Suavis Inimicitia


Ese día Aníbal no iba a entrenar con sus soldados. No. Iba a levantar los ánimos del ejército,aunque sus hombres ya estaban con los ánimos bastante altos debido a la victoria de Iberia de hacía casi un año ya. Con Aníbal Melkart habían ganado en Iberia. Ganarían en Malta y en Sicilia a la República de Roma. Cartago seguiría teniendo la supremacía en el Mediterráneo.

-¡Soldados!- Bramó Aníbal con la voz más potente que pudo poner para que todos y cada uno de sus soldados lo escuchasen bien.-¡En menos de dos semanas lucharemos contra los romanos en Malta y en Sicilia,esos son los territorios que los cerdos romanos quieren arrebatarnos! ¡Iberia esta perfectamente protegida por el León de Cartago,Amílcar Barca,por lo que de Iberia no nos preocuparemos! ¡Pero las islas de Malta y Sicilia no tienen nuestras tropas asentadas de momento. A partir de esta guerra la sumisión de las islas al poder de Cartago sera definitiva! ¡¿Vais a luchar por vuestro Imperio?!- levanto el puño en señal de victoria y un grito de júbilo se elevó,sus hombres confiaban su vida a su general,lucharían por el Imperio Púnico y su gobierno sobre el Mediterráneo.


El día lentamente iba pasando, Adriana enseñaba a su hijo a andar,los progresos del pequeño Sadik eran más que notables,con ayuda de su madre,que le agarraba de las manos para guiarle los pasos,pero poquito a poquito dio sus primeros y torpes pasos solito,pero acabo cayéndose de culo en el suelo,Adriana creía que iba a llorar,pero en vez de eso,Sadik sacudió la cabeza y trato de levantarse nuevamente.

-¡Muy bien mi amor!- exclamó Adriana cogiendo al niño en brazos.

-Mamá,soy grande,soy grande.- rió el niño sintiéndose como un niño grande ya,se veía mayor.

-Lo eres,cielo.- Adriana le beso con amor las mejillas a su hijo,estaba realmente orgullosa de él,aunque no dejaba de sorprenderle lo mucho que crecía cada día,cada día era menos su bebé para ser poco a poco su hombrecito. Aunque aún faltaban casi seis años para que Sadik empezase a ser entrenado por su padre para prepararle para la ardua vida militar que viviría cuando fuese adulto.

-Algún día serás grande.- musitó Adriana.

-¡Sí,mamá!- exclamó el pequeño sonriendo y besando las mejillas de su madre. Había que decir que a espaldas de Aníbal, Adriana le hablaba a su hijo en latín,quería que Sadik hablase fluídamente las dos lenguas,el púnico y el latín. Por el momento el niño no había hablado en latín delante de su padre,de momento. Aunque Aníbal sabía que en un momento su hijo hablaría la lengua de su madre.
Madre e hijo estaban jugando en el suelo del balcón de la alcoba conyugal,disfrutando de las vistas al hermoso puerto de Cartago y sintiendo la suave brisa marina que arrastraba el viento.

-Eolo nos trae el mar sin salir de casa.- le dijo Adriana a su hijo con cierta confidencialidad, aunque Adriana procesaba la religión grecorromana,Aníbal quería que su hijo fuese fiel a las tradiciones púnicas y adorase a sus dioses. Pero Adriana a escondidas le hablaba del panteón romano a Sadik.

-Mami,cuéntame de los dioses.- pidió el niño,ella sonrió tiernamente y empezó a relatarle la historia del joven dios Júpiter cuando rescató a sus hermanos del vientre de su padre Saturno,y cómo empezó la guerra entre dioses y titanes. Los jóvenes dioses ganaron a su padre y a sus compañeros titanes y se hicieron con el poder y formaron el Olimpo.

-Júpiter fue muy fuerte,mami.

-Con razón es el rey del Olimpo,hijo.

-¿Baal es tan fuerte cómo Júpiter?

-Baal.....es igual de fuerte que Júpiter.- dijo de manera neutral,su hijo que aprendiese de ambas religiones y que de mayor ya decidiese a quién adoraría. Pero intuía que Sadik acabaría postrándose ante los dioses cartagineses. En fin,era la futura decisión del pequeño.

-¡Adriana!- la princesa dio un respigón al escuchar la voz de Aníbal,¿tan pronto? Normal y lógico,querría pasar tiempo con ellos,¿no? En menos de dos semanas él se iría a la guerra a saber por cuanto tiempo,meses,años....pero....esta vez Adriana le iba a pedir que les dejase acompañarles. Muchas mujeres de soldados iban con sus hijos,se instalaban en las castras (campamentos) y podían seguir juntos.
Aníbal entró al poco en la alcoba,en verdad quería estar con su mujer y su hijo el poco tiempo que les quedaba juntos. Añoraría la inocencia de Sadik y añoraría la dulzura de Adriana y sus largos y frecuentes retozos en la cama.

-Salve,esposo.- saludó Adriana esbozando una sonrisa,Aníbal se sentó en el suelo junto con Adriana y sin darle tiempo a reaccionar la beso apasionadamente, quería disfrutar de esos besos el poco tiempo que les quedaba. Adriana respondió con algo más de suavidad que su esposo,pero igualmente de apasionada,adoraba sus besos y que a veces le trataba con algo de brusquedad,casi de igual a igual.

-Mamá.- otra vez Sadik intervino para tener toda la atención de su madre nuevamente,en eso Sadik estaba muy mimado y tenía como cierta competencia con su padre por los mimos de Adriana.

-Mocoso.- musitó Aníbal cogiendo a su hijo en brazos,sabía que el niño prefería los brazos de Adriana que los suyos y lo usaba como leve castigo. Ya cuando Sadik creciese y fallase sería castigado de verdad. -Dido dice que si la acompañas a por unas cosas. Antes de la semana que viene Dido y Aderbal se casarán.

-¡Eso es una gran noticia!- exclamó Adriana.- Iré ahora mismo con ella,cuida de Sadik.- dijo dándole un beso en la frente al niño y levantándose para irse corriendo a ayudar a su cuñada. Aníbal se quedo mirando al niño y Sadik se quedo mirando a su padre,los dos sin saber que hacer.

-¿Jugamos?

-No.- se levantó y dejo al niño sobre la cama,quién hizo un puchero al verse abandonado en la cama. Aníbal se quito la capa que llevaba y la dejo sobre la cama,quedando sólo con una ligera túnica blanca,había traído consigo unos pergaminos con ciertos dibujos sobre la posición de combate del ejército sobre el irregular terreno de Malta y Sicilia. Sadik se dedicó a juguetar con todo lo que pillaba. Aníbal,apoyado en una de las columnas de mármol de la habitación trataba de estudiar los pergaminos,pero era incapaz de concentrarse por ver a y oír a Sadik jugar,sin dejarle concentrarse. Él se acercó a su hijo y poniendo el pergamino que tenía en la mano bajo su brazo,tomo a su hijo en brazos. Colocó a Sadik en el brazo izquierdo y volvió a abrir el pergamino que miraba.

-Mira,mocoso. Este es el mapa de la isla de Sicilia,el granero del Mediterráneo, tu madre es princesa de allí. Los cerdos romanos planean tratar de atacar por mar. Pero Cartago posee la mayor flota marítima del mundo conocido.- se giro para que su hijo viese el exterior, las vistas del maravilloso puerto cartaginés.- Míralo, el mayor puerto del mundo. Algún día te llevaré a verlo y te lo explicare.- Sadik se quedó mirando atento a su padre, fascinado con cada una de sus palabras.

Comentarios

  1. qué bonito :). me encanta Anibal cada vez más.

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  2. La verdad es que le sale muy natural el lado paternal por mas que lo oculte >//w//<.

    Voy a verlo ahora~

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  3. Respuestas
    1. puse que lo que hace es esperar que ejecuten a su hermana. léela entera :).

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    2. ya lo lei y te puse un comentario

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