Suavis Inimicitia: "Recuperación y el primer "Te amo""
Pasaron los días y las semanas y Aníbal dio sus
primeros pasos aún convaleciente apoyado en Adriana,quién pudo con
él cuando sin querer le echaba el peso encima. Lentamente se iba
recuperando. Así que fue una auténtica alegría para Adriana cuando
una mañana despertó y vio a Aníbal levantado,vestido y apoyado en
el balcón cómo hacía siempre,mirando el mar.
-¡Te levantaste!- exclamó Adriana levantándose del
lecho para ir a abrazar a su marido,Aníbal se dejo abrazar por su
esposa,le debía el estar recuperado a ella.
-Sí....te lo debo a ti,princesa- le dio un pequeño
toque en la punta de la nariz de manera algo cariñosa,aunque no se
noto mucho.
-Pero aún estas muy débil para volver a luchar....
-Lo sé. Adriana,voy a hablar con Dido para ir a ver a
Sofonisba.- Adriana abrió la boca notablemente sorprendida,¿de
verdad iba a dejar su orgullo de lado momentáneamente? Quizás así
podrían hacer él y Dido las paces con su tía,y estar la familia
más unida.
-¿Y eso?
-Curiosidad,además...quiero saber si me dice algo de
mi madre....- Adriana apoyó la cabeza en el hombro de su
marido,sabía que Aníbal había añorado a una madre,al menos ella
tuvo a su madre a su lado seis años. -Adriana,quiero preguntarte una
cosa.
-Dime.
-¿Realmente me amas?- preguntó a bocajarro el
cartaginés.
-Sabes que sí - Aníbal se giró para mirarla y tomo
su rostro entre sus manos para besarla de esa manera tan apasionada y
ruda que le caracterizaba tomando los carnosos y tentadores labios de
su esposa,esos labios que le pedían a gritos que fuesen besados por
él era un beso superficial y Aníbal no tardo en
profundizarlo,acariciando con su lengua el labio inferior de
Adriana,quién gustosa abrió su boca para profundizar el beso,sus
lenguas se entrelazaban en un juego demasiado provocador,pero a la
vez había cierta ternura.
-¿Y tú podrás llegar a amarme a mí- preguntó
Adriana tras romper el beso y apoyar la cabeza en el pecho de Aníbal
para tratar de regularizar su respiración,aún estaba un poco
mareada por el intenso beso.
-¿Alguna vez hubo necesidad de decirlo?
-Sí,la hubo.
-En el nombre de la poderosa Tanit....-murmuró el
cartaginés a la vez que se ruborizaba ligeramente y desviaba la
mirada.- Te amo,¡ya lo dije! No esperes que lo vuelva a repetir.-
Adriana se quedo helada al oírle,no pudo evitar ruborizarse y
sonreír,¡era la primera vez que se lo decía! No sabía como
reaccionar ante sus palabras,de modo que se hecho a sus brazos y beso
intensamente.
-Pero prefiero demostrártelo. Déjame agradecerte todo
lo que has hecho por mi,esposa. ¿Cuánto hace que no te doy placer?-
Adriana se ruborizó notablemente,aún anonadada porque por fin le
había dicho que la amaba pero ¿tenía que ser tan directo a la hora
de hablar del sexo?
-Pues....antes de que te enfadases conmigo....pero aún
estás muy débil....
-Solución sencilla. Dominame tú esta vez.
-¡¿Qué,qué?!- preguntó Adriana poniéndose tan
roja como la sangre,¡¿por qué Aníbal tenía que ser tan bruto?!
Cómo única respuesta,y muerta de vergüenza,escondió la cabeza en
el pecho de su marido.
-¿De qué te avergüenzas,mujer? Te estoy dando la
oportunidad de que domines tú por una vez,gatita. Tengo ganas de
tomarte pero no puedo dominar.
-.....Esta bien....- murmuro Adriana muerta de
vergüenza. La pareja entro en la habitación de nuevo,Aníbal dio un
leve quejido de dolor al tumbarse en la cama,pero ese dolor no era
nada en comparación con todo el dolor por el que había
pasado,además todo el dolor se esfumo momentáneamente al sentir el
suave cuerpo de Adriana subido encima suyo.
-¿Seguro que puedes?
-Que si,abajo no tengo nada.- Adriana le calló dándole
un beso en los labios,totalmente correspondido por Aníbal en un beso
profundo,la lengua femenina se introdujo en la boca del general y
comenzó a acariciar su lengua. Las manos del hombre no se quedaron
quietas,bajaron por la espalda de Adriana hasta su culo,lo agarró y
apretó con algo de fuerza,cosa que no molestó en absoluto a
Adriana,si no al contrario.
La mujer se incorporo un poco,rompiendo el
beso,dulcemente acarició el rostro de su marido,raspándose
levemente con su barba,sus manos se deslizaron por su cuello,sus
fuertes hombros hasta el pecho de su marido,enredándose sus dedos
levemente en el vello tan negro cómo el ébano del pecho de
Aníbal,pasando con desesperante suavidad las uñas,mientras él
subió sus manos hasta los tirantes del vestido y los bajaba para
descubrir los deseables pechos de su mujer,sus manos pronto fueron
sustituidas por su boca,devoraba uno de los pechos mientras amasaba
apasionadamente el otro seno.
Unos instantes después Adriana aparto la cabeza de
Aníbal para volver a fundirse en otro apasionado beso,la romana
movió levemente sus caderas,rozándose contra el abultado bulto que
se formo en la entrepierna,arrancándole un gemido a Aníbal.
Entonces ella se deslizo suavemente sobre su tórax,sus labios
dejaban una estela de besos mientras llegaba a su bajo vientre. La
ropa del cartaginés se esfumó,pero Adriana no estaba para
juegos,aparte de que aún tenía ciertos reparos a dar el sexo
oral,aunque ya bastante menos. Pero conocía que su marido estaba
ansioso por hacerlo y tampoco estaba para juegos dado el tamaño de
su erección. La romana se deshizo del vestido y de la ropa
interior,quedando también desnuda ante los ojos de Aníbal.
Adriana se puso a horcajadas sobre Aníbal y rozó la
punta del miembro del cartaginés,húmedo y duro como una
piedra,contra sus labios vaginales,también la vagina de la romana
estaba húmeda,deseosa de él. Aníbal puso sus manos en la cintura
de Adriana y la empujó con fuerza hacia abajo,para que se
introdujese de golpe en sus entrañas. Ella dio un gemido de placer
al sentir de golpe el gran miembro de su marido llenarla de
golpe,pero le gusto bastante.
-Eh....mandaba yo.....-murmuró Adriana con una sonrisa
en su boca entre abierta a la vez que un gemido salia de su boca.
-Mentí....un poco....-la mujer empezó a mover sus
caderas,al principio con suavidad para ver si le molestaban los
movimientos,pero pudo comprobar por la expresión de placer de su
marido que no si no que al contrario,de modo que sus movimientos
pélvicos aumentaron,botando con fuerza lo sentía tan
profundo...¡era delicioso!
Aníbal cerró los ojos disfrutando de la calidez y la
humedad que envolvía su miembro,estar así,en la cama y disfrutando
del sexo con Adriana le gustaba y demasiado. ¡Joder,parecía una
amazona! Se movía bastante bien,con fuerza,otorgándole placer a los
dos. Adriana no sólo se conformaba con moverse de arriba a abajo,si
no que uno un instante en el que se quedo quieta y movió sus caderas
de manera circular,sorprendiendo a Aníbal,todo esto acompasado por
gemidos y jadeos de placer.
¿De dónde había aprendido eso Adriana? Fácil, Dido
le había aconsejado cómo darle placer a su marido,tanto en el sexo
tradicional como en el sexo oral.
Entre el tiempo de castidad y lo brusca que era Adriana
no tardaron en alcanzar el clímax,Adriana noto el chorro cálido y
espeso del semen de su marido inundado sus entrañas entre el placer
que estaba sintiendo acabo alcanzando el clímax,mojando la pelvis de
su marido.
Adriana se dejo caer encima de su marido,tratando de no
darle en las heridas,se miraron con una mezcla de amor y
satisfacción.
-Te amo....-susurró Adriana.
Un relato muy sentido, como todo tu blog, con imagenes que llegan aun mas ...
ResponderEliminarBesitos y feliz fin dia
El amor es uno de los motores principales de esta historia. Gracias por tu comentario y espero verte más por aquí Cora ^-^
EliminarUn beso
Esta entrada me ha emocionado, me alegra que Anibal se haya decidido a hablar con su tia y me gusta que le haya dicho a Adriana que la quiere, cada vez es mas dulce con ella.
ResponderEliminar¡Momentazo histórico! ¡Aníbal POR FIN le ha dicho a Adriana que la quiere! *^* se nota que ha cambiado y mucho
EliminarQue bonito el amor en todo su esplendor cuando es con la persona adecuada.
ResponderEliminarun besooo
Siempre se dice que hay una otra persona que nos complementa,y el amor junto a esa persona persona es indescriptible.
EliminarUn beso