El Lobo y La Esclava: Capítulo 21 "Plegaria"

Galia


    Le dolía la cabeza a rabiar, ¿cuántos días llevaban de viaje? No lo sabía pero más de diez días seguro...sentía las muñecas arder por la falta de circulación, además de el olor de la falta de higiene pues cómo mucho los esclavistas le tiraron un cubo de agua una vez cada varios días. La matrona apoyó la cabeza en un barrote de hierro y su mirada se perdió en las piedrecitas del camino mientras el carro traqueteaba por el irregular camino, pero no perdió del todo el tiempo pues por el camino Alba le enseñó algunas palabras en aquel idioma incomprensible, aunque lo tenían que hacer en voz baja pues si oían mucha charla eran azotadas. Claudia se sentía estúpida...había perdido toda esperanza, aunque se mordía la lengua para no llorar quería hacerlo, pues sentía la pesadumbre y por primera vez que nada tenía sentido, que había escogido mal el camino, que Gaius tenía razón y estaba persiguiendo un sueño en que su hija permanecía viva y a salvo, aunque aquel zorro mentiroso dijo que si la llevó al norte y que fue vendida, seguramente quien la compró habría acabado matándola si es que no murió al poco de llegar a dónde estuviese...

    Dormía a duras penas cuando tras casi veinte días de viaje agotador llegaron al mar, al parecer no iban a llevarlas directamente en carro si no que iban a bordear la costa en barco hasta llegar a su destino, el olor a mar le trajo recuerdos de Ostia pero en ese momento no estaba para añoranzas, estaba con el espíritu hundido pero recuperó la fuerza cuando la sacaron del carro y empujó violentamente a uno pero pronto recibió una fuerte bofetada que la tiró al suelo, ni tiempo le dieron en reponerse pues fue agarrada violentamente del pelo arrastrándola hacía un barco, encandenándola junto con Alba en la bodega.

El viaje por mar empezaba.


Rowansborg

    Sieglind fue quien continuó con la preparación de Julia para doncella escudera, dada la experiencia de la nórdica era quien mejor podía seguir instruyendo a la romana, ambas mujeres luchaban con fiereza, al menos toda la fiereza que Julia podía, sus armas chocaban, pues no sólo la estaba instruyendo con la espada si no con el escudo y armas cortas, además le explicaba algunas tácticas cómo la skjalborg o muro de escudos, una formación dónde los guerreros se ponían juntos y se protegían mutuamente con el escudo.

—¿Sabes? Eres más hábil de lo que creía, tienes que soltarte más y lo harás mejor— ambas pararon por un momento porque Idunn, la hija recién nacida de Sieglind, empezó a llorar por lo que la rubia tuvo que ir a darle el pecho, era una imagen curiosa la que se encontró Julia cuando entró en el interior de la viviendo: Sieglind vestida de guerrera con la cota de malla levantada parcialmente aún con el hacha colgando del cinto mientras se sentaba en una silla dándole el pecho a su bebé. En el fondo todas las madres eran guerreras de una manera u otra, siempre lucharían por y para sus hijos.

—Gracias Sieglind.

—Es la verdad. — cuando la bebé terminó de mamar la rubia le sacó los gases palmeando suavemente la espalda de Idunn.

—¿Puedo....?— Julia alargó las manos indicando que si podía coger a la niña en brazos.

—Claro— la romana cogió con cierto miedo y acomodó a la niña observando las delicadas facciones y con uno de sus dedos tocó las mejillas redondas y suaves de Idunn quien se había quedado dormida en brazos de Julia una vez saciada de la leche materna.

—Es preciosa....— besó las mejillas de Idunn pero pronto de la devolvió a su madre quien la llevó a su cuna para acostarla. Julia suspiró pues esperaba en un futuro poder experimentar lo que tenía Sieglind, una familia, aunque ella prácticamente se ocupó de Cómodo desde que se quedaron huérfanos de madre, pero no era lo mismo, en un futuro tener sus propios hijos....con Einar, pues ya no concebía a otro como padre de sus futuros hijos. Aunque en el fondo esperaba volver alguna vez a Roma aunque fuese de visita y ver a su padre y a su hermano menor, que hubiese empezado una nueva vida como liberta y que se casaría con Einar en un futuro no implicaba que olvidaba sus raíces.


Campamento

Tenemos que dejar una parte de los hombres dónde los barcos, pues muy seguramente van a querer destruir nuestros barcos en caso de retirada y para cerrarnos en paso estando atrapados entre dos frente, de modo que una parte quedará cuidando los barcos. Einar miró a sus hombres aquella noche mientras daba esta orden, por desgracia el terreno no les era favorable ya que aquella zona era boscosa dándoles opciones de poder ser atacados de manera sorpresiva y debían de tener los barcos a salvo. También pensó en mandar una parte de los arqueros hacía los bosques para dar un ataque sorpresa, si veían a sus rivales menos numerosos pensarían que sería una victoria fácil y bajasen sus defensas.

¿Estas seguro? Dividir nuestras fuerzas....quedaremos reducidos. preguntó Erik, él pensaba más bien en un combate cuerpo a cuerpo directo, pero Einar se empeñaba en hacer esa estrategia, no sabía si confiar en él debido a su juventud, pero pese a su juventud debía de admitir que Einar era un guerrero formidable, de hecho se decía que el bisabuelo paterno de Einar era descendiente de Odín y que por la sangre de sus descendientes corría la sangre del Padre de Todos, cómo reafirmando esta leyenda que Einar fuese herido en el ojo hacía años lo tomaron algunos como una señal, aunque era el ojo contrario al que perdió Odín.

No se esperará eso...le tomaremos por sorpresa.

¡Es una locura! intervino Gerd notablemente molesto, ¿quién se creía ese mocoso que era? Para Gerd, Einar ostentaba el título de jarl debido a la figura de su padre, pero él veía que Einar era un mocoso de veinticuatro años que le estaba muy grande el título de jarl y todo lo que tenía mientras que él era un simple granjero. Se prometió a si mismo que vería a ese niño caer del trono donde lo habían colocado.
Einar se abstuvo de contestar a Gerd, no quería iniciar una pelea, la estrategia sería así y punto, en su foro interno rezó a los dioses de que no estuviese cometiendo una estupidez y que saliese bien.

“Pase lo que pase tendremos el Valhalla asegurado y beberemos junto a los dioses” pensó pues siempre que tenía una batalla era inevitable pensar en la muerte, en la de todos, en la suya propia...¿qué sería de Rowansborg si moría? Hjalmar debía de sobrevivir si le pasaba algo ya que al no tener hijos querría que fuese uno de sus hermanos quien siguiese guiando a su pueblo. Pensó en su madre y en Yvette, ¿qué sería de ellas si le pasaba algo? Sobretodo Yvette siendo tan joven.....y claro pensó en Julia, ¿qué sería de ella si moría? Bueno, siempre podría volver a su hogar en su Italia con su familia....pero lo que le dijo que incluso desde el Valhalla la cuidaría lo decía en serio. No solo a ella, siempre pensó que su padre seguía ahí de alguna manera ayudándoles desde el Valhalla.

Padre....dime algo....dame una señal.... musitó para si mismo una vez estando solo cuando el aullido de un lobo se escuchó y minutos más tarde el sonido de un trueno sonó en la distancia y un rayo iluminó el cielo nocturno. Sonrió. Los dioses estaban de su lado.

Rowansborg

¡Einar! Julia se despertó de golpe sudando a mares y respirando agitadamente. Se apartó el pelo de la cara sentándose en la cama intentando regularizar su respiración, había tenido una pesadilla horrible en la que Einar moría y aquel sentimiento la llenó de angustia, se sentó al borde de la cama, aún era muy de noche y no quería molestar a Sieglind, de modo que se vistió y se puso una capa por encima saliendo de la casa. ¿Dónde la llevaban sus pasos? Ni ella lo sabía, sólo necesitaba despejarse estaba claro que dando vueltas en la cama no lo haría.
    Caminó por la ciudad, observando las casas, la posada...todo era tan distinto de Roma...ni siquiera se parecía a la ciudad del norte de Italia dónde estaba la villa de vacaciones de su familia, había descubierto en aquellas gentes que no eran los monstruos por los que se tenía a todo aquel pueblo que no era romano, a excepción de los griegos claro, que se decía que comían carne humana, fornicaban con sus bestias entre otras cosas...su religión era además fascinante, aunque Einar si le dijo cuando le habló de su religión que ocasionalmente si hacían sacrificios humanos en las ciénagas, cosa que si horrorizó a Julia, pero para nada se los comían ni menos tenían relaciones con sus animales. Era un pueblo orgulloso, marinero,aunque sabían labrar la tierra y los metales, o el ámbar que parecía que era inagotable. No escribían más allá de unos símbolos llamados runas pero tenían un fin mágico más que didáctico pues decían que fue un regalo de Odín.

    Sus pasos la llevaron casi inconscientemente al bosque, justo a aquel claro donde una vez Einar y ella contemplaron aquellas luces brillantes del cielo, se extendía ante ella además un lago ahora parcialmente congelado por el frío, ojala en primavera volver ahí con Einar. Miró al cielo esperando algo, alguna señal o algo, quizás la aparición de aquellas luces magníficas que Einar le dijo una vez que podían ser el Bifröst, aquel puente mágico que conectaba Midgard, el mundo humano, con Asgard el reino de los dioses.

No sé si eres real o si eres Júpiter con otro nombre y otra historia...pero Odin, el llamado Padre de Todos, cuida a Einar, él si cree en ti y si estás ahí cuidale por favor... esperó y no obtuvo respuesta, tampoco la esperaba como cuando ella rezaba a sus dioses no obtenía respuesta, a veces dudaba de la existencia de los dioses pero nunca lo expreso en voz alta porque podría acarrear consecuencias, pero solo era a veces cuando tenía sus dudas cómo todos hacía la divinidad. Una brisa golpeó su cara y casi la notó como una caricia en su piel, quiso pensar que eso era una señal y que su llamado había sido escuchado....y fuese para algo positivo, no que fuese una despedida desde el Más Allá. Pero cuando escuchó en la lejanía el aullido de un lobo sonrió, aquel animal era tan importante para Einar que lo tomó como un buen augurio de que pronto, muy pronto estarían juntos de nuevo. Pero una nueva señal...una repentina nausea la hizo vomitar de camino a la ciudad, serían los nervios, seguramente.





Mar Báltico

    Soñó, soñó con Roma, su mente viajó desde el mar hasta pasar la Galia y volvió hasta el corazón de la República, a una época más sencilla, en el tiempo que nació su hija casi dieciséis años atrás, cuando la vida era tan dulce....a veces un poco aburrida la vida de casada pero todo cambió cuando fue madre, el pensar que tenía una criaturita dependiendo de ella para sobrevivir, que su hija la mirase con esa admiración por incluso las cosas más simples, atesoró en su corazón los momentos que compartió con ella, pues al igual que ella en un futuro tendría que casarse con un hombre como hacían todas las patricias romanas y volaría de su lado, pero habría querido prepararla para que volase sola y que en un momento pudiese casarse por auténtico amor no por obligación. Pero todo fue tarde, muy tarde.....en sus sueños estaban todos juntos, sus hijos y ella. Pero cuando abrió poco a poco los ojos y se vio sumida en la oscuridad de aquella bodega pensó que ese era el sueño, que esa era la pesadilla, pero no, era la triste y dura realidad que tenía que soportar hasta los dioses supieran cuando. Noto los grilletes rasgar la piel de sus muñecas, pensó la loca idea de abrirse la muñeca y usar su sangre para sacar la mano pues esta podía ser tan resbaladiza cómo el aceite antes de coagular, pero no se atrevió o cuando conseguía reunir el valor el dolor era tal que la hacía parar. Además el riesgo a una infección o a morir desangrada la hacía parar, no iba a morir, no en esa pocilga, no hasta encontrar a Julia. Se juró cuando fue desterrada de su hogar que no moriría, no descansaría ni se daría por vencida hasta encontrar a sus hijos y tenerlos de nuevo a su lado. Y ella siempre cumplía su palabra aunque fuese a si misma.

Comentarios

  1. Hola, Sandra. Me hago una pregunta. ¿tienes ya todo escrito o mucho adelantado o se te ocurre de publicación en publicación? Sea como sea es admirable. Y lo más importante, lo transmites. Te metes en lo que escribes, nos lo haces ver.
    Un beso enorme.

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    1. Pueeeees lo tengo escrito en word aunque las primeras entradas las hice sobre la marcha directamente en blogger. Un besazo guapa

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  2. Hay que ver la lucha de Claudia por encontrar a su hija! Eso se llama coraje y amor.
    Por otro lado esos sueños que no dejan de dormir a Julia, serán un presagio....
    Y esa guerrera dando de mamar a su bebé me e imaginado la escena.
    Gracias Sandra te está quedando una bonita novela.
    Besos y feliz tarde.

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    1. No puedo resistirme a mezclar misticismo con la realidad! Supongo que siempre hay algo de magia en todo. Y en cuanto a la parte de Claudia...reconozco que me encanta escribirla aunque no soy madre ni nada asi por un hijo se iría hasta el fin del mundo (al menos esas son palabras de mi madre xD)
      Un besazo!

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  3. Una situación bastante complicada para la madre de Julia en ese viaje en busca de ella, como dice Campirella es una madre coraje de pies a cabeza.. me tienes cada vez más enganchada y admiro tu capacidad de relatar esta historia.
    Un besazo!

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    1. ¡Muchas gracias! No quiero adelantar pero aún queda un poquito para el reencuentro y entre medias pasaran cositas jejeje

      Un besazo!

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  4. Pues yo también me hacía la misma pregunta que Mag 😁
    Me ha gustado mucho la escena en la que Sieglind le da el pecho a su hija.

    Besos.

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