Suavis Inimicitia
La fractura que se hizo Aníbal en la mano sería cómo
máximo un mes con la mano inmovilizada, aunque era diestro para
algunas cosas necesitaba las dos manos y ahora le costaba un
poco,menos mal que Adriana le echaba una mano siempre,por ejemplo
cuando se iba por la mañana su mujer le ayudaba a ponerse la coraza.
A veces deseaba volver a irse a la guerra para unos cuarenta o
cincuenta años. Sin mujer,sin mocosos, hasta ese momento no había
pensado que hasta había sido feliz en la guerra. Pensamientos que se
le disolvían al instante al ver a Adriana y a Sadik cuando estaban
de buenas,el niño calmado y obediente y Adriana tan suave y
complaciente con él. Ojalá siempre fuese así.
Pero vendría de nuevo el horror, el embarazo, Adriana
estaría insoportable con las hormonas, luego los antojos,aunque con
Sadik no se arruinó por complacerla, a excepción del cerdo, Adriana
comió de todo. Pero hubo algo con lo que Adriana tuvo especialmente
gusto,¿qué era? Se preguntaba muchas veces el púnico,no tardo en
acordarse: el dulce. Cualquier cosa que supiese dulce era de gusto de
Adriana en los meses de embarazo, así consiguió ganar el peso que
necesitaba debido a que Adriana estaba bastante delgada y Dido le
había advertido que podía ser un problema la delgadez.
Los meses lentamente iban pasando,en esos meses Sadik
cumplió tres años,cada vez estaba más mayor y ansioso por querer
que naciese su hermano o hermana, obviamente prefería un hermano
para poder jugar y entrenarse en un futuro,no una débil y frágil
hermana. De hecho para su cumpleaños le dijo a su madre que su
regalo quería que el bebés fuese un niño. Adriana se hecho a reír
por el deseo de su hijo, pero eso no dependía de ella. Los dioses
decidirían si el pequeño que crecía dentro de ella fuese un niño
o una niña.
Pero a Sadik debido a su inocencia infantil,olvido de
inmediato a su hermano cuando su padre le regaló por su cumpleaños
una pequeña espada de madera para que fuese sabiendo como manejar un
arma,aunque fuese de juego.
Con el paso del tiempo, el bebé iba creciendo, tal y
cómo temía Aníbal el cambio hormonal de su mujer casi lo vuelve
loco, tan pronto estaba bien que era insoportablemente pegajosa, que
estaba a los dos minutos que no se la podía tocar porque se ponía
histérica. Al menos con él,porque con el crío siempre era amor y
ternura. De hecho muchas veces Adriana se había enfadado sin motivo
alguno con Aníbal.
-¡Si estoy así es por tu culpa!- le dijo Adriana una
vez que estaba con el humor de perros.
-Que estés loca no es culpa mía. Y que estés así
de.....- iba a decir “gorda” debido a que Adriana estaba de siete
meses de gestación, pero prefirió no decirlo para no tener la
enésima pelea con su mujer ese día – Embarazada es tú culpa
también.- . El carácter de Aníbal era muy temperamental y a veces
vasto, pero se trataba de controlar con Adriana porque si ella se
estresaba el estrés iría al mocoso y ya vio las consecuencias de la
última vez que Adriana se estresó mucho estando embarazada....
aunque eso no quitaba a que a veces si sacaba más el lado de “macho
alfa” y daba cuatro gritos bien dados para recordarle a su esposa y
a su mocoso que él era quien mandaba. Era así cómo Adriana
agachaba las orejas y Sadik dejaba de hacer trastadas.
-Estoy harto.- le dijo una vez Aníbal a Aderbal cuando
volvían a casa ya de noche, después de varías semanas, Aníbal y
Aderbal salieron fuera una noche aunque fuese a beber vino a una
taberna. Vino,el dulce néctar de los dioses que les hacía olvidar
las penas.
-Pues a mi me gustaría tener un hijo con Dido.-
comentó Aderbal con una sonrisa de oreja a oreja. Quería a su
hijastro Âkil,pero le gustaría tener un hijo propio con su mujer.
-Tú estas loco.- Aníbal dio un gran tragó al
vino,vaciando prácticamente el recipiente de un solo trago,conocía
el instinto paternal de Aderbal, pero también conocía que Dido juro
que nunca más volvería a parir,al menos eso gritaba como una loca
cuando daba a luz a Âkil, de momento había cumplido su juramento.
Algo en que se notaba que eran hermanos,nunca rompían un juramento
,y si Dido juro no volver a traer niños al mundo,podía bajar el
mismo Baal a la tierra que Dido no accedería a quedarse embarazada
nuevamente.
-¿Y que quieres que sea?
-Que Adriana cogió kilos de mas.....
-¡Venga en serio! ¿Un mocoso o una mocosa?
-Mocoso.- respuesta sencilla a que Aníbal prefiriese
un varón a una fémina. Si tenían un hijo,el apellido suyo
permanecería,si era una niña, al casarse perdería el apellido
paterno, Melkart.
-Oye,si es niña podrías juntarla con uno de los críos
de Amílcar Barca....- Aníbal se quedo pensativo,sería una opción
interesante, el León de Cartago tenía tres hijos, Aníbal,Asdrúbal
y Magon....¡bah! Era aún demasiado pronto y no iba a torturar a sus
hijos con matrimonios concertados,él ya pasó por uno y no se lo
deseaba a nadie.
Adriana le estaba esperando, no podía dormir y quería
pasar un rato con su marido,no lo había visto en todo el día desde
esa mañana cuando se fue a los entrenamientos matinales. Le rehuía
debido a que Aníbal estaba harto del embarazo, harto de que no le
dejase tocarla y dejarle ir más allá de unos besos. Temía que
Aníbal pudiese satisfacerse con otra, pero le era impensable el
tener relaciones con el embarazo tan avanzado. La princesa se
acariciaba sin cesar su vientre abultado,notando como el pequeño se
movía inquieto, notaba el estado de ánimo de su madre.
-Mami...- Adriana levantó la cabeza para encontrarse
en el umbral de la habitación a Sadik con carita de sueño y
arrastrando tras de si un muñeco que representaba un pequeño
elefante.
-¿Qué haces levantado?
-He tenido una pesadilla,¿puedo.....?- no termino la
frase cuando Adriana abrió las sábanas y palmeo el colchón
indicándole que podía dormir con ella. Sadik no tardo en acostarse
al lado de su madre,no sin antes tocar el vientre materno, notando
como su hermano se movía.
-¡Se mueve!
-Sí cielo, nota que estas,te esta saludando.
-Hola hermano.- exclamó el niño emocionado,convencido
de que sería un chico.
-En cuanto vuelva tu padre te vuelves a tu cama.- no
paso,madre e hijo se quedaron durmiendo abrazados y cuando Aníbal
volvió, en vez de enfadarse, cogió a su hijo en brazos con
inesperada delicadeza y lo llevo a su habitación para que durmiese
más a gusto en su cama. Tras eso se dirigió a su habitación y dejo
encima de una mesa un pañuelo que envolvía algo para Adriana.
es precioso :). por cierto, reactivé los otros dos blogs.
ResponderEliminarAlgunas partes son un poco graciosas xDD
EliminarOk me pasare cuando pueda :D
puse una nueva en una mala decisión, en historia de un amor y en en busca de una nueva vida.
EliminarQue historia!!! Ahora tengo que leer los capítulos anteriores... :)
ResponderEliminarGracias por tu comentario,Dan :D Me alegro de que te guste la historia n.n un beso!
EliminarHola, soy del Blog http://siendotimida.blogspot.mx/
ResponderEliminarclaro que me doy una vuelta por el tuyo, la introduccion de tu historia es muy buena
mira que tengo ese tino para enamorarme de hombres frios jajaja :( en fin
siempre es un gusto dejar comentarios , agradezco el tuyo :3!!
saludos! ya te sigo!