El Lobo y la Esclava: Capítulo 18 "El Solsticio"
Capítulo
18
Norte
de Italia
—
¿Este es Haralf?—
preguntó a uno de esos galos que hablaba el incomprensible idioma
de aquel hombre, si alguna vez Clauida se preguntó cómo sería un
zorro humanizado lo tenía delante, pues aquel hombre tenía una
expresión astuta y rasgos afilados mientras miraba a la mujer.
—
Si, señora—
dijo el galo en mal latín, la mujer miró a Alba quién se encogió
de hombros, Claudia hablaba algunas palabras del dialecto galo debido
a que Alba le enseñó algunas pocas palabras y si tenía que
aprender ese idioma para localizar a Julia lo haría.
—
Preguntale por la chica romana que busco—
ambos hombres empezaron a hablar y de entre las cosas que tenia en
su tienda el nórdico sacó un desgastado trapo, era el vestido de
Julia, sucio y desgastado.
—
Julia....—
en efecto el fragmento de tela de Claudia coincidía con los harapos
que era el vestido—
¿Dónde esta? ¿Qué ha sido de la chica? —
el galo tradujo la pregunta a Haralf quien contesto secamente.
—
Esa información vale un precio...los datos de sus clientes son
importantes.—
Claudia, rabiosa pero guardando la calma aunque su gesto se
endureció, le dio una bolsita de cuero con dinero.
—
Haralf vendió a la chica en Noruega. Un país situado más allá del
mar a un señor de la guerra de su pueblo—
la mujer sintió cómo se le hacía un nudo en la
garganta...¿vendida a un bárbaro? Dioses...dioses....podía estar
muerta, ser abusada....¡no podía perder el tiempo tenía que
dirigirse a esas tierras!
—
Tengo que ir a ese lugar...¡tengo que ir!
—
Imposible. Nórdicos no navegan lejos de sus tierras en invierno.
—
¡Le pagaré lo que pida! Pero tengo que ir allí—
ambos hombres hablaron entre ellos y Haralf asintió.
—
Estáis de suerte. Haralf va al norte pero no a esa ciudad, puede
llevaros hasta Noruega pero ahí no puede hacer más—
Haralf no era donde gobernaba Einar, si no más al oeste de esa
ciudad, mientras esa loca le pagase le daba igual llevarla, cobraría
por adelantado y que ahí esa mujer se buscase la vida.
—
¿Iré contigo?—
preguntó Alba a Claudia quien preparaba sus cosas para irse en unos
días rumbo a lo desconocido para buscar a su hija.
—
¿Quieres ir?
—
Sí—
la abrazó cariñosamente, Alba le debía a Claudia su libertad pues
la arrancó de un burdel de mala muerte en Ostia.
Una vez sola,
Claudia se permitió llorar, dioses su pobre hija...se la imaginó
maltratada, violada por un salvaje si es que no la había dejado
embarazada de algún hijo bastardo...por Júpier que la traería a
Roma y estaría a salvo y esos meses serían un mal recuerdo. Julia
llevaba casi un año desaparecida, se la llevaron en primavera y pasó
la primavera y el verano desaparecida y cuando el invierno llegase a
su fin haría un año que Julia desapareció, y desde que lo supo
estuvo Claudia desde el minuto uno trabajando contrarreloj para
salvarla. La matrona lloraba desconsolada, estaba tan cerca y a la
vez tan lejos de recuperarla, ¿y si la habían matado? Pues tendría
que volver a Roma para recuperar a Cómodo....se tumbo en posición
fetal sobre la cama, llorando como nunca, ni cuando fue obligada a
separarse de ellos, ¿por qué la vida era tan cruel con ella? La
ruina de su familia, el divorcio, la separación de sus hijos, la
prostitución, el ahora esto...solo reaccionó cuando creyó escuchar
el graznido de un cuervo.
—
“Sigue
a tu corazón y al cuervo”—
resonaron
esas palabras en su mente, según aquel misterioso hombre su destino
era en el norte, donde estaba su corazón y el cuervo.
Rowansborg
—¿Sabes
que es peligroso?
—Si.
—Podemos partirnos el
cuello.
—Lo sé.
—¿Vamos a
hacerlo?
—Si.
—Entonces...preparado...listo...¡ya!—
Hjalmar y Einar tomaron carrerilla y se lanzaron sobre unas tablas de
maderas sentándose en estas y empezando a deslizarse con gran
velocidad por la pendiente de nieve mientras gritaban eufóricos y
abajo de la pendiente estaban Niells, Sigbjorn e Yvette esperándoles
para hacer lo mismo ellos. Una vez ambos hermanos llegaron al final
estaban riendo a carcajadas tirados en la nieve cuando a Einar se le
subió a la espalda Yvette.
—Venga, arre burro— Yvette le
dio con los talones en los costados a lo que el jarl rió cogiendo la
tabla y subiendo la pendiente.
—¿No deberías subir
andando?
—Mmm no.
—Te consiento demasiado— no
fueron los únicos ya que Niels y Sigbjorn subieron también mientras
Hjaldmar permaneció ahora abajo.
—Desde que eres jarl ya no
juegas tanto.
—Tengo más responsabilidades, Niels— dejó
caer la tabla y vio como cono Sigbjorn se subía a la espalda de su
hermano y otra vez se tiraron por la pendiente mientras reían a
carcajadas y Hjalmar se agachó cuando sus hermanos estaban ya a su
altura, pero les estaba dando la espalda.
—
¿Vas a mear aquí? ¿Te agachas?—
preguntó Einar de manera socarrona pero Hjalmar se incorporó y lo
que estaba haciendo era un montón de bolas de nieve y empezó a
tirárselas, y los traidores de los hermanos menores se pusieron de
parte de Hjalmar y empezaron a tirarle bolas de nieve a Einar, que
quien tendido en el suelo empezó a defenderse al coger unas bolas y
tirárselas a sus hermanos empezando así una pelea abierta entre los
cinco hermanos, lanzándose nieve unos a otros pero deshaciéndose en
carcajadas. Aquel día Einar sacó la mañana libre y se la dedicó a
sus hermanos menores y fue idea de Yvette de ir a jugar en la nieve.
Mientras reían se dejó caer en la nieve cerrando los ojos
escuchando las risas de sus hermanos.
—
Entonces,¿te vas a casar?—
Yvette se tumbó encima de su hermano apoyando las manos en el pecho
de su hermano, abrió un ojo mirando a su hermana y el revolvió los
cabellos.
—
Si, pero no va a cambiar nada. Lo prometo. Sigues siendo mi chica
preferida—
Yvette técnicamente por edad tendría que estar más apegada a
Niels, pero desde que supo andar iba detrás de los pasos de su
hermano mayor a pesar de que se llevaban once años de diferencia.
—
Cuando tenga la edad de Niels iré yo también como doncella escudera
con vosotros a los saqueos.
—
Sé que lo harás.—
cuando nacieron sus hermanos menores se esperaba que Einar quién en
ese momento tenía poco menos de diez años debería haberlos odiado
por ser hijos de la segunda esposa de su padre, pero al contrario,
los adoraba a los tres como amaba de igual manera a Hjalmar.
—
¿Y tú novia esclava?—
Sigbjorn le miró interrogante, entre él y Niels, que tenían las
hormonas adolescentes revueltas no negaban que la que fue la favorita
de su hermano era muy linda y como le solían imitar en todo querían
saber ese gusto por esa mujer.
—
Ya no es esclava. Y será mi esposa—
“Oficialmente”pensó
levantándose de la nieve.
—
¿Cómo nuestra madre?
—
No exactamente....aún sois jóvenes para entenderlo.
Llegaron
a casa y en la puerta estaba su madre hablando con una mujer, de modo
que Einar decidió gastarle una broma, estaba de muy buen humor ese
día de modo que haciendo callar a sus hermanos hizo una bola gigante
de nieve y se fue acercando a Astrid por detrás.
—
Ni se te ocurra—
dijo Astrid a lo que Einar dejó caer la nieve.
—
¿Cómo....?
—
Soy tu madre y te conozco. Entrad dentro que estaréis helados
después de estar haciendo el tonto en la nieve.—
le dio un rápido beso en la sien y entró dentro junto al resto de
sus hermanos que seguían haciendo escándalo. Ya se había terminado
el rato de jugar y tocaba nuevamente ser el jarl. Suspiró, a veces
sentía la carga demasiado pesada sobre sus hombros de sentir como
todo el mundo confiaba en él, si los decepcionaba sus vidas
dependían de él. Aunque a veces tenía miedo, pero debía de
sobreponerse al miedo y ser fuerte, pero era su deber.
Yule
llegó. Era un día que el pueblo se tiño de un aire de festividad,
hubo sacrificios a los dioses de animales tales como cabras y aquella
festividad duraría dos semanas pero la del primer día sería la
boda de Einar con Ingrid. Julia no quería ir a la boda de Einar e
Ingrid, aunque fuese una boda netamente política no quería verle
casándose con otra mujer. Estaba sentada en la puerta de la casa de
Gunnar y Sieglind cuando vio a una persona conocida que se acercó a
ella con una sonrisa en sus labios.
—Aléxandros— el
griego volvía a casa después de unos recados y se acercó a ella
con una sonrisa cuando la vio sentada en la puerta, en aquel tiempo
le había cogido mucho cariño a Julia casi como si de una hermana
menor se tratase.
—Mira a quien tenemos. A la liberta— rió
el griego dándole un beso en la mejilla gesto por el cuál Julia
sonrió un poquito.
—¿Cómo estas?
—Bien, bueno
cómo siempre. ¿Y tú?
—Viviendo con Gunnar y su
familia...y me están entrenando para guerrera— ambos rieron y
Aléxandros se quedó mirando a la chica, y pensar que hacía unos
meses casi se morían ambos en un barco de esclavos y ahora estaban
tan bien ahí. Aunque la situación de Aléxandros era un tanto más
delicada porque Hjalmar le había dicho claramente que no iba a
concederle la libertad pues la noche del día que Julia fue liberada
el griego se lo comentó a su amante vikingo quien le dijo de manera
tajante que no iba a dejarle libre.
—No vas a ir a la
boda,¿no?
—No. Iré al banquete a la noche...no quiero
verle casándose.
—
Nadie te lo recriminará. Nos vemos después Julia, te echamos de
menos, hasta Frida te extraña—
ambos rieron y se despidieron. Julia suspiró entrando dentro de
casa cuando Sieglind la atrapo.
—
Julia, sé que te va a doler pero Einar querría que fueses y lo
apoyases. Además llegó esta mañana muy temprano a dejarte una
cosa.
—
¿Una cosa?—
la mujer asintió y le tendió a Julia lo que Einar le había traído
haciéndola sonreír levemente: eran dos vestidos, uno más formal y
bastante bonito que imagino que sería para la ceremonia y el
banquete y uno bastante escotado y de tela fina, y sus mejillas se
tiñeron de rojo pues Einar le había asegurado que la noche de bodas
seria de ambos.
Nunca le había visto tan hermoso. Lucía ese
día como un auténtico rey, orgulloso y hermoso, tanto que quiso
llorar de impotencia pues Ingrid también lucía tan hermosa como una
princesa, con un vestido blanco adornado con unas pieles de zorro
ártico y una corona de flores. La boda no fue en la aldea si no en
un claro en el bosque, al aire libre según ellos a la vista de los
dioses, Julia supo más tarde que esa mañana antes de todo las
familias se habían intercambiado las dotes. La procesión de los
novios junto a los invitados fue ruidosa, llena de gritos y
canciones, según Sieglind le explicó era para hacer desaparecer
espíritus malignos. En el claro, ambos novios, uno frente al otro
intercambiaron espadas pues ambos iban con una espada cada uno,
aunque ahí Einar hizo trampa que nadie supo ya que no era su espada
predilecta si no otra, pero antes de esto intercambiaron los
anillos...en la punta de la espada mientras la sacerdotisa decía
unas palabras y los novios realizaron sus votos matrimoniales,
finalizando la ceremonia con un breve beso entre ambos. Julia
permaneció toda la ceremonia con lágrimas en los ojos pero sin
llorar, era solo una mentira, una farsa...Einar le había jurado amor
eterno.
Einar
no pudo dedicarle ninguna mirada a Julia en todo el día hasta que
por fin volvieron a casa para la celebración del banquete y de la
quema del tronco de Yule que ardería toda la noche, la casa además
estaba adornada con acebo y muérdago, plantas de la época de Yule.
Cuando por fin se dejó caer en su silla la pudo divisar entre la
multitud hablando y sonriendo con aquel esclavo favorito de su
hermano Hjalmar, le dio una punzada de celos. La vio tan hermosa como
una hada del bosque, se había puesto el primer vestido que le
regalo, el segundo lo esperaría para más tarde a la noche cuando
estuviesen solos.
—
Cuando vayas a la habitación, avisame para ir a la mía a consumar
mi noche de bodas con mi amado—
le susurró Ingrid con una mirada cómplice, Einar sólo rió.
—
Ya dije que no quiero seguir la tradición de que este nuestras
familias viendo como...consumamos, así que tenemos vía libre. Y
pásalo bien—
le guiño un ojo mientras volvía a la jarra de cerveza que tenía
en su mano. Todo transcurrió con normalidad cuando Einar llamó a
Aléxandros y le dijo algo al oído que el griego se apresuro a
cumplir, y al ver que su orden su cumplía fue cuando le dijo a
Ingrid que era la hora. Entre frases obscenas, risotadas y cosas
similares los esposos fueron a la planta superior pero ahí cada uno
tomó un camino, Einar yéndose a su habitación e Ingrid a la suya
dónde le esperaba su amado y dónde a él le esperaba su amada. Al
abrir la puerta vio a su bella hada de Roma terminando de encender
unas velas, llevando aquel vestido tan revelador que antes de ir a la
ceremonia le entregó Julia a su amigo Aléxandros para que dejase
ahí, el vestido era escotado dejando los hombros al descubierto.
Einar también estaba hermoso, con pieles de zorro en la zona de
arriba de la capa, con unas combinaciones de cuero y lino oscuro que
resaltaba su pelo rubio oscuro y sus ojos de cielo.
—
Einar...—
la joven corrió a sus brazos siendo abrazada por él, desde luego a
ojos de Julia, Einar realmente lucía como un dios, mezclando belleza
y vigor, su imagen le convenció de hacer una cosa que llevaba todo
el día planeando como regalo de bodas, esa era la noche de
Einar...debía de cumplir sus deseos.
—
Perdóname por no poder estar a tu lado hoy, pero me ha sido
totalmente imposible...
—
Lo comprendo, es tu boda y tenías que estar con ella—
se besaron dulcemente pero de repente Julia se separo de él.
—
¿Pasó algo?
—
Amado mío, esta noche es tuya. Todos tus deseos serán ordenes.
Quiero que esta noche seas de nuevo mi amo y yo tu esclava—
Einar sintió como la lujuria empezaba a invadirlo por la idea de
aquel juego pero se autocontrolo. —
Por favor, amado mío—
La lujuria finalmente dominó a Einar que la miró con su mirada más
oscurecida debido a la tenue iluminación, se estaba controlando para
no arrancarle el vestido en ese momento, pero no quería dañarla.
—¿Estas
segura amor?— preguntó el nórdico sentándose en la cama mientras
miraba a Julia.
—Es tu noche de bodas...y quiero que esta
noche me tomes como una esclava.
—No eres una esclava...ni
cuando lo eras te trate como...— sus palabras murieron en su boca
cuando Julia se quitó el vestido revelando su cuerpo desnudo, aquel
cuerpo que Einar deseaba. Él se levantó y se acercó a ella
poniendo ambas manos en los pechos de Julia, apretándolos,
acariciándolos, ella se estremeció al contacto de los dedos de
Einar sobre sus sensibles pezones, ahogando un gemido cuando notó
como pellizco suavemente sus pezones volviendo estos duros y más
sensibles.
—Sea pues...— Einar se quitó todas sus ropas y quedó desnudo, Julia sumisamente se arrodillo ante él como en gesto de oración pues a ojos de la romana si el dios de la guerra Marte existía tenia que ser cómo Einar, letal y hermoso.
—Eres mi dios Marte y vengo a mostrarte mi adoración— delicadamente tomó el miembro de Einar que estaba endureciéndose por la situación y empezó a pasar delicadamente su lengua por todo el pene que iba reaccionando, lamia desde la punta descubriendo el glande húmedo y empezó a introducir el miembro dentro de su boca moviendo la lengua.
—Buena chica...— Einar le había enseñado exactamente como le gustaba el sexo oral y Julia aprendió cómo una buena alumna. Metía lo que podía el miembro en su boca mientras con una de sus manos masturbaba lentamente el resto del miembro hasta su base y con la otra acariciaba dulcemente los testículos . Julia le miró a los ojos cuando notó la mano de Einar pasando por su rostro apartando el pelo y llevó su mano a su nuca indicándole un ritmo más rápido, la romana fue forzada a engullir todo el pene de Einar haciéndola casi ahogarse porque fue brusco y él empezó a mover su cintura como si estuviese haciéndole el amor pero por la boca. Pero no era hacerle el amor. Esa noche se la iba a follar.
Julia sintió arcadas pero aguanto como Einar se despachaba cada vez más violento con su boca, movía la cabeza al ritmo de sus movimientos pero Einar la agarró del cabello obligándola a estar quieta y continuo. Gemía de placer notando la cálida y dulce boquita de Julia pero no quería terminar en la boca de Julia, tenía muchas ideas y la noche era larga.
Einar se aparto de ella y la obligó a levantarse, la tiró sobre la cama con fuerza dejándola en cuatro pero cuando él se subió a la cama detrás de ella, forzó su espalda para que bajase el torso hasta tocar con su cara el colchón y la dejó con el culo alzado dándole una fuerte y sonora nalgada que dejo una seña rojiza en la piel.
—Suplicale al jarl que te folle.
—Einar...— nuevamente una tremenda nalgada la hizo gritar mezcla de dolor y placer.
—Jarl Einar.
—Jarl Einar...por favor fóllame.
—No te oigo— una nueva brutal nalgada, ya le había dejado la mano señalada, seguramente en unos días Julia no podría sentarse sin ver las estrellas.
—¡Jarl Einar por favor follate a tu esclava!
—Muy bien— no iba a haber preliminares, no iba a lamer la vagina de Julia o a acariciarla, agarró su miembro erecto y lo frotó contra la vagina de Julia encontrándola húmeda, receptiva a él.
—Vaya vaya...— la agarró del pelo obligándola a levantar un poco la cabeza —Tu coño esta suplicando— sin más, de una sola y dura embestida metió todo su miembro hasta que los testículos chocaron contra la vagina de Julia, haciéndola gritar, no empezó dulce y suave como solía hacer e ir aumentando la dureza si no simplemente empezó a bombear con fuerza y dureza contra el sexo de Julia haciendo sonar el trasero de la romana chocando contra su regazo con dureza mientras con una mano el jarl la agarraba del pelo con dureza y con la otra agarraba las nalgas y volvió a darle una nalgada.
—Dioses...—
gimió Julia pues pese a todo esta sintiendo placer aunque su trasero
ardía por los azotes, intentaba proporcionarle placer a Einar quien
parecía gozar también de aquello. El vikingo sacó su miembro
entero de dentro de ella y volvió a embestir con dureza y de
golpe.
—Grita cuanto quieras, los ruidos del banquete hará
que no te oigan.— jadeaba de placer cerrando los ojos, Einar estaba
gozando de aquello, se sentía poderoso y dominante, le gustaba hacer
el amor con Julia hacerla sentir amada y claro que lo hacía duro a
veces pero todo seguía con ternura, ahora hacía cómo cuando iba de
incursiones y se acostaba con una mujer cualquiera, aunque ya eso
nunca más, ahora solo le daría sexo a ella, sus días de acostarse
con otras mujeres se acabaron.
—Mi señor, estas siendo muy
duro...— musitó Julia entre gemidos pero Einar la ignoro y
continuo bombeando como un semental a la hembra que tenía que cubrir
pero soltó las castigadas nalgas de Julia y empezó a frotar el
clítoris pues una idea se le atravesó y la quería totalmente
relajada. No tardo en tener la respuesta que necesitaba pues entre
convulsiones de placer Julia tuvo un orgasmo pero Einar no le dio
tregua alguna. Sacó su miembro de la vagina y abrió las nalgas de
Julia mostrando el pequeño y prieto agujerito que nunca le había
probado a Julia y dejó caer una generosa cantidad de saliva
ahí.
—¿Qué haces...?
—Cállate y relajate— dio
una nueva nalgada mientras se agachaba y empezó a lamer la delicada
y virgen entradita, ensalivando bien, lamiendo todo mientras sus
dedos jugaban en el sexo de Julia. Cuando la escuchó gemir sin avisó
metió un dedo en ella para ir dilatandola.
—Einaaar...—
gimió mezcla de dolor y placer.
—Shhh relaja el culo
Julie.— movió el dedo de dentro a fuera varias veces mientras
dejaba caer saliva, cuando notó que Julia había hecho caso y notaba
el esfínter más relajado añadió un segundo dedo, moviendo ambos
rítmicamente, de dentro a fuera y llegando a abrir los dedos
mientras Julia gemia mezcla de dolor y placer sintiendo un poco de
vergüenza porque Einar estuviese tocándola ahí. Gritó de dolor
cuando notó un tercer dedo dentro de ella pero no duro mucho con
tres dentro pues Einar los saco y escupió en su miembro extendiendo
la saliva con la mano. Apunto a la pequeña entrada y sin detenerse
pero lento fue introduciendo su miembro dentro.
—¡Para!—
Julia creía que la iba a partir en dos, aquello era tan grueso que
pese a la generosa lubricación y gracias a que la dilato no sintió
tanto dolor pero dolía demasiado.
—Estas jodidamente
apretada, relajate te dolerá menos. Tu te has ofrecido a ser mi
esclava esta noche y a las esclavas se las folla así. — Dejó que
su dulce romana se acostumbrase aunque estaba sintiendo dolor para
empezar a moverse, lento y suave al principio para dejarla
acostumbrarse a ser sodomizada.
Julia gemía ya no sabía si
de dolor o placer de sentir su culo siendo abierto así, notaba el
poderoso cuerpo de Einar golpeándola cada vez más violento y
salvaje. Su rostro estaba surcado de lágrimas pues había llorado de
dolor pero quería darle a Einar placer, esa era la noche de él y
quería ser su esclava. Respiró aliviada cuando noto un torrente
cálido y espeso llenando su trasero y Einar no se retiró hasta
vaciarse del todo.
—Mi amor...— susurró Julia, Einar se
recostó sobre ella y empezó a besar su cuello y mejillas
dulcemente.
—Dulce Julie...¿te duele?— ella asintió—
Es normal mi amor...seré más delicado la próxima vez.
—Has
sido muy duro...pero no me desagrado...
—¿Quién dice que
hemos terminado? La noche es muy larga Julie.
Se apartó de
ella y agarrándola de los tobillos la hizo tumbarse boca arriba.
Rebuscó algo en la habitación, unas tiras de cuero flexible para
atar las muñecas de Julia con cierta fuerza a la cama, dejándola
inmóvil.
—Einar...— él no respondió si no que sonrió
con malicia y empezó a devorar los juveniles pechos de Julia,
chupaba uno de los pezones como si quisiera que saliese leche y el
otro lo estimulaba con los dedos. Julia gemía de placer al notar la
estimulación en sus pechos incluso aunque estaba siendo un poco
salvaje pero le gustaba. Incluso cuando Einar mordió suavemente
mientras sus manos recorrían el cuerpo de ella hurgando otra vez
entre sus piernas, cuando sintió la humedad de nuevo se arrodillo
entre las piernas de Julia, poniendo estas sobre sus hombros y empezó
a penetrarla como antes, duro y salvaje. Einar se movía cómo loco
pero aún así besó una de las piernas de Julia mientras seguía
empujando, arrancándole gemidos y gritos de placer aquello era
delicioso era tan bueno....
—¿Te hice daño?— horas
más tarde estaban acurrucados bajo la manta y Einar ahora se
dedicaba a darle mimos y besos a Julia quien correspondía.
—Un
poco...pero ha sido placentero...me ha gustado.
—Quizás
alguna que otra vez puedas volver a ser mi esclava. Te amo
Julie.
—Te amo Einar
Einar acaricio el rostro de
Julia apartandole el pelo de la cara y besó su frente.
—El
chico con el que ibas a casarte en tu casa....¿cómo era?— nunca
le preguntó por él pero le dio una punzada de celos al pensar en
ella casada con otro hombre, con otro hombre pudiendo besarla,
tocarla....Julia sonrió y le beso toda la cara dulcemente.
—Era
un par de año mayor que yo, rubio pero no tenía tu rubio oscuro si
no uno dorado corto— Einar arrugó la nariz.
—¿Cortado?
Como los esclavos...
—Sus ojos eran oscuros y era soldado
pero más bien estratega...pero era tan serio y aburrido...pense que
me casaba con un abuelo aún teniendo él diecisiete o dieciocho
años.
—A ver yo tengo mis momentos pero tengo que ser serio
y a veces cruel como jarl....
—Lo sé—
ambos frotaron sus narices en un gesto de clara ternura y
complicidad mientras la mano de Einar acariciaba la espalda de Julia
y esta pasaba sus dedos tiernamente sobre el pecho del vikingo, tras
eso empezó la joven a besar una a una las pequeñas cicatrices del
torso masculino como queriendo curar aquellas viejas cicatrices
guerreras, sus ojos se encontraron y acurrucados y abrazados uno
junto al otro acabaron dormidos.
Uffff Sandra... Solo te puedo decir que me ha encantado y me has puesto cardíaca leyendo tan suculento capítulo.
ResponderEliminarUna vez más, me has transportado sintiendo cada escena.
Me encantó cielo.
Besitos y abrazos cariñosos.
Este capitulo derretiria toda la nieve que les rodea.
EliminarUn beso y un abrazo guapa!
Que bien te ha quedado este capitulo Sandra, no solo hemos navegado por el mar de agua sino el del placer , y una sesión de sexo de lo mejorcito ajjajaja , No solo Julia se ha sentido amada , con un poco de imaginación tan bien quien te lee ajaj. Un abrazo y a seguir con el siguiente capítulo .
ResponderEliminarAl final todos querremos un señor vikingo jajaja yo la.primera. Estos dos derriten la nieve.
EliminarUn besazo!
Con vikingos así, olvídate de los cuernos :-)
ResponderEliminarMe he perdido algún capítulo anterior y no te prometo poder leerlos, pero sabes que estoy por estos lares y que, aunque sea a hurtadillas o así a ojo de buen cubero, te presto atención.
Muchos besos, Sandra.
Feliz fin de semana.
Creo que hay que irnos de saqueo pero para saquear mozos asi XDDD
EliminarSabes que siempre eres bienvenida aquí! Un besazo!
Se esta poniendo interesante la historia.
ResponderEliminarHoly moly, que escenas mas eroticas!
Ya están casados y cada cual a disfrutar de sus amados.
Einar sabe muy bien cómo disfrutar a su "esclava" Julia.
Me encanto este capitulo.
Saluditos