"Traición"

Aidan era el jefe de una de las pocas tribus sículas y sicanas,los primeros habitantes en Sicilia antes de las invasiones griegas y fenicias. Estos pueblos habían sido desplazados hacía el norte de Sicilia y algunas de las Doce Ciudades como Siracusa,Palermo y Catania recibían el pago de tributos y guerreros para las tropas auxiliares.
Sadik había insistido en ir él mismo a pedir el tributo a Aidan Sículo,cosa que su padre accedió debido a que Sadik tenía que encargarse de tareas del gobierno,así que debería ir al norte de Siracusa,a la frontera entre los territorios siracusianos y de las Doce Ciudades ante las de las tribus,aunque ahira estaban más civilizadas y había adoptado algunas costumbres griegas,pero seguían fieles a sus raíces celtas.
Sadik no iba a ir solo,iba a ir con él Âkil y unos pocos más soldados,ya que su madre prohibió el viaje a sus hijos menores. Sadik rió para sus adentros al pensar en las caras de Tirso y Sífax cuando se enterasen de su viaje y su encuentro con el celta,aunque ya habían luchado con celtad,íberos y celtíberos. Sin saber el joven príncipe que entre los soldados había un corrupto por monedas bitinias hasta el punto de vender la corona de su patria y derramar la sangre del príncipe heredero.

Sadik galopaba a lomos de su caballo,adelantando a todos,el dolor de su corazón por Séfora se estaba curando lentamente,las risas de sus hermanos y el amor de su familia le reconfortaban.


-Ahora sonríes.- dijo Âkil poniéndose a la altura de su primo,quién le miró con esa sonrisa en sus labios.

-Todo se va arreglando.- no dio más detalles mientras dejaban atrás las murallas de Siracusa para ir al norte del territorio,al comienzo de la tarde llegarían al poblado sículo donde Aidan los recibiría. Lejanas líneas de sangre les unían,Sadik descendía por parte de madre de la Tribu de Dana,de una princesa celta casada con el primer rey de Siracusa nació su estirpe materna,y esta princesa llamada Arwen tenía una hermana,la antepasada de Aidan que permaneció fiel a su cultura aunque aprendieron cosas de los colonizadores griegos.
El soldado sobornado no sabía como acercarse al príncipe,nunca estaba solo y Sadik gozaba del placer de las mieles de la juventud,podía luchar en cualquier momento gracias a la falcata que colgaba de su cinto. Aprovecharía  la vuelta del viaje que estaría más cansado y podría asesinarle.

El sol ya caía sobre el horizonte cuando llegaron al lugar acordado con Aidan. El celta tenía el pelo negro hasta los hombros a juego con su negra barba,iba sin camiseta y solo cubierto con unos pantalones y a su cinto colgaba una espada ancha,su torso iba pintado con tatuajes tribales al igual que su rostro. No llevaba más adornos a excepción de un collar y unos brazaletes de bronce.

-Los dioses te guarden,Aidan Sículo.

-A ti,sangre perdida de mi pueblo.- Sadik se apeó del caballo de un salto,el celta era tres palmos más alto que Sadik y y mucho más ancho de cuerpo,todo musculo.

-Pasad la noche en mi pueblo,príncipe de Sirako (nombre primitivo de Siracusa) aunque Ariadna,la diosa de la luna sea benévola,el cansancio no.

-Gracias por la hospitalidad,Aidan. Mejor con vosotros que acampar.

El soldado le miró entre los demás,esa noche le mataría.

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