Suavis Inimicitia: "Lenta recuperación"
Lentamente
Aníbal se iba recuperando gracias a los cuidados de Adriana,cuando
supo que fue ella la que le vendo y la que lo había atendido,pidió
que fuese ella la que siguiese haciéndolo,cosa que a Adriana no le
molestó,si no al contrario.
Un médico solía ir una vez a la semana a ver al
general,se sorprendió notablemente al ver que Aníbal mejoraba mejor
de lo que esperaba,aunque las heridas tardarían en cicatrizar y
dejar de dolerle,había sido una intervención divina el que las
flechas no le hubiesen matado,estaba claro que los dioses querían
que Aníbal viviese.
Los
niños cuando vieron a su padre,literalmente se lanzaron a
abrazarle,dándole sin querer de lleno en las heridas. Aníbal
reprimió un grito de puro dolor,¡malditos críos a los que quería!
-Mocosos....soltadme.....en el nombre de Baal....-pidió
con un hilo de voz sintiendo como si le echasen sal en las heridas.
-Perdona padre- dijo Sadik retirándose,su hermana
también lo hizo y ambos niños se quedaron mirando fijamente a su
padre,parecía un león herido,orgulloso pero vulnerable a la
vez,pronto su padre volvería a ser como antes de fiero.
-¿Estás mejor,padre?-preguntó el mayor con
preocupación por las heridas de su padre,a pesar de sus seis años
pudo darse cuenta al instante de que algo grave le pasaba a su
padre,sobretodo al ver que su madre no podía estar con ellos ni con
Amílcar.
-Sí,la propia muerte me teme,hijo- afirmo con sumo
orgullo Aníbal,sus hijos habían heredado de él el orgullo fiero,el
orgullo que todo hijo de Cartago tenía corriendo por sus venas.
-¿Te duelen mucho las heridas?- preguntó Aradna con
suma curiosidad,la niña miro a su padre con la inocencia propia de
su edad. Aníbal acarició los cortos cabellos azabache de su única
hija,realmente sus hijos estaban preocupados por él y no debía
darles motivos.
-Un poco,pero un guerrero lo soporta.
-¿Viste a la muerte?-preguntaron los dos niños,el
general puso los ojos en blanco y no pudo evitar soltar una risita
ronca.
-La muerte me teme,además,gracias a vuestra madre
estoy mejorando- la mirada de Aníbal paso a la puerta donde estaba
su dulce mujer llevando a Amílcar en brazos,quién estaba
entretenido jugando con la cadena de oro que llevaba ella al
cuello,aquella cadena con una imagen de Baal que llevaba desde
siempre. La escena fue interrumpida por la alocada aparición del
joven Aníbal,que se lanzó a abrazar a su tío de manera muy
efusiva,dándole también de lleno en las heridas.
-¡¡¡AYYYY!!!¡¡¡¡TE MATARÉ ENGENDRO SALIDO DE
LAS ENTRAÑAS DEL INFRAMUNDO,TE MÁS CUIDADO,JODER!!!- bramó Aníbal
muy muy dolorido y a la vez que le daba un fuerte empujón a su
sobrino para quitárselo de encima y que dejase de tocarle las
heridas.
-¡Perdona,perdona tío! Es que estoy tan feliz de que
no te mueras,aunque tenías todas las posibilidades de morirte.
-¡Qué te follen! ¡Te mataré y te enterraré en una
tumba poco profunda para poder desenterrate y volver a
matarte!¡Adriana quítame a este ser de encima!- Adriana acomodó a
Amílcar en un brazo y con el otro cogió a su sobrino de la túnica
y le dio un tirón para que soltase a Aníbal. Al menos el filósofo
sólo tuvo que aguantar amenazas de muerte y gritos porque el general
aún estaba convaleciente.
-Ahora en serio,¿cómo estás?- preguntó el filósofo
ya notablemente más calmado,el general inspiró profundamente y
contó mentalmente hasta diez para no volver a pegar un chillido a su
sobrino mayor. Milagrosamente esta vez funcionó.
-Me duelen mucho las heridas,estoy también muy
débil....por cierto,¿qué vas a hacer tú con tu vida?
-No te entiendo....
-¿Te vas a quedar en Cartago,en casa o te quieres
volver a Atenas?- el joven se quedo largamente callado,había pensado
en quedarse en Cartago,pero era cierto que sus abuelos Hefestión y
Alcmena estaban en Atenas.....
-Pues.....no lo había pensado....aquí estáis
vosotros,los niños,los demás tíos....pero en Atenas están mis
abuelos Hefestión y Alcmena....
-¿Podrían venirse a Cartago?- intervino Adriana
suavemente,sentándose en la cama al lado de ellos,Aníbal apoyo la
cabeza en la almohada para mirar el techo,era una opción que no
había pensado,pero sería meter dos extraños en su casa,su sobrino
era de su sangre pero sus abuelos a él no le tocaban nada.
-No lo había pensado,pero la decisión es de él-
señalo con la cabeza a su sobrino,los niños mayores estaban atentos
a la conversación aunque se había ido a jugar al suelo de mármol,le
habían cogido cierto cariño a su primo mayor,tanto ellos como Âkil
le apreciaban. Aníbal con Âkil había resultado ser como un
profesor particular de heleno porque el idioma griego le costaba un
poco al joven cartaginés. Âkil además estaba dando grandes
progresos con la pre- instrucción militar,en dos años entraría en
el ejército de verdad,ocuparía el lugar de Élbir ya que Élbir
sería ascendido y ya no sería del grupo de los más jóvenes,ya no
sería soldado raso (Élbir tendría aquí veintidós años cómo
Adriana).
-Me quedo con vosotros,y cuando pueda traeré a mis
abuelos para que vivan aquí.
-¿A qué se dedicaba tu abuelo?- preguntó curiosa
Adriana,el filósofo sonrió ampliamente.
-Es banquero.
Durante el día fue más o menos igual,ya que Aníbal
no podía aún levantarse del lecho debido a que seguía muy débil.
Además Dido fue a ver a su hermano y no pudo evitar hacer una broma
al ver a su hermano teniendo que ser cuidado por su mujercita.
-Vaya,vaya,así que este cuerpo tan grande y pesado no
será pasto de los gusanos.- rió la mujer dándole un pequeño golpe
en el hombro que no tenía herido.
-No tiene gracia,hermana- gruño Aníbal a la misma vez
que su hermana mayor le despeinaba con gesto divertido, se lo hacía
cuando podía desde siempre.
-No me trates como un niño....-se quejó el
general,siempre su hermana le trataba como un niño cuando el no
podía defenderse.
-Pero esta vez,muchachito,quien te va a cuidar no voy a
ser yo,si no tu linda mujercita.
-Oh,tranquila querida Dido,le cuidare muy bien,de eso
seguro. -ambas mujeres se echaron a reír a la misma vez que el
hombre suspiraba resignado de lo que podían hacerle ellas.
¡Hola, Sandryska!
ResponderEliminarMe siento muy afortunada de volver a pasar por aquí y encontrar relatos históricos tan bonitos, es increíble lo reales que parecen, se nota que conoces muy bien toda esa historia de los antiguos romanos y que te gusta. Me encanta la relación entre Adriana y Aníbal, esperemos que él se recupere pronto. Por cierto, muchas gracias por el bello comentario que dejaste en mi blog.
¡Que seas muy feliz y que pases una buena semana!
Un beso.
Windflower.
La historia de Roma desde siempre me ha fascinado,y he podido hacer más realista la historia gracias a un viaje que hice a Roma,quizás me quede con parte de su esencia. La relación de Aníbal y Adriana ha ido evolucionando con cada capítulo,haciéndola más profunda. Siempre es un placer tener tus comentarios por aquí ^-^
EliminarUn beso
Hola.
ResponderEliminarLo cierto es que escribes realmente bien, y en cuanto a Adriana y Aníbal me encanta el amor que se profesan el uno al otro, ella ha sacado lo mejor de él.
Gracias cari,es que son realmente adorables.
EliminarNena,nena te borraron el tuenti de Eris!
En cuanto pueda lo creo de nuevo. Odio que hagan eso de denunciar, no tiene sentido.
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