El Lobo y la Esclava: Capítulo 29 "La verdad"

     El sonido de tambores retumbaba en todo el muelle, la gente se había conglomerado alrededor de una pira que se había construido. Aquel lugar sería donde iba a ser la ejecución, en los muelles de los barcos, aunque estos fueron puestos a una distancia considerada, para después arrojar su cadáver al agua.
    Haldaf no suplicó, no gritó, ni dijo nada cuando le ataron al poste, escuchando los gritos, como alguno más atrevido le lanzaba una piedra que abrió una pequeña herida en su ceja izquierda haciendo que un hilo rojo descendiese por su rostro casi como si fuese una lágrima de sangre. Sólo dirigió su mirada a donde se encontraba su hermana Ingrid al lado de su ahora ex marido Einar, si el tenía un plan ¿por qué no lo hacía? ¿Acaso le había mentido? Por un segundo pensó en romana era la culpable de que hubiese cambiado de opinión, su padre lo dijo en su momento, aquella muchacha sospechaba que era una bruja que tenía a Einar hechizado y poco a poco tomaría el control de Rowansborg.

 —Acusado  — empezó a decir Einar en voz alta haciendo que el interminable murmullo de personas, de insultos y de algún objeto arrojadizo parase por la autoridad del jarl  —Has sido acusado y juzgado por el asesinato del jarl Erik, privándole además del acceso al Valhalla ya que no fue una muerte digna. Por lo tanto serás condenado a ser quemado vivo....quizás los dioses te permitan acceder al Valhalla dependiendo de cómo enfrentes al fuego. — Ingrid le miró desesperada, estaba a punto de llorar.

 —Einar....por favor..... — empezó a musitar la joven, pero Einar de un gesto la mando callar.

 —Observa.... — susurró a Ingrid y después volvió a clavar su mirada pétrea en los hombres que estaban cerca armados con arcos. 

 —Prended el fuego — Ingrid gritó cuando unas veloces flechas encendidas salieron disparadas hasta clavarse en las maderas, una madera verde que tardaba más en quemarse, para prender fuego a la pira, con horror, la rubia tuvo que observar como su hermano iba a ser quemado vivo a pesar de que Sigbjorn, uno de los hermanos de Einar, agarró a la chica para que esta no hiciese nada o en caso de desmayarse no caer al suelo.

    Julia se llevó una mano a la boca, nunca había visto una ejecución, ni siquiera en Roma y menos ver a alguien quemado vivo. No lo entendía, Einar dijo que tenía un plan, pero no le dijo ni a ella ni a Hjalmar que habían en casa de Gerd, sólo sabía que había salido furioso pero no dijo nada a nadie, es más ni le preguntó por Gerd y eso que se sintió terriblemente incómoda y asqueada al lado de ese hombre...al menos estuvo Hjalmar a su lado para protegerla a ella y al bebé. Pero...¿qué iba a hacer Einar? O si iba a hacer algo....
    El jarl de repente quitó de su cinturón una hacha que llevaba oculta con la capa y la arrojó cuando vio que el fuego iba a alcanzar a Haldaf y el filo del hacha cortó las cuerda por lo que una vez libre, Haldaf saltó de la pira, tosiendo por el humo inhalado y Einar se acercó a él, la gente apartándose dejándole paso al jarl.

 —¡Haldaf es inocente! — el fuego de la pira fue apagado con unos cubos de agua y el lobo caminó entre las romas quemadas hasta desclavar el hacha del poste.

 —Haldaf es inocente dado que se han hallado pruebas de que fue incriminado.

 —Lo dice porque es su amigo...salvaría a su propio amigo  pese a ser un asesino — Einar escuchó la voz de Gerd quien estaba en primera fila y con una lentitud pasmosa Einar se acercó a él, Gerd intentó mantenerse firme pero sentía cómo si le atravesasen con mil cuchillos esa mirada de depredador

 —Llamas asesino....¡cuando fuiste tú! — puso, sin clavar, el hacha dónde en su filo estaba grabada el símbolo de los enemigos de Erik. Gerd tragó saliva

 —Dime Gerd...¿cómo es que un simple artesano pudo permitirse un hacha de un filo de acero? ¡Traidor! 

    Gerd estaba acorralado y más cuando vio que de entre sus ropas Einar sacó un trapo, no era un trapo...era la capa negra que uso para atacar a ambos y para matar a Erik.

 —No sólo eres un traidor y un asesino...eres una rata tan vulgar que has incriminado a un inocente en tu  crimen — Gerd intentó salir corriendo pero fue frenado por Gunnar y otro guerrero recibiendo de parte de Einar un puñetazo.

 —No voy a matarte porque no mereces ni la mínima oportunidad de acceder al Valhalla....quedas desterrado de Rowansborg, quedas desterrado de mis tierras y de mis aliados....moriras en los bosques, solo, olvidado...nadie te recordará ni nadie te llorará, ni los dioses les importará tu muerte.... — con su daga trazó una equis en la mejilla de Gerd en señal de destierro  —Llevaos a esta basura de mi vista. Y sacadle de nuestro hogar.

    Julia había sujetado a Ingrid que casi se había desmayado pero pronto Haldaf se encargó de su hermana que lloraba agradecida de que su hermano no había muerto de una manera tan horrible. Julia miro como Einar se acercaba a ellos.

 —Os dije que confiaseis en mi...Gerd era el culpable....hail jarl Haldaf.

 —No... — negó Haldaf.

 —¿No?

 —No — cogió Haldaf la mano de su hermana y la alzó  —¡Yo Haldaf Erikson, renunció oficialmente a mi sucesión en el puesto de mi padre y lo cedo a mi hermana Ingris Eriksdöttir! ¡Hail jarl Ingrid!.

 —¡Hail jarl Ingrid!



    Einar dormitaba con la cabeza apoyada en el regazo de Julia, ambos estaban en aquel claro del bosque donde se habían besado la primera vez mirando el atardecer, pero tenía la mano ligeramente alzada apoyándola en el vientre de la romana notando como ahí dentro estaba creciendo su bebé.

 —Entonces...¿Halfad se quedará aquí?

 —Sí, me ha pedido quedarse aquí. Julie en verano iré al báltico a los saqueos. Necesitamos un tesoro para poder en invierno ayudar a Ingrid a recuperar su pueblo.

 —Querría ir...para algo me has entrenado.

 —Y yo, pero ahora tenemos algo que cuidar.... — Julia asintió, aún faltaban varios meses para que naciese su bebé y ya estaba deseando que fuese invierno para que Einar se quedase con ella y su hijo naciese, pero iba a aprovechar el tiempo juntos hasta el verano. Tenían toda la primavera aún para ellos....entonces vio dos cuervos volando. Ambos lo vieron.

 —¿Lo has visto?

 —Si...Odín nos ha visto...o quizás sea una señal de que nos vienen cosas grandes amada mía.