El Lobo y La Esclava: Capítulo 23 "Týr"

 

Mar de la Galia

    Alba había muerto. Cuando Claudia supo que en una de las tantas violaciones grupales Alba no había podido aguantar y había muerto y sin nada más siendo arrojado su cuerpo al mar sintió que se partía ¡Alba no! Alba había muerto tan lejos de su tierra natal alguna vez en sus confidencias post coitales la rubia le dijo que un día le gustaría volver a su tierra natal y buscar a su familia....Alba ni siquiera era su verdadero nombre, era el nombre que le dieron los romanos debido a su blanca piel, sólo a Claudia le reveló su verdadero nombre: Enyd, la que posee la vida, nombre dado por su familia al haber sido la primogénita y ser activa como un animalillo. Enyd había muerto cuando nació Alba y nunca pudo volver a ser Enyd si no que murió siendo Alba, la esclava, la liberta, la puta....peor reaccionó cuando Claudia supo que ni pudo despedirse del cuerpo de Alba si no que habían arrojado el cuerpo de la rubia al mar, pronto en sus pesadillas la veía siendo devorada por las aterradoras bestias del abismo.
    
    Estaba sola. Completamente sola sabiendo poco del idioma, Alba sabía muchisimos idiomas ya que amaba estudiar y su dulce Alba incluso antes de morir la intentó ayudar dándole sus conocimientos.

—“Nunca te olvidaré, Enyd. Perdona a Roma por todo lo que te hicimos. Perdóname por arrastrarte hasta mi viaje...espero que puedas encontrar a tu familia en donde estés....soy egoísta porque aún quisiera que estuvieses a mi lado...¡Dioses! ¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué me castigáis así?— puede que nunca amase a Alba/Enyd de manera romántica pero la amo como a su mejor amiga, su confidente, su apoyo, su roca. Amaba a Alba/Enyd de una manera más allá del amor. Sólo esperaba que en la muerte pudiese volver a su tierra, volver a ver a su familia aunque fuese un espíritu que se fundiese con la naturaleza de su tierra y esperaba en un futuro poder encontrarse de nuevo con ella o en otra vida. Lloró amargamente la perdida de su amiga, pero no dejaría que su muerte fuese en vano, no de dejaría morir como fantaseo cuando se enteró de la muerte, si no que iba a sobrevivir con todos sus consejos y su amiga nunca moriría del todo pues estaba en su recuerdo. Para siempre.
    Ahora el viaje si que era un auténtico infierno pero Claudia intentaba evadirse dejando su mente volar,el olor a cerrado, a la poca higiene había que sumarle el miedo que había, los llantos...era el infierno en la Tierra, los movimientos del barco además iba a peor pues le provocaba constantes nauseas, llegó a vomitarse encima cosa que le asqueo y al igual que a Julia en su momento le arrancaron el vestido de lino y le dieron una túnica más abrigada para que no se muriese congelada ya que Haralf pensaba sacar un buen dinero de Claudia, no valdría tanto como su hija, si es que era verdad que aquella chica que hacía casi un año vendió en Rowansborg, pero tenía una piel suave y un cuerpo muy atractivo y seguramente algún hombre en el báltico la querría como concubina para calentarle la cama, en fin, lo que hicieran con ella le daba igual solo pensaba en el dinero que sacaría por ella


Tierras de Erik

    Sonido de espadas chocando, escudos siendo golpeados, gritos, salpicaduras de sangre, hachazos....la lucha encarnizada, gritos de agonía,la tierra  teñida de rojo....hasta el mismo sol se había ocultado tras las nubes para no ver la sangrienta lucha entre ambos bandos mientras el cielo lloraba en una intensa lluvia que no hacía desalentar a los guerreros.
    Einar en cierto momento quedó de rodillas tras haber asesinado a otro guerrero, se palpó el costado que sangraba en abundancia debido a una estocada que había recibido del hacha de su enemigo pero no parecía una herida muy profunda. El joven luchaba como un lobo, demostrando que era un auténtico guerrero pero hasta los más grandes tienen fallos y aquel guerrero le sacaba a Einar una cabeza de altura y unos cuantos kilos de diferencia y en un momento pudo arrebatarle el escudo y a la velocidad del rayo herirle.

—¡Ahora!— gritó y el cuerno de guerra sonó, entre los árboles apareció el resto de sus fuerzas que habían permanecido escondidos en el bosque acechando y a la espera de la orden del ataque.

—¿Estas bien?— preguntó entre jadeos y cubriendo a Einar con su escudo protegiendole de una flecha Haldaf Erikson, el hijo mayor de Erik y hermano mayor de Ingrid.

—Sí...y gracias— Einar se incorporó dando un gruñido cogiendo su escudo del suelo y volvió a la lucha, la adrenalina le hacía apenas sentir dolor, notaba las heridas sangrando pero no notaba el doloren ese momento. En un momento incluso Einar llegó a darle un tremendo puñetazo a un guerrero antes de atravesar su vientre con la espada y la sangre salpicando su rostro.

—Agarradle— dijo el curandero mientras Gunnar y Haldaf sujetaban a Einar por los hombros y Hjalmar le sujetaba de las piernas tumbándole en el camastro, el curandero acercó al costado de Einar la hoja de un cuchillo al rojo vivo y pronto el sonido de carne quemada y una columna de humo hizo a Einar darse cabezazos contra el soporte del camastro para no gritar. Aquello era doloroso pero la cauterización era necesaria en esa herida del costado que aunque no era profunda tenía mala pinta y así se detuvo la hemorragía.

—Dio....ses....— musitó Einar jadeando a grandes bocanadas pues aunque era lo mejor aquello dolía demasiado.

—De esta no te mueres, chico lobo— Haldaf sonrió sentándose al borde del camastro y apoyando la mano en la rodilla del jarl.

— Aún tienes que darme unos cuantos sobrinos antes de irte al Valhalla— Einar rodó los ojos, el propio Haldaf sabía de la relación paralela de su hermana con otro soldado y ya hacía aquello para burlarse de él.

— Idiota— le dio un leve golpe con la pierna para que se quitase de al lado suya y cerró los ojos emitiendo un leve gruñido, esperaba que por la mañana pudiese moverse bien, no perfectamente pero si al menos bien para poder luchar. La ciudad que era el núcleo de las tierras de Erik esaba a punto de ser tomada de no ser porque estaban ejerciendo una resistencia feroz dentro de la ciudad y aquella vez habían decidido dividir sus fuerzas en tres partes, una parte dentro de la ciudad, otra la que lideró Einar en campo abierto y la tercera liderada por Hjlamar fue la que acudió al rescate de su hermano mayor.

    Einar una vez se quedó solo, más que nada porque lo pidió él, cerró los ojos pero no se quedó dormido, solo estaba pensando en todo lo que estaba pasando pues una parte suya decía que debió de mantenerse neutral pero otra parte suya que era la que había ganado le dijo que debía de acudir a su honor pues cuando sus tierras corrieron peligro Erik fue el principal apoyo de su pueblo. Se intentó incorporar pero dio un quejido de molestia al sentir la herida del costado aún dolorosa, al menos quemar la herida impidió la hemorragia y posibles infecciones. 
    Pensó en Julia, ¿cómo estaría? Seguramente al cuidado de Sieglind bien. Era la primera vez en todo el día que pensaba en ella debido a que tenía todos sus sentidos centrados en la batalla y sólo en esos momentos de pequeña paz podía pensar en su familia y en su amada en desear volver pronto a su hogar y pasar el tiempo con ellos hasta el verano o hasta que sus obligaciones para con su pueblo le impidiese estar tan libre pero de momento era imposible, ahora mismo tenía que tener en mente si o si la supervivencia de sus guerreros y defender las tierras de Erik. Finalmente quedó dormido rezando para sus adentros que al día siguiente la herida le permitiese seguir combatiendo, no quería quedarse rezagado debido a una herida.


    Lo que ninguno sospechaba era que entre sus propias filas hubiese un traidor, alguien que sabía de una manera de entrar por las murallas de la ciudad y arrasar todo bajo el hacha y el fuego. El odio podía más que la humanidad, la ambición podía más que el honor. Entre las sombras de la noche pudo salir de la ciudadela e internarse en los bosques para llegar hasta el campamento enemigo y ahí, por oro y no sólo por eso vendió su bando.