Suavis Inimicitia



¿Qué niño no adora a su hermano menor? Pero pronto empezaron los celos por parte de Sadik hacía Aradna. La mocosa no dejaba a su madre tranquila mucho tiempo,siempre que Sadik estaba con Adriana, la niña se ponía a llorar llamando la atención de su madre. Pero los celos le hacían hacer cosas como por ejemplo no querer estar en la misma habitación que su hermana y provocarle muchas veces el llanto.
Si no era fácil criar a un hijo,dos era muy difícil,lo peor eran las noches. Cuando no lloraba uno lloraba el otro,o los dos a la vez. Adriana tenía que atender a los dos pequeños, Aníbal trataba de no perder los nervios,pero eso era pedirle a un volcán que no entrase en activo.

-¡¡Maldita sea!! ¡¡Haz que se callen!!- bramó Aníbal a Adriana, a ella no le quedo otro remedio que ir a coger a Aradna a ver que pasaba y ahora ir a consolar a Sadik. No dormía apenas por las noches,llevaba con el cansancio de días acumulado en el cuerpo,sólo quería tumbarse y dormir del tirón una noche,pero parecía imposible. Le gustaría pedirle a Aníbal que le ayudase,pero él por la noche se desentendía de todo,sólo quería dormir,de momento. Aníbal estaba harto de la castidad impuesta,no sólo llevaba nueve meses sin poder tener relaciones con Adriana,ya auto aliviarse no le funcionaba,quería más. Habían pasado cuarenta días ya y estaba harto.

Una de esas noches de insomnio, Adriana por fin consiguió que sus hijos se durmiesen. Cuando llegó a su habitación, Aníbal estaba despierto,enfadado y cansando,pero por fin esa noche podría hacer algo más con Adriana que unos simples besos.

-Adriana,estoy harto. Noche,tras noche,tras noche los mocosos no paran de llorar. Estoy harto de la puta castidad que me has obligado a tener durante casi diez meses. Se acabo. Quitate el vestido.

Los meses de castidad hicieron mella en ambos, el agotamiento,el enfado y la rabia de esos momentos se disipo de la mente de Aníbal al completo,aunque parecía que usaba esos sentimientos negativos en contra de Adriana. Por fin tras meses sin contacto íntimo Aníbal consiguió tenerlo con Adriana. Pero en mitad de todo,Aradna volvió a llorar.

-¡No! ¡Tú no te vas!- bramó Aníbal como si hubiese leído la mente de Adriana cuando empezó a escuchar el sonido agudo y molesto para el púnico. Adriana se revolvió bajo él,pero no pudo ir a atender a Aradna.
El cansancio,los llantos al otro lado de la puerta,todos esos sentimientos de rabia....era demasiado.

Cuando amaneció, Adriana se levantó antes que Aníbal y tras vestirse,fue corriendo a ver a Aradna. La niña dormía profundamente en la cama,destapada,con las mejillas llenas de lágrimas secas. La princesa la cogió en brazos con mucha suavidad entre sus brazos. Su pobre niña estaría muerta de hambre,por lo cuál, Adriana la despertó sutilmente para después descubrirse parcialmente el pecho,la pequeña no tardo en aferrarse a su madre y a empezar a mamar con ansia,se notaba que estaba hambrienta.

-Lo siento,mi vida,perdóname.- murmuró Adriana emitiendo leves sollozos,había interpuesto su placer a su hija.

-¿Mami?- Adriana giró la cabeza para ver que en el umbral de la puerta estaba Sadik,medio dormido aún,arrastrando tras de si su muñeco de elefante.

-Sadik,aún es muy temprano.

-Tengo sed....- murmuró el niño,Adriana esbozo una leve sonrisa y mientras Aradna mamaba la meció suavemente. Cuando la niña termino hizo que expulsase los gases para después dejarla en la cuna y arroparla,tras ponerse bien la ropa,cogió a Sadik en brazos y le dio un beso en la mejilla.

-Vamos a las cocinas,pero después a la cama.- el niño asintió con la cabeza y se abrazó al cuello de su madre y apoyar la cabeza en el hombro de Adriana. Con su primogénito en brazos bajo a las cocinas donde estaba Elira limpiando unos cacharros.

-¡Mi señora!- hizo una respetuosa inclinación de cabeza a su ama, Adriana sólo esbozo una sonrisa y dejo a Sadik sentado en una silla,el niño aún estaba medio dormido.

-Mi hijo tiene sed. Y Elira....-la libia se apresuro a servirle al hijo de sus amos el agua,la cuál el niño bebió casi de un trago.

-¿Sí mi señora?

-Atia,¿crees que sería buena niñera de mi hija,Aradna?- rara era la vez que una domina le pedía consejo a una esclava y esa era una de las veces. Elira se quedo pensativa,había muchas esclavas en la casa,pero muy muy pocas tenían hijos,cómo ella y Atia. Aníbal rara vez dejaba que los esclavos se pudiesen casar y Elira y Atia eran de las pocas afortunadas.

-Si,lo sería. Atia tiene un hijo de pocos meses. Sería buena niñera de su hija.- Adriana asintió con la cabeza.

-Luego,cuando mi esposo se vaya, dile que venga a hablar conmigo. Le daré las ordenes para cuidar de mi hija por las noches.- una vez dicho esto,Adriana dio por terminada la conversación y volvió a coger a su hijo en brazos para llevarlo a su cama,que aprovechase el sueño todo lo que pudiese que a partir de los siete años no podría hacerlo.

Cuando dejo a Sadik en la cama,volvió a su alcoba. Aníbal estaba ya despierto y aparentemente satisfecho,estaba terminando de vestirse para irse hasta la tarde.

-Nunca más.- dijo Adriana sentándose en el borde de la cama.

-¿Nunca más que?- Aníbal estaba poniéndose unos brazaletes de oro en ambos brazos,ya llevaba todo puesto,sólo le quedaba eso.

-Nunca más desatenderé a mis hijos por algo cómo lo de anoche.

-Tú también lo estabas deseando,¿te recuerdo tus propios gritos anoche,mujer? - preguntó Aníbal mirando a su esposa con cierta frialdad. Adriana,se levanto de la cama para encararse con su marido,no estaba enfadada,sino molesta.

-¿Qué clase de madre disfruta mientras su bebé sufre?- le dio un pequeño golpe en el pecho haciéndose ella más daño debido a la coraza. Aníbal la agarró del cuello y la empujo con cierta fuerza sobre la cama,no la había agarrado del cuello sin fuerza,pero el empujón si fue un poco fuerte.

-No eres solo madre,eres también mi esposa,mi mujer. Y si yo te ordeno que quiero acostarme contigo,te acostaras conmigo,no tengo porque mendigar que mi esposa se acueste conmigo.- lo dijo todo con suma frialdad, el por fin haberse aliviado con ella había despertado en él su lado dominante. Pero de todos modos se acerco a ella y le acarició levemente la mejilla.

-Volveré esta tarde noche.- Adriana aparto la mano de su marido de su rostro.- No te enfades mujer.- era un poco obvio que Aníbal estaba esa mañana se cierto buen humor. En fin,ya empezaba otro día.

Comentarios

  1. que mal sienta a Aníbal la castidad XDXD.

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  2. Un poco si xDD Adriana no le hace ni caso y reclama atención xDDDD

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    1. por cierto, hay nueva en historia de un amor y en una mala decisión :) la de historia de un amor es de ahora, la otra es de hace dos días :).

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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