Suavis inimicitia


La repentina desaparición de Claudia inquieto a Adriana,no se creía del todo lo que Aníbal le había dicho de que la vio demasiado vieja para seguir en la esclavitud y le dio la libertad. Menos se creyó que Claudia volvió a Tracia,su ciudad de origen. Claudia había nacido en Tracia,una ciudad griega cerca de la frontera con Persia.De hecho Claudia ni era su verdadero nombre.Fue apresada cómo esclava y vendida al abuelo de Adriana por los griegos.El abuelo de Adriana había comprado a Claudia y la llamó con ese nombre para romanizarla.

Adriana no creía que tras tantos años en la esclavitud hubiese decidido volverse a Tracia tan campante y menos no despedirse de ella.
Así que cuando vio a Aníbal solo se decidió a acercarse a él y preguntarle por eso. El púnico la miro sin alterarse,aunque temía que Adriana descubriese que asesino a esa esclava metomentodo.

-Te lo he dicho más de veinte veces y no me gusta repetir las cosas. Le ofrecí la libertad y la cogió y se volvió a Tracia.

-¿Sin despedirse de mi?- Aníbal rodeó la cintura de la joven y la estrecho contra él.Sin más hundió su rostro entre los sedosos cabellos negros de Adriana y aspiró su olor,mas embriagador que el vino dulce.

-Sólo era una esclava.Te daré todas las que quieras.

-No es eso.Claudia estuvo a mi lado desde la cuna y...-Aníbal sin más lamió sus labios para que se callase de una vez.

-¡No! ¡Para!- exclamó ella separándose bruscamente del ardiente cuerpo del hombre,el cuál se extraño un poco debido a la pasividad que siempre mostraba Adriana.

-Si me abrazas me besaras.Y si me besas....¡no! Eres un maldito demonio enviado por Saturno.-al instante la romana se mordió la lengua deseando no haber dicho eso.Sin más,sin palabra alguna,el silencio fue roto por el sonido de una bofetada seca,Aníbal le había cruzado la cara de un sonoro bofetón por segunda vez.

-No vuelvas a insultarme,pequeña zorra.No voy a tolerar de ti que trates de ponerte a mi altura.

-Tú eres un general y yo una princesa....

-Eres una pobre imbécil.Cuándo nos casemos seré príncipe consorte,tendré poder sobre Siracusa. Y cuando seas reina....si es que lo eres.

-¿Sólo mi trono es el porque de la boda?- preguntó tragando saliva,¿eso era todo? ¿EL trono de Siracusa? No era distinto a los demás,sólo veía en ella el trono de Siracusa.Sólo poder.

No era cierto del todo,Aníbal no sólo ambicionaba el poder,ambicionaba tener a su princesa en su cama.Que diese a luz,algún día ya que no le gustaban los niños,a sus hijos.

-Adriana,mi pequeña Adriana....-su voz sonó ronca y fría a la vez,cómo el ronroneo de un león.-¿De verdad creías que me iba a casar con una mocosa de quince años a la que nunca había visto por otra cosa? No mi amor,sólo quiero de ti tu trono.Siracusa volverá a ser de Cartago,los reyes de Siracusa tendrán sangre cartaginesa.

-Todo lo de las noches es para....

-Probarte,no quiero una esposa frígida.Que este dispuesta a acostarse conmigo....aunque de todas maneras te habría violado.- con falsa ternura acaricio las mejillas de Adriana,sus manos descendieron hasta su cintura y la atrajo nuevamente hacía su cuerpo.

-Aníbal....

-No hables.No quiero oír tu voz....-vio que del cuello de Adriana colgaba una finísima cadena de oro,curioso la alzo para ver el colgante,casi rió al verlo.Era el colgante con la figura de Baal que le colgó al cuello cuando ella era una niña.No se había desecho de él al fin de cuentas.

-"Baal la puso en mi camino para asegurar mi perdición.No pude olvidarla en nueve años.Es mi obsesión...¿será un castigo por lo de Arístides? ¿Por haber asesinado a mi hermano mayor hace doce años? No soporto esos ojos de demonio....son demasiado....soy débil....me venció la niña de ojos dorados"- pensó el general que inconscientemente se encontraba acariciando unos de los largos y espesos mechones azabaches de Adriana. Estaba convencido de que esa muchacha y él estaban ligados desde que nacieron. Que ella nació para ser su esposa.

-Puedes irte ya Adriana. Te recordare unas cosas antes. La boda no serás a mediados del mes que viene,sino a finales de este.Y alguna esclava irá a tomarte las medidas para tu vestido de novia.
¿¡A finales de ese mes?! Eso eran menos de dos semanas. Adriana casi se desvaneció en los brazos de Aníbal,era demasiado pronto...¿o no?

Continuara....


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