Suavis Inimicitia
Cuando la mañana llegó y Adriana despertó,no estaba
sola, Aníbal estaba despierto,vistiéndose para irse.
-Buenos días,Aníbal....
-Hola.- Aníbal se sentó en el borde de la cama para
ajustarse las grebas (especia de espinilleras hasta la rodilla),era
casi lo único que le faltaba.- Anoche cuando llegue,Sadik estaba
aquí,¿que te he dicho miles de veces?
-Tuvo una pesadilla.
-Te manipula,Adriana.- apretó más fuerte las tiras de
cuero de la greba para ajustarla a su pierna derecha.- Por esta vez
lo dejo pasar,pero si no puede dormir solo es tu culpa por mimarle.-
escuchó inesperadamente un sollozo,¿estaba Adriana llorando? Giró
la cabeza para mirarla y efectivamente, Adriana estaba llorando. Su
humor variable hacía que estuviese bastante más sensible de lo
normal.
-No llores,mujer.- alargó la mano hasta el rostro de
su mujer y la paso por sus mejillas,limpiando las lágrimas.
-No es solo por eso....se que estas harto de.....- se
señalo su vientre de un gesto de cabeza.- y que no podamos hacer
nada más que uno besos,temo que te satisfagas con otra.....
-Jure a Baal que te sería fiel. Te lo dije una
vez,nunca rompo mis juramentos. Si he de aguantar tanto de castidad
luego me las cobrare con creces.- no soportaba ver a Adriana llorar
si no fuese porque se lo mereciese,pero esa vez era por la
hipersensibilidad que tenía.- Te traje un regalo.
-¿Un regalo?- preguntó curiosa, Aníbal asintió para
acercarse a dónde dejo el pañuelo y se lo dio a Adriana. Ella no
tardo en abrirlo,era un brazalete de oro adornado con dos serpientes
de oro,¿serpientes? Lo entendió rápido. Melkart era el dios
protector de su familia por el apellido,Melkart, además era la
divinidad cartaginesa relacionado con Hércules y todos sabían la
leyenda de que Hércules de bebé estranguló dos serpientes que
fueron mandadas por Juno,su madrastra. Hércules era afín a
Melkart,dios cartaginés protector del mar y patrón de su familia.
Con ese gesto Aníbal reconocía que Adriana estaba casi a su
altura,que ella estaba por debajo de él en la cadena de mando del
hogar.
-Gracias.- Adriana le dio un breve beso en los labios a
su marido,beso que fue correspondido por Aníbal. Debía reconocer
que se había ablandado un poco desde que se caso con ella,en fin,
pronto volvería a endurecerse. Esperaba. Inconscientemente una de
las manos de Aníbal fue hasta el abultado vientre de Adriana,notando
las pataditas que daba el pequeño en señal de buenos días. Pero
Aníbal se fue animando más con el beso,profundizándolo y
haciéndolo más apasionado,era obvio que trataba de mantener un
contacto más íntimo con Adriana.
-No...- musitó Adriana intuyendo las intenciones de su
esposo, Aníbal bufó, si pudo aguantar dos años sin hacer el amor
con su mujer,podía aguantar casi tres meses más, lo disfrutaría
con ganas, además tenía otra opción para relajar la necesidad
sexual,auto-aliviarse el solo.
-Te quiero.- musitó Adriana, ilusionada creyendo que
por fin Aníbal le dijese que también la quería, en todos los años
que llevaban casados no lo dijo ni una vez.
-Luego te veo,Adriana.- nuevamente no dijo nada con
respecto de que si la quería o no, nunca lo diría,demostrarlo puede
con pequeños gestos,cómo lo del brazalete de ahora, otorgándole la
autoridad bajo él,en la escala de poder del hogar era primero
él,luego Adriana y Sadik más adelante cuando fuese más mayor. Se
psicoanalizo a si mismo de camino a dónde sus hombres le esperaban
para los entrenamientos del día. Se había ablandado mucho desde que
se caso con Adriana. La coraza que recubría su corazón y su alma se
resquebrajaba cada día más. La dulzura de Adriana había podido con
sus barreras, le había dado un hijo y otro más que venía en
camino. Pensó brevemente en su padre,Hannon le decía constantemente
que nadie le amaría,que sólo traía consigo la muerte, que ninguna
pobre mujer querría casarse con él que no fuese por matrimonio
concertado.
-”Padre,
en el infierno en que te estés pudriendo,jodete del todo,yo,que
según tú traía conmigo la muerte ha engendrado ya dos vidas” -
pensó regodeándose de que que Hannon se equivocó de cabo a rabo
con todo. Tenía una mujer que le amaba,un hijo que seguiría sus
pasos de guerrero y otro más en camino. Pero no debía de bajar la
guardia, el amor era debilidad,no quería verse débil, si era débil
no sería buen militar.
Adriana no se podía creer el gesto que Aníbal tuvo
con ella,le daba la total autoridad en la casa como cuando él no
estuvo por la guerra, ahora ella era la segunda autoridad en la casa.
De modo que ese día lo aprovecho, estuvo supervisando las tareas de
los esclavos, ordenando algunas mejoras en la casa,cómo Sadik ese
día estaba jugando con su primo Âkil,que no tenía escuela en
algunos días porque el maestro estaba enfermo y se pasaba el día
jugando con sus amigos y con su pequeño primo,al cuál adoraba
porque se había sentido solo siendo el único niño de la familia,
tenía todo el tiempo del mundo para ejercer su autoridad de domina
nuevamente desde que Aníbal volvió.
Nadie esta nunca libre de sorpresas, cuál no fue la de
Adriana cuando llamaron dos meses más tarde a la puerta de su hogar.
Adriana estaba ya finalizando su segundo embarazo,¿cuánto quedaría?
¿Una semana? ¿Menos? Sólo sabía que estaba cansada, sabía que ya
pronto vendría al mundo su nuevo hijo.
Una de las mañanas en las que Adriana permanecía
acostada debido al cansancio mientras Sadik jugaba cerca suya con una
figuritas de madera,uno de los esclavos le aviso a su señora de que
habían venido dos jóvenes a verla. Picada por la curiosidad,Adriana
se levantó del lecho para saber quien habría ido a verla.
-Sadik,vamos.- el pequeño se levantó del
suelo,también le picaba la curiosidad por saber quien había
venido,de modo que se dirigió con su madre a la puerta principal
para ver quién era. Adriana al ver a dos encapuchados en la
puerta,sospecho inmediatamente quienes eran,por lo cuál dio un
gritito de alegría.
-¡Adelphos,Fabio!- ambos jóvenes se quitaron la
capucha, ambos jóvenes habían cambiado en aquellos dos
años,sobretodo Adelphos. Ya no lucía la coleta y la trenza que
llevaba en un mechón de sus cabellos,se había cortado la coleta y
la trenza y estaba con el pelo corto. Fabio había crecido un poco y
los rasgos de ambos estaban endurecidos,pero la picardía que
caracterizaba la mirada de Adelphos no había desaparecido y la
ingenuidad de Fabio seguían intactas.
-Adriana,estás.....muy......- empezó a decir Adelphos
abrazando a su prima con sumo cuidado .
-Embarazada.- completo Adriana soltando a Adelphos para
abrazar a Fabio.
-Pero sigues siendo una belleza,prima.- Fabio le dio un
beso en la mejilla a su prima,antes de acariciar el voluptuoso
vientre de Adriana.- Ya sois cuatro,¿no?
-Contando con el de mi vientre si.- Sadik miraba la
escena abrazado a las piernas de su madre,al parecer eran familiares
de su madre esos romanos. No había heredado del todo el odio a los
romanos porque por sus venas corría parte de la sangre de Roma.
que mono el niño. es encantador, y el padre es un militar, los militares son duros. Es todo un general, eso también es un orgullo. defiende a su nación.
ResponderEliminarSadik es un amor y Aníbal poco a poco.
EliminarLei yus blogs pero no.puede comentarlos,ahora lo hago cuando este mas despejada
puse nueva entrada, por cierto :).
ResponderEliminary ayer actualicé también los otros dos con nueva entrada :).
EliminarHola, antes que nada, agradezco que te hayas pasado por
ResponderEliminarel Blog, siempre es bueno recibir sus comentarios
especialmente que hayas tomado un tiempo para leer la historia
por cierto ya te sigo :3
que tengas un bonito dia :3
-kaekao!