El Lobo y la Esclava: Capítulo 10 "Bifröst"

Despertó cuando sintió un rayo de sol en sus ojos, Julia se revolvió en la cama y no notó el cálido cuerpo de Einar, no estaba y no se oía nada en la casa ¿acaso habría sido todo un sueño? Estaba despierta pero no había abierto los ojos, en su mente quería pensar que al abrir los ojos se encontraría en Roma, en su casa y que escucharía la risa de Cómodo, las dulces regañinas de Nerea y como Atticus se ocupaba de las cosas mientras su padre estaba en el senado. Pero cuando abrió los ojos....seguía ahí sintiendo como el alma y el ánimo se caía hasta el subsuelo. ¿Dónde estaba Einar? Se sonrojó acordándose de lo que había pasado aquella noche, aún parecía notar los besos de Einar y como se dieron mutuamente placer pero sin llegar a penetrarla.
Einar....¡Einar se iba! Se levantó rápidamente mientras se colocaba su ropa y salió corriendo de la casa hasta llegar a dónde estaba prácticamente todo el pueblo despidiendo a los vikingos que se iban en sus barcos al sur, había zarpado ya y no pudo despedirse de Einar...¿por qué le importaba? Pero quería verle una última vez. Julia se hizo paso entre la gente hasta que pudo ver a Einar en su barco junto a sus hombres, ya zarpando, ya yéndose. Pero desde sus lugares se miraron, desde la lejanía sus ojos se cruzaron y sintieron esa conexión que estaban notando.
Aléxandros mordió sus labios sintiendo como se partía su alma, Hjalmar...se iba también, la noche anterior también se escabulleron hacía el bosque donde tenían sus apasionados encuentros y el griego le suplicó en ir con él pues temía perderle, Hjalmar le dijo que no, que le esperase en casa pues en invierno volverían a estar juntos. 
Tras unos minutos Frida les llamó pues debían de volver a casa a seguir con sus tareas.


Meses más tarde
— Ya esta aquí el invierno— comentó Kaile mientras hilaba junto con Julia en tablet weaving, un método que gracias a tablillas de madera podían ir hilando haciendo cintas entre otras cosas, Kaile y Julia estaban hilando los bajos de unas túnicas. Fuera el frío era notable y empezaba a haber escarcha y pronto empezarían las nieves.


— Lo sé, me queda poco tiempo si quiero escapar.
—¿Ahora quieres escapar? Has aprendido gran parte del idioma nórdico....— cierto, en esos meses Julia había aprendido el idioma a la fuerza, si quería escapar debía de aprenderlo. — No sé porque quieres volver a Roma.


—¿ Mi familia? ¿Mi prometido? ¿Mi vida en Roma? 
— Bueno yo siempre he sido esclava y estoy acostumbrada a esto....Julia, aquí al menos no te obligan a casarte, tú misma lo dijiste, ni conocías a ese tal Fabio.
— Pero tengo un deber con...
— Tú con lo único que tienes un deber es con tus amos — Frida interrumpió llegando con Astrid de traer unas hilos para que la mujer empezase a hilar en el telar y Frida iba a preparar la comida.


—¿Era guapo?— preguntó sonriendo Astrid. En cuanto pudo entenderla, Julia pudo ver que Astrid era una mujer bastante benévola y amable, eso si, fiera como una loba con respecto a sus hijos, de hecho los lobos eran el animal totémico de la familia por lo que ahora supo porque parte de los tatuajes de Einar eran un lobo y el porque su estandarte era un lobo. Astrid además en esos meses había desarrollado interés en Julia pues esta era la favorita de su hijo....y la veía como una amenaza si Einar no se casaba con Ingrid o hacía alguna estupidez por ella.


—Le vi pocas veces y no era feo mi señora — contestó Julia centrándose en su tarea. ¡Cómo habían cambiado las cosas en esos meses! De manera superficial, Julia pudo volver a dejarse crecer el pelo aunque no lo tenía tan largo como cuando fue comprada, Aléxandros parecía ya más hombre del norte que un griego y ambos habían podido entablar el canal de la comunicación con los nórdicos. También pudo comprender algo de su cultura como por ejemplo que el dios que sería para ella Júpiter era Odín. 
— Mujer, sólo irán a la Galia a por saqueos y nadie viaja por mar cuando empiece el invierno. ¿Vas a querer el pescado o no?— Julia resopló asintiendo cuando el pescador le dio un cubo de pescados, llevaba unas cuantas semanas tanteando de si podría colarse en algún barco para la Galia y llegar ahí y de la Galia buscarse la vida para llegar a Italia. Y todo había sido lo mismo "Sólo fueron los vikingos allí y en invierno no pueden viajar" y alguno empezó a bromear que si tanto echaba de menos la verga de Einar que quería viajar a buscarle. 


— Maldito sea el destino, esto no es justo....— comentó cruzándose con Aléxandros que estaba limpiando lo que quedaba de pescado en casa.


—¿Tan mal estaba el pescado hoy?
— No. Que nadie viaja a la Galia, necesito escapar...quiero volver a mi casa — Aléxandros negó con la cabeza riendo por lo bajo, llevaba meses oyendo a Julia con eso y ya hasta era divertido, la podía comprender porque ella no nació esclava y tenía familia mientras que el resto estaban acostumbrados a ser esclavos.


— Julia...¿puedo hablar contigo un momento?— la cálida voz de Astrid les llamó la atención, haciendo que Julia tragase saliva si la había escuchado decir que planeaba fugarse.


— Si, mi señora.— siguió a Astrid hacía el salón, ahora vació y Astrid tomó asiento en el asiento de honor al lado del que era del jarl, estaría destinado a la esposa o las esposas pero dado que Einar aún era soltero Astrid podía ocupar el lugar y estaba gobernando en ausencia de su hijo.


— Julia...sé que mi hijo te desea y eres su favorita, pero que aún no habéis tenido sexo. Quiero pedirte que cuando llegue, que llegará en breve de su viaje, te entregases a él.
—¿Cómo?— Astrid bajó la mirada y miró a Julia de arriba a abajo mientras sus dedos jugaban inquietos sobre el reposabrazos.


— Mi hijo te desea, eso es claro. Pero eres una esclava....te pediría que le proporciones placer para relajarle cuando vuelva a casa— aquello no le sentó muy bien a la joven, pero tuvo que morderse la lengua para no decir que no era una puta, sería una esclava pero aún dominaba sobre su cuerpo, pero debía de dar una respuesta complaciente.
Aquello debía de ser una broma...pensaba la romana, ¿cómo podía pedirle eso? Bueno al menos no se lo ordenaba si no que se lo podía, ¿debía de que ceder ? Kaile una vez le dijo que aprovechase la situación de que era la favorita de Einar, que no solo podría mejorar su estado si no que además podría liberarla y ser libre. Al principio pensó que eso era tretas propias de prostitutas...pero ahora no podía hacer otra cosa que ceder. Suspiró apenada, al parecer no habría otro camino....y no negaba que Einar era atractivo y la otra vez le hizo ver el cielo con solo el tacto de sus dedos y su lengua. Aún en todas esas noches de soledad recordaba lo que le hizo Einar y no podía evitar que un calor llenase su cuerpo y que sintiese una humedad latente entre sus muslos e intentaba imitar con sus dedos lo mismo que el nórdico le hizo pero no era lo mismo, y eso le hacía frustrarse.
Días más tarde justo con la primera nevada que cubrió todo con un manto blanco y frío, Julia nunca había visto la nieve por lo que estaba fascinada,  mientras Julia estaba haciendo las tareas Aléxandros fue a por ella notablemente feliz ¡habían vuelto!  Una emoción empezó a aparecer en Julia pero en vez de poder ir a ver a Einar después de tanto Frida la agarró y la llevó preparar el banquete de la victoria ¡mierda!
Había sido un éxito la incursión a Dinamarca y a la Galia, había traído un botín considerable de oro, plata y esclavos, por supuesto que había muerto gente pero habían muerto en batalla y estarían en los salones de Odín, en el sagrado Valhalla esperando a sus compañeros y familia. Einar estaba contento, sus hermanos menores habían demostrado ser dignos guerreros, tenían heridas pero habían sobrevivido y luchado como auténticos vikingos. El botín se repartió entre todos y un aire de júbilo y alegría se respiraba y más en la noche durante el banquete en el salón de Einar, gritos, canciones y música sonaba mientras se saciaban de comida y bebida disfrutando de la compañía de su familia y del calor del fuego, Einar obviamente estuvo disfrutando de los hermanos que se quedaron en casa y de su madre cuando entre las esclavas sirviendo la comida y bebida vio a Julia, su Julia. Desde luego le favorecía el pelo largo y la había extrañado. Se levanto y fue hacía ella, esperaba que Julia por fin supiese su idioma...
— ¿No hay algo de bebida para el jarl?— dijo sonriendo a lo que Julia le miró y le devolvió la sonrisa sirviendole la bebida.
— Bienvenido, amo.
— Einar. Ya veo que has aprendido a hablar nuestro idioma— dijo bebiendo la cerveza de su copa mirando a Julia.
— Einar pues....si he estado aprendiendo.
— Me alegro....ven conmigo— dijo bebiéndose casi de un trago la cerveza agarrando la muñeca de Julia y cogiendo su capa de piel para abrigarse, era obvio que iban al exterior.
— Pero...tengo trabajo....
— Yo soy el amo, tu la esclava. Te ordeno que me sigas— sonrió saliendo fuera de la casa con Julia.



                                                           (Me gusta hacer fotomontajes :D) 
— No levantes la vista— dijo Einar a lo que la romana obedeció mirando al suelo cubierto de nieve que crujía bajo los pies de ambos mientras caminaban, Einar la guió hacía el bosque cercano, adentrándose en este mientras Julia seguía mirando hacía el suelo nevado, caminando con cuidado para no resbalarse con la escarcha pues ya le había pasado antes.
— No hagas trampa— Einar rió, quería enseñarle una cosa, que esperaba que apareciese si no sería un absoluto fracaso, quería enseñarle algo para que Julia empezase a olvidar su antiguo hogar y empezase a amar Escandinavia. No podía entender que le estaba pasando con Julia, se sentía distinto con ella, quería saber todo de ella y tenerla cerca.
Finalmente llegaron a un claro en mitad del bosque, sin soltarla se paró en mitad de este pues estaba todo listo y su instinto acertó.

Finalmente llegaron a un claro en mitad del bosque, sin soltarla se paró en mitad de este pues estaba todo listo y su instinto acertó.
— Mira al cielo— Julia obedeció y elevó la cabeza....y nunca había visto algo tan hermoso: luces de colores teñían el cielo nocturno y bailaban, iluminando el paisaje y todo lo que su vista alcanzaba tiñendo la blanca nieve de diversos colores .






—¡ Es precioso!— exclamó Julia, admirada por la belleza de la aurora boreal, tanto que ni el frío le molestaba pero Einar la cubrió también con su capa, ambos mirando el cielo nocturno y aquellas hermosas luces que brillaban.


— Dicen que ese es uno de los caminos a Asgard...el Bifröst....el puente que comunica Midgard con Asgard, la morada delos dioses— jarl y thrall observaban cubiertos por una capa de piel el cielo, en silencio con el sonido de la noche, en ese momento bajo la luz de los dioses no había título ni clase social, solo eran un chico y una chica bajo la mirada de los dioses, ya fueran los de él o los de ella. Julia le miró y en los claros ojos de Einar estaban esas luces reflejadas como si fuese un espejo del cielo, Einar la miró y por un momento Julia pensó que iba a perderse en la inmensidad de su mirada, pero fue momentáneo ya que él se inclinó sobre ella y ella se abrazó a su cuello sellando sus labios con un beso como única testigo mudo las luces del norte. El beso estaba cargado de ternura, nunca la forzaría y ella lo supo en ese momento, se estaban creando lazos entre ellos más profundos que los lazos de amo y esclava. Se conocían de poco y casi no se habían entendido en la mayoría del tiempo, pero hay cosas que se saben aunque sean fugaces, esa sensación de unión profunda que casi hizo sincronizar los latidos de los corazones de Einar y Julia. Ahí, solos, se besaron durante largo rato.