El Lobo y la Esclava: Capítulo 13 "Mensaje"
A
decir verdad el Valhalla, su parte más dulce claro, debía de ser
así, pues esos días de invierno en que no tenía que embarcar podía
recuperar fuerzas, aunque claro que entrenaba con sus hermanos, iba a
cazar, tenía muchas tareas como jarl, pero las noches debían de ser
así, el sólo en la ancha cama de pieles con Julia, ambos desnudos
ya fuese haciendo el amor o simplemente hablando de mil cosas.
—
Entonces...¿los fundadores de Roma los crió una loba?
—
Les dio de mamar una loba, pues si no hubiesen muerto al ser lanzados
a un río.
—
Bueno...Loki parió un caballo...—
Julia no entendía nada de aquella extraña religión pero era
fascinante todo había que admitirlo.
—
Y en Roma tienes a tu padre, Gaius, y a tu hermano Cómodoro.
—
Cómodo.
—
Lo que sea. ¿Y tú madre?
—
Murió cuando dio a luz a mi hermano. No recuerdo mucho, solo
recuerdo que cuando nació Cómodo se puso muy enferma y me llevaron
unos días a casa de unos parientes y cuando regresé me dijeron que
había fallecido y ya la enterraron...no pude despedirme de ella.
—
Estoy seguro de que ella estaría orgullosa de ti...puedo entenderte.
Mi padre esta en Valhalla...
—¿Cómo....cómo murió?—
Einar sonrió levemente mientras acariciaba el pelo castaño de
Julia, enredando sus dedos en los suaves rizos y procedió a
contarle. Hacía unos cuantos inviernos atrás hubo un conflicto
entre su padre y otro jarl debido a que este jarl intentó
arrebatarle las tierras, Skjalag, el padre de Einar y sus hermanos,
pese a ser un fiero guerrero y un explorador nato que deseaba
encontrar todas y cada unas de las ciudades del mundo era un jarl
justo y aunque no era perfecto llegó a llevar la prosperidad a sus
tierras además de conseguir riquezas y comercio con otras ciudades y
poblados de Noruega o Suecia, no se dejó intimidar y hubo un
enfrentamiento cuando el enemigo intentó asediarlos, Rowansborg, la
ciudad principal de las tierras y donde estaba viviendo Julia,
Skjalag y sus hijos Einar y Hjalmar entre otros guerreros defendieron
con armas hasta la muerte sus hogares y sus tierras, pero Einar en
ese momento era más jóven e inexperto y creyéndose un héroe
intentó vencer él solo al jarl enemigo, pero era más inexperto y
el otro estaba curtido en mil batallas por lo que Skjalag tuvo que ir
a salvarlo, casi murieron ambos, pero Einar pudo en un momento dado
salvar a su padre recibiendo la herida de su ojo —mientras relataba
Einar se palpó la cicatriz del ojo— y Odín ese día pareció que
reclamó a Skjalag en el Valhalla pues fue muerto en la batalla y
cuando estuvo saboreando la victoria, bajó la guardia por lo que
Einar, pese a estar sangrando por su ojo mató al enemigo, vengando a
su padre y tomó el lugar de Skjalag en la batalla pese a estar
perdiendo sangre, y acabó ganando. Fue su primera victoria como
líder pero el precio fue la muerte de su padre.
Cuando
Einar terminó de hablar, Julia dulcemente le abrazó y con sus dedos
acariciaron la cicatriz del ojo y dejó un tierno beso como si con
eso pudiese curarlo, al menos salvó el ojo y la vista y sólo quedó
una cicatriz. Él sonrió sin dejar de acariciar el pelo de Julia,
era adorable así en el lecho, despeinada tumbada sobre su pecho.
Julia era su pequeña hada, de una belleza etérea, frágil ,pero
podía ver el fuego que se ocultaba en ella. Einar se tumbó sobre
Julia, cubriéndola con su cuerpo, sintiendo los pechos de la
adolescente contra su pecho mientras empezaba lentamente a poseerla,
su miembro no estaba endurecido del todo pero una vez sintió a su
alrededor la calidez y la estrechez de Julia apretándole sintió
cómo se endurecía del todo como si fuese una espada mientras
procedía a moverse sobre ella y sus bocas se devoraban. Julia
correspondía los besos acariciándole los brazos, los hombros, la
ancha espalda, agarrando los redondos glúteos de Einar apretándole
contra ella...aquel hombre la volvía loca, no la trataba como si
fuese a romperse, la trataba como a una mujer, la poseía como a una
mujer. En la habitación solo se oía los gemidos de los amantes y
del viento invernal pero no les importaba pues en la habitación la
temperatura era ardiendo debido a la pasión, el olor a sexo les
llenaba y las pieles de la cama les daba la comodidad perfecta. Einar
por un momento se la imaginó a ella tan hermosa y linda como era con
su cuerpo redondito en la zona del vientre debido a que llevaba
dentro a su hijo...por lo que deseo venirse en ella del todo, pero la
cordura se adueño de él acordándose de Ingrid, tenía que
decírselo, que iba a casarse con otra mujer, con la hija de un
aliado pero quería darle la libertad y hacerla su esposa también.
Pero en ese momento no. En ese momento sólo quería perderse en
ella.
Mientras los amantes dormían la puerta se abrió
lentamente y una figura entró dentro encontrándose una escena
tierna y tan íntima que pensó que sobraba, Einar y Julia dormían
desnudos y abrazos, parecía que Einar la protegía con su abrazo
mientras Julia le reconfortaba con su abrazo. Astrid supo que era
tarde, su hijo se había enamorado de una esclava y aquello podía
significar otro nuevo conflicto, pues aún recordaba cuando su esposo
falleció en el último intento de toma de Rowansborg y se negaba a
que por un capricho, a que por una idea tan absurda como el amor,
pues finalmente Astrid llegó a odiar a su esposo, que vidas
inocentes pagasen debido a que su hijo abandonó todo por un amor que
podía ser pasajero. De modo que salió de la habitación cerrando la
puerta tras de si y salió de la casa hasta la casa de otro hombre
solo para decirle que se vistiese, preparase un caballo y fuese de
inmediato a las tierras del jarl Erik para que mandase a Ingrid para
que fuese conociendo su futuro hogar.
—“ Todo esto lo hago por ti....Frigg...madre de todos, lo hago por mi hijo como tu hiciste jurar a todo que no dañaría a Baldr....”— pensó Astrid volviendo a casa, sólo quería proteger a sus hijos y sus tierras. A cualquier precio.
Julia era feliz. Llegan a decirle meses atrás que iba a ser feliz ahí y no se lo habría creído pero era feliz, cierto que seguía siendo una esclava pero Einar había trastocado su mundo del todo, la intimidad con él, sus confidencias, el tiempo que pasaban juntos...no era solo una relación basada en sexo pues había cariño, complicidad. De hecho su dicha era tal que incluso mientras tejía en el telar, cuidaba a los animales del corral, cocinaba o iba al mercado a comprar estaba tarareando una melodía que recordaba que su madre le cantaba, estaba enamorada de verdad. Pero aún quería conseguir su libertad, pero ya no estaba tan segura de volver a Roma de inmediato....en su amor adolescente que pensaba que el primer amor sería el definitivo pensaba que quizás podría casarse con Einar y ¿quién sabe? Poder viajar alguna vez a Roma juntos y acercar a Einar a su mundo.
— Estas muy contenta, ¿no?— esa noche después de que la familia comiese era el momento en que los thrall podían cenar, Aléxandros se sentó al lado de Julia mientras sonreía y mordía un poco un trozo de cecina de vaca.
— ¿Tanto se nota?
— Has dado un cambio increíble... — ambos rieron mientras proseguían la cena, ambos habían probado las mieles del amor, Aléxandros con Hjalmar y Julia con Einar, pero ambos eran amores imposibles de formalizar, había en ambos barreras que parecían difíciles de trepar y solo podían probar las mieles de ese amor en la oscuridad de la noche o a escondidas, no poder ni darse un beso sin tener que mirar por si alguien los miraba y esconderse. Aunque Julia lo tenía más fácil, pero todo parecía complicado...pero cuando se encontraban con sus amados amantes todo parecía perfecto, simplemente todo se olvidaba y solo existían ellos. Cuando Julia entraba en la habitación y veía a Einar esperándola con esa bella sonrisa todo desaparecía y el paraíso era estar entre los brazos de Einar y sus besos...su dulce lobo guerrero. Lobo para ella. Hada para él. Pero ambos se unían haciendo desaparecer todo, Rowansborg, Roma, sus familias....todo desaparecía.
Sólo existían ellos dos...
Sin percatarse de que el mensaje de Astrid llegó y de camino, desafiando al clima frío, iba en un barco Ingrid, la futura esposa de Einar de la que Julia no tenía ni idea, pues la chica iba a estar en casa de su futuro esposo hasta la boda que sucedería en la cercana fecha de Yule, el solsticio de invierno.
Norte
de Italia
Finalmente
las averiguaciones de Claudia parecieron que dieron ciertos frutos.
Cómo le dijo a Nerea, fue junto con Alba y otras de sus prostitutas
en custodia del nubio llamado Faetón al norte de la península
itálica a la villa de un senador que celebraba un banquete dónde no
sólo correría el vino...pero su verdadero objetivo era el de hacer
averiguaciones con respecto a que ocurrió con su hija. Ella dejó
claro que no iban a tocarla si no sólo fue a que sus chicas
estuviesen bien cuidadas, pero mientras Alba consiguió hablar con
algunos comerciantes galos, no eran guerreros si no simplemente
comerciaban con los romanos y supo que si, que hubo hacía unos meses
casos de tratantes de esclavos y que sí, habían habido casos de
secuestros de hombres y mujeres libres para ser vendidos en la Galia
pero otros era más complicado pues habían sido enviados más lejos
de las fronteras de la Galia y del Rhin a los pueblos germanos y
nórdicos.
—
¿Cómo puedo averiguar quienes fueron los tratantes que se llevaron
a mi hija?—
preguntó Claudia a Alba, pues lamentablemente no tenían tiempo de
averiguaciones.
—
Uno de esos comerciantes dijo que pronto vendrían a vender esclavos
de la Galia, podrían ser esos los que se llevaron a su hija—
Claudia se sentó en el diván mordiendo una de sus uñas con aire
nervioso pues el tiempo ahí apremiaba aunque de encontrar una pista
clara sobre el paradero de Julia ella iría a buscarla dejando todo
atrás pues entre Alba y Faetón podrian seguir llevando el negocio
pues eran sus manos derechas.
—
La encontraré....juró por todos los dioses que la encontraré....—
Claudia se contuvo las ganas de llorar, no iba a llorar más, era
hora de coger de nuevo las riendas de su vida como hizo cuando se vio
sola y arruinada, era una mujer fuerte e independiente y rescataría
a su hija costase lo que costase.
Rowansborg
La puerta se abrió y Einar sonrió a la mujer que le abrió la puerta mientras que tres niños salían a recibirle.
— ¡Bestias pardas!— rió Einar acariciando los cabellos de uno de los niños — Sieglind— Einar inclinó levemente la cabeza y la mujer sonrió. Sieglind era la esposa de su amigo y compañero de armas Gunnar, una mujer igual que su marido pálida y tan rubia que parecía albina y a juzgar por los tres niños que corrían dentro de la casa, el cuarto hijo más pequeño en brazos de Gunnar quien estaba a la mesa del fondo y el hinchado vientre de varios meses de embarazo de su quinto hijo, locamente enamorada de su esposo y fértil.
— Pasa Einar, íbamos a sentarnos a comer, hay suficiente comida para que el jarl se sienta a nuestra mesa— le invitó Sieglind mientras Einar pasaba y cerraba la puerta mientras se quitaba la capa de pieles y se dirigía a la mesa junto a Gunnar.
— ¿Te llegó el olor del potaje, Einar?— rió el gigante dándole un codazo entre las costillas a Einar mientras este se sentaba a su diestra.
— Conoces mi debilidad por la comida de tu esposa y la compañía de tus cachorros— la mujer le puso un plato al jarl quien hizo amago de levantarse a ayudarla recibiendo un golpe con la cuchara en la cabeza por parte de ella para que se sentase.
— Eres el invitado, tú te quedas ahí— rió. Gunnar y Sieglind eran una pareja sólida y amorosa de modo que fue en los primeros que pensó para una idea que había tenido.
La comida fue agradable, fue un sencillo potaje de salchichas y unos arenques para acompañar mientras Gunnar y Einar tragaban cerveza una detrás de otra.
—
Tengo que decir que vengo con una segunda intención a parte de
disfrutar de vuestra compañía, amigo míos.
—
¿Qué locura se te ocurrió ahora?—
Einar expuso su idea. Tenía la intención de liberar a Julia en
Yule, pero no quería perder a la chica y una vez siendo una mujer
libre no tenía un hogar pues no podría quedarse en la casa, al
menos hasta que no se casase con él, y pensó que el matrimonio
podría acoger a Julia, eran muy amigables y además con el bebé a
punto de nacer, Sieglind necesitaría ayuda y Julia como pagó por
alojamiento podría quedarse con ellos, además de otra cosa que
tenía pensado.
—
No lo sé Einar...—
Gunnar miró a su esposa quien sonrió cálidamente.
—
Claro que si. Dónde comemos siete podemos comer ocho y necesitaré
ayuda con el bebé. Y será temporal hasta que se case con Einar.
—
Esta bien...acogeremos a Julia en nuestra casa.
—
No es lo único que tengo pensado....—
Einar bebió calmadamente un sorbo de su cerveza.
—
Miedo me das...
—
Quiero que la preparemos para que sea una doncella escudera.
El amor nos cambia a todos mucho :-9 pero también provoca mucho enemigos.
ResponderEliminarNo está esto nada fácil.
Un beso.
El amor es un camino de espinas. Un beso guapa!
EliminarEs increible como escribes te felicito
ResponderEliminarno es nada fácil escribir como tú lo haces
Awwww ¡muchas gracias! *_* Un beso!
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