embarazada, todo lo contrario amaba a su futuro hijo y tenía claro que su hijo iba a ser vikingo como su nueva familia. 

    Pero.....siempre había un "pero". 

    Pero en el fondo no olvidaba Roma y no podía negar que le hacía ilusión volver a Roma alguna vez aunque fuese de visita por mucha locura que sonase. Las raíces nunca se olvidarían. Pero no iba a decirle nada a Einar...no quería crear problemas en su matrimonio. Y aquello era un problema naciendo lentamente en el subconsciente de Julia.





    Julia no era la única que estaba ocultando algo a su pareja, aunque en caso de Hjalmar la situación era más complicada y evidente. Amaba a Aléxandros, el esclavo griego que fue comprado en su momento junto con Julia hacía un año y desde el primer día entre Hjalmar y Aléxandros había nacido una apasionada relación, cada vez que tenían un momento estaban juntos pero al contrario que su hermano y su esposa, Aléxandros era quien más estaba enamorado de Hjalmar, le había insistido muchas veces en que le liberase, que aprendería a luchar, sería un guerrero de bajo rango pero quería estar con su amado a su lado, para el griego la relación era verdadera. Hjalmar por su parte.....
    Amaba al griego por eso a la vez no quería liberarle, porque Aléxandros estaba acostumbrado a que en Grecia el amor entre hombres estuviese más liberal, pero los nórdicos....un hombre podía yacer con otro hombre, no importaba, pero primero debía de estar casado y con un hijo para asegurar su linaje y ahí ya podría ser libre de tener un compañero sentimental de su mismo sexo. Algo similar pasaba en Grecia pero parecía no entender que Hjalmar era de sangre noble y por eso tenía oculta su verdadera orientación sexual....no podía simplemente declarar que no le interesaban las mujeres, le había costado admitirlo con su hermano mayor. Pero sólo él, y bueno Astrid, lo sabía. Por eso....no le había dicho que iba a casarse....con una mujer. Una dulce muchachita llamada Thrúr y que Hjalmar pensaba que no le causaría problemas....
    El vikingo giró la cabeza para mirar a su lado y vio al rubio dormido profundamente, apartó los rubios cabellos de Aléxandros de su rostro y sonrió levemente, ojalá pudiese ser la cosa distinta, ojalá poder ir de la mano sin que nadie pudiese juzgarles....ojalá ser libres....se dejó caer sobre el colchón haciendo que su cabeza rebotase contra la almohada sin despertar al griego y se quedó mirando el techo mientras meditaba en su situación. Casarse con Thrúr y hacerle un hijo y ya poder estar más libre, no tendría la presión de casarse y tener al menos un hijo. Era un egoísta. Debería darle la libertad a Aléxandros y poder ir juntos siempre a las expediciones o incluso organizar una nueva colonia lejos de Rowansborg y poder vivir en paz en una pequeña granja.....si. En cuanto fuese padre se iría con Aléxandros a alguna tierra lejana a una nueva colonia noruega





Comentarios

  1. Esas emociones nos complican la vida , al igual que Julia , los orígenes nunca se pierden y es lógico que ella quiera regresar a su Roma natal ,.El otro dilema es más complicado si cabe , fijate leyéndote me doy cuenta que esta historia es de hace mucho, muhco tiempo y ya la homexesualidad la veian casi que mejor que hoy en día ...es increíble lo que te enseña la historia . Un besote sandra espero que estes bien , cuidate mucho.

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    Respuestas
    1. Julia aunque ama su nueva vida nunca podrá olvidar sus orígenes y ¿quién sabe? Quizás un día vuelva a Roma aunque sea de visita :)

      El punto de la relación homosexual tienes toda la razón, se veía normalizada, siempre que fueras el activo, y en varias culturas entre ellas la nórdica mientras fueses el activo, te casases con alguien del sexo opuesto y tuvieras un hijo mínimo podían tanto hombres como mujeres amantes de su mismo sexo.
      Un besazo guapa

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