El Lobo y la Esclava: Capítulo 16 " Amor"

    Julia fue llevaba por Gunnar a su casa pero la chica no se enteró ya que cayó desmayada cuando vio el collar de esclavitud roto. Einar la había liberado...no podía creérselo, Einar le daba la libertad era la prueba de amor que necesitaba para asegurarse de que Einar la amaba....la amaba. Sieglind estuvo curando las heridas de la espalda de Julia y la animo a comer, aunque Julia estaba desganada porque tenía sentimientos encontrados, por una parte odiaba a Einar por ocultarle que iba a casarse con otra y que al parecer por las palabras de Sieglind que iba a quedarse a vivir con esa familia, era libre pero a la vez seguía prisionera porque no parecía que iba a dejarla irse. Pero por otro lado, Einar le había dado la libertad, había demostrado que la quería y además podría haberla matado ahora mismo pero se conformó con azotarla, aunque claro la espalda le dolía como nunca.

    Quedó medio dormida y nadie la molestó, dormitaba dándole la espalda a la puerta y escuchó a los niños acercándose a ella y mirándola desde la distancia aunque su mamá les decía que la dejasen descansar, en esos momentos Julia extrañó a su madre, recordaba que cuando era pequeña y algo le pasaba su madre la consolaba y en ese momento extrañó el sentir los cuidados de una madre. Escuchó a Sieglind acercándose para curarle de nuevo la espalda, Julia estaba medio dormida en ese momento porque no durmió profundamente, sintió los lazos del vestido desatándose y cómo dejaba su espalda al descubierto, ahogó un siseó cuando notó un paño húmedo en sus heridas.

( Aclaro: si, para escenas de Julia uso gifs de Emilia Clarke, no tengo tal nivel de edición para en algunos gifs ponerle el pelo castaño, por favor obviemos este fallito ^^ U )

— Gracias...— musitó Julia, pero Sieglind no contestó, cosa raro ya que la mujer le había intentado dar conversación antes. Las curas dolían pero no se quejó más allá de algún gemido ahogado, pero supo que no era Sieglind cuando notó cómo empezaban a besar su cuello por detrás y notó la barba contra su piel...se giró aún dolorida y Einar la hizo volverse a poner en la misma posición.

— Perdóname— dijo Einar mientras seguía curando la espalda de Julia.

— No....perdóname tú. Has hecho lo que tenías que hacer....¿soy libre?

— Eres libre.

— ¿Puedo volver a mi casa?

— No— volvió a besar el cuello de Julia, besaba su cuello, sus hombros mientras la abrazaba por detrás, la metió un poco más en la cama pudiendo tumbarse de lado detrás de ella y seguir besando su cuello, haciéndola gemir delicadamente.

— Pero soy libre...— musitó entre suaves gemidos. Einar se puso de rodillas en la cama, sacándose la ropa menos los pantalones, poniendo a Julia en cuatro y levantaba la falda del vestido retirando la ropa interior.

— Pero sigo siendo el jarl y te ordeno que te quedes aquí— se agachó detrás de ella y antes de que Julia pudiese decir algo dio un gemido al notar como Einar empezaba a pasar su lengua por su sexo, su dedo pulgar empezaba a frotar en círculos su clítoris mientras aquella lengua traviesa lamía toda la húmeda abertura, Julia gemía de placer, no era la primera vez que Einar le daba sexo oral, le gustaba mucho hacérselo y después que Julia le diese a él. Dio un gemido un poco más fuerte al notar como Einar le daba un sonoro azote en una de sus nalgas y apretaba clavando sus dedos en la carne mientras ahora su lengua jugueteaba en el clítoris.

— Pueden oírnos....— musitó Julia gimiendo de placer mientras Einar continuaba con aquella deliciosa acción.

— Duermen,además le dije a Gunnar que iba a venir...abre más— le abrió más las piernas y Einar se tumbó sobre su espalda bajo Julia prosiguiendo con la acción agarrándola de las caderas haciéndola agacharse un poco, la romana quedaba casi sentada en la cara del nórdico quien continuaba devorándola con la lengua, pues ahora la lengua entraba y salía de dentro de ella.

    Einar quería compensar a Julia por haber sido tan valiente y haber soportado el castigo como una guerrera de modo que prosiguió lamiendo y chupando la rosada abertura húmeda, los dulces gemidos de Julia le enloquecían y seguía rápido y travieso. Quería darle a Julia orgasmos aquella noche, así que usó toda su destreza en hasta que escuchó los gemidos y jadeos de Julia más profundos, cómo sus piernas temblaban, la tenía a punto y no dejó de lamer el sexo de la romana, esperando a tener aquella miel en su boca que no tardó en llegar. Einar lamió todo, se quitó de debajo de Julia y beso de nuevo su cuello, besándolo todo hasta subir por su cuello besando sus labios y ella correspondió el beso juguetón.

— Einar....

— Shhh— puso su dedo pulgar sobre los labios de Julia haciéndola callar — déjame todo a mi, mi amor, tu sólo túmbate de lado como antes— asintió y le obedeció mientras Einar le subió las faldas de nuevo y liberó de sus pantalones su miembro y frotó la húmeda punta contra la vagina rosada y húmeda, deseosa, hambrienta de él, tanto cómo él estaba hambriento de ella. Hundió su carne en el sexo de Julia mientras la besaba por detrás, ambos tumbados de lado Einar empezaba a moverse lenta y suave, bombeando con dulzura mientras la abrazaba gimiendo en su oído sus cuerpos se movían acompasados, el sonido de sus cuerpos chocando, sus respiraciones aceleradas, sus gemidos y tiernos besos que Einar daba en el cuerpo de Julia.

— Mi amor...— le llamó Julia, Einar se incorporó un poco apoyándose en un codo mientras seguía moviéndose contra ella, sin dejar de penetrarla.

— ¿Te hago daño?

— No...ponte encima por favor...quiero verte el rostro...— sin salir de dentro de ella, Einar cumplió el deseo de Julia, poniéndose encima de ella, era una postura tierna y dulce en la que no sólo ambos podían besarse y acariciarse cara a cara si no verse. Julia movía su cuerpo contra él, contoneando sus caderas contra él, con cada embestida del poderoso cuerpo de Einar le hacía acercarse más al éxtasis, creía cada vez que Einar la poseía que iba a morir de tantas sensaciones deliciosas, que moriría feliz entre sus brazos. Entre besos y caricias ambos acabaron llegando casi a la vez al clímax y por primera vez desde que empezaron a hacer el amor Einar se vino dentro de Julia, la cuál notó el cálido torrente dentro de su vagina que la llenaba mientras ahogaba los gemidos en los labios de Einar.

Norte de Italia

    Finalmente la espera de Claudia diero su fruto cuando a aquella ciudad llegaron aquellos vendedores de esclavos, con la excusa de comprar una esclava para su casa fue al mercado con Alba y Faeton , empezó a preguntar gracias a la traducción de Alba si habían tenido romanas a la venta. Consiguieron llegar a una pequeña tienda donde el hombre tenía a un grupo de hombres y mujeres parcialmente desnudos y atados esperando a que fuesen examinados para ser comprados.

— Dice que algunas han tenido pero son las más escasas.

— Describele a Julia o muéstrale esto— llevaba consigo un pañuelo que no era otro que el jirón de ropa del vestido que llevaba Julia el día que la capturaron, gracias a Nerea pudo conseguirlo y esperaba que no hubiese tenido a nadie con un vestido de seda similar de color blanco con bordes púrpuras, color casi exclusivo para ricos. Alba le mostró el trozo de vestido al hombre quien para desgracia de Clauida, pero a la vez de alivio, asintió con la cabeza.

— Dice que sí. Que en verano tuvieron a una chica de unos quince años que llevaba un vestido de esa tela y ese color y que no han tenido más— miró al enorme numida quien asintió y agarró al hombre por el cuello de la ropa y lo encaró.

— Habla. ¿A quien se la vendió? ¿Dónde esta?— Alba tradujo a lo que el hombre asustado dijo un par de nombres, dijo que se la vendió junto con un lote de esclavos a un tal Haralf, un esclavista de más allá del mar .

— ¿Más allá del mar? ¿Esta en África?

— No, se refiere al mar del norte...se refiere a un pueblo germano que vive más allá del mar y que suelen hacer pillaje y piratería en el norte de Germania y la Galia.

— Pensé que el fin del mundo estaba en Iberia....— musitó Claudia, estaba cerca de encontrar a su hija...— dile que concrete una cita con ese tal Haralf y que más le vale cumplir si no quiere que Faeton le corte su hombría— el aludido mostró con su otra mano un cuchillo y Alba cumplió su tarea y tradujo mientras el hombre asustado asentía pues daba la casualidad que tenía un nuevo trato con ese zorro nórdico.

    A la noche Claudia estaba distraída mientras asistía a aquella fiesta, jugaba sin ganas con una copa mientras notaba las manos de Lucio Marco Gneo, un senador, en sus piernas.

— Venus, mi diosa, ¿qué os tiene tan distraída?— dijo el sapo, pues Lucio era gordo e hinchado como un sapo, además de baboso. Claudia le odiaba pero tenía que trabajar, en cuanto recuperase a Julia y Cómodo se retiraría e irían al sur, a una pequeña villa que compró. Venus era su nombre artístico claramente usado de la diosa del amor y el sexo Venus.

— Querido, sólo pensaba en mis hijos...dime querido Lucio...— dijo Claudia con voz seductora mientras acariciaba la papada prominente de Lucio quien babeaba ante la idea de tener a aquella belleza. Claudia tendría unos treinta y cuatro años, sus ojos eran claros y su pelo castaño estaba pintado con polvos rojizos y pese a sus dos maternidades tenía un cuerpo hermoso digno de una diosa — ¿podrías...hacer una orden legal para que su custodia quede para mi?

— Pide y te lo daré, belleza. ¿Quién es el padre?

— Gaius Julio Mesalino— dio en el clavo porque justamente fue a por Lucio debido que eran claros enemigos políticos, mientras Lucio se decantaba en no firmar la paz con Cartago, Gaius la fomento, fue un esposo horrible y un padre vago pero era buen político.

— ¿Claudia....?

— Ten este secreto conmigo...devuélveme a mis hijos y seré tuya— no pensaba volver a casarse, pero si lo hacía y casualmente el sapo moría al poco envenenado...ya pensaría algo dado el caso, pero su objetivo de aquel ser era que la ayudase a recuperar a sus hijos.

— Cómo si me pides en bandeja de plata la cabeza de Gaius...todo será tuyo mi amada Claudia ¡Oh Claudia! Siempre te amé en la distancia.— “Repugnante”pensó Claudia mientras el obeso hombre empezaba a besar su cuello y sus hombros torpemente. Cerró los ojos como cada vez que tenía un trabajo y pensó en sus hijos, su bebé Cómodo y su pequeña Julia, aún recordaba los enormes ojos castaños de ambos, como Julia quería ser como ella, la recordaba como cuando se estaba vistiendo y Julia saltaba en la cama como una adorable ranita diciendo que de mayor quería ponerse los mismos vestidos que ella, que si iba a casarse, que si sería tan bonita como ella...tiernos halagos que le derretían el corazón.

— Serás todo lo que tu quieras, mi amor.— le dijo confidencialmente mientras la atrapaba en un salto y la cogía en brazos — Mamá siempre estará ahí para ti. Te daré el mundo si es lo que hace feliz a mi dulce Julia.

— Te quiero mamá— la dulce cara infantil de Julia la hacía cubrirla a besos.

— Te quiero mi corazón— incluso poco tiempo que compartió con sus dos hijos pues Cómodo tendría semanas cuando fue arrancada del lado de sus hijos, aún recordaba los tiernos momentos con ambos. Mientras una lágrima corría su rostro cuando sintió como Lucio se ponía encima de ella, se aferró a los recuerdos como hacía siempre.....ellos le daban fuerza para soportar aquello.

Rowansborg

— ¡Venga Julia, levantate!— gritaba eufórica Sieglind a modo de ánimo mientras observaba junto con sus hijos como su marido Gunnar entrenaba a Julia en lucha. Hacía un par de días que se había recuperado de las heridas de los latigazos y en cuanto pudo ponerse en pie y comer sin asco, Gunnar le dio ropas nuevas, entre ellas un traje que Julia no entendió hasta que se lo explicaron, había sido elegida para ser preparada como guerrera, de modo que tenía unos pantalones y camisa para el entrenamiento y más adelante tendría su propio equipo, de hecho el escudo y la espada que estaba usando eran, a parte de pesados, muy pesados, de Gunnar de hacía varios años. Julia pese a explicar que en Roma no estaba bien visto que una mujer fuese guerrera ni montase a horcajadas a caballo entre otras cosas Gunnar le dijo que no estaban en esa tal Roma y que ahí necesitaban skjäldmo y que si había sido elegida por algo sería. De modo que Julia intuyendo que eso era cosa de Einar decidió no traicionar su confianza ni la de esa familia que incluso Gunnar pese a su trato estricto con ella confiaban en ella, se levantó. Einar tuvo razón y la chica era rápida, muy rápida además aprendía rápido. Con tiempo y paciencia podría ser buena guerrera.