Suavis Inimicitia "Atravesando Iberia"
Comieron a las orillas de un río unos conejos que pudo
cazar Élbir y por una vez a Adriana le salió bien el cocinar los
animales que estaban medio comibles,aunque quemados pero al menos
hechos por dentro. Con el bocado en la boca reanudaron la marcha,pero
por lo menos no corriendo,sino andando a paso rápido,tenían que
atravesar el río hasta la otra orilla y de ahí seguir andando por
medio del bosque para llegar a alguna ciudad íbera y descansar esa
noche si no querían dormir al raso,algo peligrosos llevando niños
tan pequeños. El joven soldado antes de irse de la batalla,había
acordado con Aníbal de que fuese dejando marcados en los árboles el
símbolo de la diosa madre Tanit para indicar que camino estaban
siguiendo.
Élbir miraba a Adriana de reojo,debía admitir que
siempre había sentido un algo platónico por Adriana,era hermosa y
dulce pero no podía pasar de un sentimiento de amistad o algo
platónico,Adriana era la mujer de su general y Élbir idolatraba a
Aníbal desde que entró en el ejército,lo admiraba sinceramente y
sería muy ruin el aprovechar su ausencia para tratar de seducir a su
esposa,aunque sería misión imposible ya que Élbir lo que creía
que le pasaba era que estaba confundiendo su amistad con Adriana y
que además no era secreto que Adriana estaba locamente enamorada de
Aníbal y se notaba que Aníbal también lo estaba de ella. Sólo era
eso,estaba queriendo mucho esa amistad con Adriana,nada más.
Adriana no decía casi nada,estaba asustada y
preocupada tanto por su marido como por ellos,el peligro les acechaba
por doquier,podían atacarles en cualquier momento.
-Mami,¿los íberos son malos?-pregunto de súbito el
niño,era lógico que el niño tuviese esas dudas debido a que habían
sido muy pocos los íberos que habían sido honorables.
-No. Cielo,hay de todo como en todas partes. Mira a
Altea,fue muy buena- el niño asintió con la cabeza,aunque Iberia ni
le entusiasmaba ya tanto como antes,estaba cansado de esa tierra y
extrañaba su casa en Cartago y al resto de la familia.
Paso un largo rato y Sadik que llevaba andando todo el
rato porque argumentaba de que “ya era mayor” se acabo cansando y
al final Élbir lo tuvo que llevar en brazos a pesar de las protestas
del pequeño,que no tardo en quedar dormido.
Adriana al ver a sus niños,ya que Aradna también se
quedo dormida,envidiaba a veces la dulzura de la infancia,sin
preocupaciones,cuando era niña solo jugaba con Ailis,Selene,Adelphos
y Fabio todo el día hasta el agotamiento, todo risas y diversión
con los mimos de Julius y sus niñeras. La vida era mucho más fácil
por aquel entonces. Ahora tenía que ocuparse ella de sus propios
hijos y de su casa. Ya no era una niña,no, era una mujer casada y
madre. Esa etapa de su vida se quedo ya definitivamente atrás.
Horas estuvieron andando hasta el anochecer,cuando el
sol casi estaba oculto llegaron al pie de una muralla cerca de la
frontera del territorio de Baécula,de ahí sólo les quedaba unos
días más en ir a pie hasta Cartago Nova.
-Adriana....-empezó a decir Élbir,pero Adriana le
hizo callar con un gesto.
-Kshyqti,por seguridad.
-Vale. Kshyqti, debemos no decir que soy púnico,ni tus
hijos tampoco y menos que tu eres romana. Debemos decir que somos de
otro sitio Y no sería conveniente hasta que se gane esta guerra
decir que eres esposa de Aníbal.- Adriana asintió con la
cabeza,sería peligroso si los íberos sabían quien era. Aníbal
hasta que no se alzase victorioso era enemigo de Iberia.
-¿No podemos decir que somos íberos?
-Se nos nota el acento púnico cuando hablamos en
íbero.
-¿Helenos?
-No- no estaba claro si colaría si decían que venían
desde Grecia- ¿Numidas?
-No.....¿galos?
-No sé....¡ya sé! El hebreo es una lengua que deriva
del fenicio,igual que él púnico,podríamos pasar por israelitas-
Adriana asintió con la cabeza,además si querían pruebas de que si
eran judíos no había problema,la mayoría de los púnicos estaban
circuncidados, incluidos su marido y su hijo lo estaban.
Entraron sin querer llamar la atención en la ciudad
íbera para buscar una posada donde pasar la noche,también habían
hablado de que dirían: dirían que eran un matrimonios israelí
venidos desde Nazaret para ver a unos parientes en Cartago Nova.
También no usarían sus nombres, usarían unos nombres hebreos,Élbir
se haría llamar Jacob y Adriana Genesaret,a Sadik y a Aradna también
le habían buscado otro nombres aunque estuviesen dormiditos, Moisés
y Betsabé.
Deambularon por las calles de esa pequeña ciudad
ibérica,no les costo mucho encontrar una posada para poder
hospedarse esa noche y poder cenar. Cuando entraron,la poca clientela
que había les clavo la mirada,quizás por que pudieron intuir que
eran púnicos,pero le quitaron la vista de encima al ver sus ropas
íberas. Adriana se apresuró a estrechar de manera protectora a su
hija contra su pecho,Élbir mantenía a Sadik agarrado con fuerza. El
dueño de la posada,un celtibero algo entradito en carnes, se acercó
a ellos con cierta desconfianza.
-¿Quienes sois,extranjeros?
-Somos Jacob y Genesaret, un humilde matrimonio
israelí.
-Ahh....¿judíos?- el celtibero levantó una ceja sin
fiarse mucho de ellos dos,la manera de hablar íbero era
tan....púnica- ¿No seréis cartagineses por casualidad?
-No,no. Le aseguro señor que somos de Nazaret- trataba
Élbir de convencer al posadero,pero Adriana se le adelanto sacando
del manto íbero que llevaba una pequeña bolsa con monedas de oro.
-¿Con esto se convence de que somos nazarenos y nos da
para pasar la noche?- los ojos del celtibero brillaron codiciosos al
abrir la bolsa y ver las monedas de oro.
-Hasta sobra,mi señora. Ahora les conduciré a su
habitación.
El posadero los llevo a una pequeña habitación de una
sola cama,ya que pasaban por matrimonio,por lo tanto tenían que
dormir juntos,cosa que incomodo un poco a Élbir por tener que dormir
junto con Adriana.
-Esto....dormir juntos.....-empezó a murmurar Élbir
ruborizándose ligeramente por la idea de compartir cama con la
esposa de su general y menos con los niños delante. Adriana solo
sonrió con levedad mientras cogía un pequeño cesto que había en
la habitación para llenarlo con algunas sábanas improvisando una
cuna para meter ahí a su hija.
-Élbir,somos amigos,dormí algunas veces con Fabio y
Adelphos de pequeños- una cosa era de pequeños y otra era ahora en
la adultez,además Adriana confiaba en Élbir,quién trataba de no
tener pensamientos lascivos con ella. Adriana besó amorosamente la
frente de Sadik y luego la de Aradna,sus pequeños...ahora mismo eran
quienes la empujaban a seguir adelante. Pronto volverían a estar
tranquilos en Cartago. Pronto,muy pronto.....
Adriana y Élbir se tumbaron en la cama,cada uno en un
lado si ni siquiera rozarse,de hecho Adriana le dio la espalda a
Élbir para dormir y Élbir hizo lo mismo tratando de no tener
pensamiento lascivo alguno,así que se paso la noche diciendo en voz
muy baja “No pienses cosas impuras,no empieces cosas impuras....”
en fin,en cuanto amaneciese volverían a retomar el camino.
(Adriana y Élbir atravesando Iberia)
(Marcando el camino)
(Símbolo de Tanit)
(Adriana en la posada)
lo mejor adriana
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Miguelo,siempre es un placer que te pases por aqui n.n
EliminarMe alegro de que te guste.
Un beso