Suavis inimicitia



Aníbal los ignoro y recorrió el palacio hasta llegar a un santuario familiar dedicado a Diana,la diosa virgen protectora de Sicilia,sin más,deposito a la niña con cuidado en el altar,una vez hecho esto,se llevo las manos al cuello y se quitó una cadena de oro que llevaba colgado una imagen de oro de Baal y lo colgó del cuello de la niña.

-...Toma,esto te protegerá de todo mal- fueron las únicas palabras del púnico,una vez dicho esto,cogió la piel de cierva que había allí y arropo a la niña con ella,miro por última vez a Adriana y la dejo allí,bajo la mirada inexpresiva de piedra de la diosa Diana.
Volvió a recorrer los pasillos del palacio hasta dónde se encontraban sus hombres junto a un patético grupos de esclavos supervivientes,entre ellos Claudia,contándola a ella eran seis personas,tres mujeres y tres hombres.El destino de las mujeres seguramente sería el de proporcionar placer sexual a los soldados,obviamente Claudia no,ya que estaba vieja,el de los hombres sería o la muerte o ser vendidos cómo esclavos en Cartago.

-Mi señor,¿qué hacemos con los esclavos? - Preguntó un capitán de tropa,Aníbal miró al grupo de supervivientes,todos ellos esclavos.Miró a la mujer mayor,seguramente la función de esa mujer era la de cuidadora de Adriana.

-Tú,mujer - la llamó el púnico,Claudia dio un paso al frente y agacho la cabeza en actitud sumisa,su cabello canoso y rizado estaba alborotado y echado hacía adelante,su mirada gris permanecía clavada en el suelo,temía no solo por su vida,sino también por las vidas de Cibeles y Adriana,¿estarían vivas? Rezaba a Júpiter de que no estuviesen ambas ante Plutón.

-Tu nombre,mujer -ordeno Aníbal sacando a Claudia de sus negros pensamientos.

-Cla...Claudia...

-¿Cuál era tu función cómo esclava de Cibeles?

-Cuidaba de Adriana....- sintió los negros ojos de demonio del cartaginés clavándose en ella,al no verle a la cara no vio cómo los labios del púnico dibujaban una sonrisa burlona y soberbia.

-La niña está en el altar de esa diosa cazadora que  los romanos teneis ....esta viva....su madre no,la mate - dijo con frialdad,Aníbal se acercó a Claudia lo suficiente cómo para inclinarse,ya que era más alto que Claudia y susurró en el oído de la esclava:

-Cuidala,que se convierta en una bella mujer,virgen,así debe llegar a mi

-¿Q..Qué? - tartamudeo la esclava,había entendido perfectamente cuáles eran las intenciones de Aníbal,pero esas palabras le sonaron cómo una pena de muerte para su princesa.

-Ya oíste,deberá llegar a mi virgen,sin a ver conocido varón,procura cuidar su belleza....Cómo no lo hagas te buscare y te matare esclava.

-¿Q...quieres tenerla de esclava? -preguntó horrorizada,no podía imaginarse a su dulce Adriana siendo la esclava de Aníbal.

-No.....exactamente.Será mi futura esposa,yacerá conmigo,me dará placer,parirá a todos mis hijos.Por eso la quiero virgen cuando sea mujer. Cómo no lo hagas,por Baal que te destripare vieja.  

Todos menos Claudia fueron asesinados,una vez que los cartaginenses abandonaron el palacio para seguramente seguir conquistando la isla,que ya estaba perdida al caer Siracusa,Claudia hecho a correr todo lo deprisa que pudo hacía el santuario a Diana,la puerta estaba abierta y entro dentro.

La estancia era una habitación de unos cinco metro de largo por ocho de ancho,el suelo de mosaico que figuraba escenas de Diana con las Amazonas o con su gemelo Febo,el altar era de mármol con una piel de cierva,tras el altar estaba una estatua de mármol que representaba a la diosa Diana.
Allí,sentada sobre el altar y con la piel de cierva envolviendo su pequeño cuerpo estaba Adriana,sus ojos de venado estaban con la vista perdida pero brillaron al ver a Claudia.

-Avia Claudia...- la llamó la pequeña,la esclava entró en el santuario y cogió a la niña en brazos,debía huir de allí,ir a Roma,allí estarían a salvo de los bárbaros púnicos.Pero...¿cómo? Seguramente por vía marítima no podía huir,así que no le quedaba más remedio que esperar,simplemente esperar a que Roma se enterase del ataque,mientras debían refugiarse allí,debía proteger a Adriana,no sólo porque la niña era penúltima con la sangre real del linaje de Dionisio el tirano,sino porque adoraba a esa niña,había ayudado a traerla al mundo,si para ella la hermosa Cibeles había sido cómo una hija,Adriana era cómo su nieta,por eso no podía evitar sonreír al escucharla llamarla "Avia Claudia" "Abuela Claudia".

Los cartaginenses tomaron Sicilia,los romanos apenas pudieron hacer nada,Julius y Marcus lucharon juntos contra los enemigos,pero perdieron,quizás porque Marcus estaba con ira ciega hacía Aníbal por asesinar a su amada esposa.

No fue rival.

Julius contemplo con horro cómo su hijo,su único hijo,era decapitado ante sus ojos,Aníbal miró a Julius con despreció,casi había conseguido su objetivo.El hijo y la nuera de Julius estaban muertos.Selene permanecía en Roma con Silvia así que Aníbal no pudo matarla y tenía otros planes con Adriana.

Los romanos fueron expulsados de Sicilia,Julius llevaba en brazos a su nieta,su querida nieta.

Adriana recordaría estos acontecimientos,pero nunca recordó quien mato a su madre ante sus ojos ni quién le colgó al cuello el amuleto de Baal,amuleto que nunca se quitaría del cuello.

Continuara....

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