Suavis inimicitia

Prólogo: 


Es una historia que ocurrió siglos atrás,en la época que se adoraban a los dioses que hoy no son más que polvo de la grandeza que un día poseyeron,una historia de amor y dolor,vida y muerte,fidelidad y traición.
Una época en la que las dos superpotencias del mar mediterráneo se enfrentaban por cuál sería dueña del mundo antiguo y cuál sería solo un recuerdo: Roma y Cartago,los descendientes de Marte y Rea Silvia a través de Rómulo y Remo contra los descendientes de la gran reina Fenicia Dido.


El comienzo de esta historia comienza cuando,una noche de invierno en la ciudad de Siracusa,antigua colonia griega que después paso a las manos de los romanos,con el milagro de la vida.
Una bella mujer llamada Cibeles,desposada con el hijo de uno de los poseedores cargos de Roma,había culminado su gestación y acababa de romper aguas.
Marcus,esposo de Cibeles y llamado "Príncipe de Roma" e hijo de Julius,gran estratega y político romano,estaba nervioso,llevaba casado con Cibeles muy poco,ambos se desposaron a los catorce años y ahora con quince iban a ser padres por primera vez,ansiaba que su primogénito fuese un varón.

Pasaron minutos,horas y nada....Cibeles seguía encerrada con la comadrona sin dar a luz,pero los gritos de dolor de la mujer fueron ahogados por los primeros sonidos de una criatura recién nacida:  su hijo.
Marcus,impulsado por el ya amor hacía esa criatura y el inmenso amor hacia su mujer,irrumpió en la habitación,la escena que vio le heló la sangre en las venas:
Cibeles postrada aún en la cama,con una esclava llamada Silvia atendiéndola y a otra esclava llamada Claudia envolviendo algo en una manta.

-Mi señor,aún sigue de parto domina Cibeles-dijo apresurada Silvia,¿venían dos? Más posibilidades de un varón.Claudia se acercó a su amo,se postro a sus pies y alzó el bulto,era su hijo.
-Amo...es una niña- susurró Claudia,este era ahora quizás el momento de mayor riesgo para la niña,Marcus podía no reconocerla y el destino para la pequeña sería ser un expósito o la muerte.
Los ojos color miel de Marcus bajó para ver a su primogénita,era una niña de piel clara,el poco pelo que tenía era de color negro azabache,cómo él,y unos preciosos ojos castaños miel,cómo los ojos de un venado.El padre pudo despreciarla por ser mujer,pero el inmenso amor que le provoco esa pequeña criatura que el engendro y su amada dio a luz la lleno.Pero permaneció en silencio unos minutos,sólo se escuchaban los gritos de dolor de Cibeles.

-Que le den de mamar.

La había aceptado,sin más,se acerco al lecho y tomo la mano de su esposa,ella le apretó la mano con fuerza y chilló,al poco volvió a escucharse el llanto de un bebé recién nacido,¿este sería por fin varón?
Silvia corto el cordón umbilical y fue a lavar y a envolver al pequeño,una vez hecho,hizo lo mismo que Claudia,le ofreció a su amo al bebé.

-Es niña.

La acepto nuevamente,era igual que su primogénita,de piel blanca,pelo negro pero los ojos eran castaños oscuros cómo Cibeles.
Las niñas recibieron entonces sus nombres: Adriana y Selene.

CONTINUARA....

Comentarios

  1. Me parece muy lindo que haya aceptado a sus niñas, y eso que en esa época la mayoria de los hombres se lamentaban si tenían una niña en vez de un varón. Aunque supongo que hubo excepciones. Saludos

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    1. Era raro que aceptasen a las hijas,si, pero yo esto le puse porque al ser la primera paternidad aceptaria lo que fuese,aunque fuese por dar ternura a la situación

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